No perder el “vuelito”: la oposición se aferra al Plebiscito para volver hablar de unidad
En el bloque opositor ponen sus fichas en la consulta constitucional como un factor para rearmar al sector y en especial para pavimentar las confianzas para próximas negociaciones electorales.
“Hay otro ambiente, un aire distinto”, comenta un dirigente de la ex Concertación para resumir las conversaciones que se han dado en las últimas semanas en la oposición. El debate por el retiro del 10% desde los fondos previsionales y la votación de otros proyectos polémicos en el que han actuado en conjunto, mejoró los ánimos de “las oposiciones”, como se denominan los propios partidos de la ex Nueva Mayoría y del Frente Amplio.
“Hay un ánimo mayor de unidad producto del retiro del 10% de los fondos de pensiones y de la cercanía que estamos teniendo a un hecho histórico como lo es Plebiscito”, dice a PAUTA el presidente del PPD, Heraldo Muñoz.
Por ejemplo, este lunes en la tarde se retomó la cita de coordinación ampliada que reúne a presidentes de partidos, secretarios generales, parlamentarios y otros personeros desde Ciudadanos, la Democracia Cristiana al Frente Amplio, pasando por los regionalistas hasta el Partido Comunista.
De hecho, esta semana la conversación de la oposición estuvo en torno a las condiciones para el Plebiscito del 25 de octubre: la reforma que dará nuevas atribuciones al Servicio Electoral para cumplir con las normas de un evento seguro –que está tramitándose en el Comisión de Constitución del Senado y que el Gobierno con la oposición trabajarán en una propuesta conjunta– y la coordinación de los cuatro comandos opositores que están por el Apruebo. A esto se sumó, la situación en La Araucanía, donde varios insistieron su preocupación por la violencia, los grupos de civiles organizados y por las huelgas de hambre que hay en distintos penales de la zona, entre ellos, la del machi Celestino Córdova, quien cumple su condena de 18 años en la cárcel por el crimen del matrimonio Luchsinger Mackay.
La reunión de los lunes es una instancia más de debate que de resolución, dicen, algunos de sus participantes, pero que sirve de canal de comunicación, justo cuando en la vereda del frente, el oficialismo está componiendo las relaciones internas y buscando un “nuevo trato” con el Gobierno.
“Lo necesario ahora es tomar al menos una coordinación de los distintos comandos para promover la participación, para tener un Plebiscito seguro y luego, ojalá, tener un mínimo de expresión unitaria en las franjas televisivas. Una cortina que pueda identificar a los partidarios del Apruebo”, agrega el timonel del PPD.
La coordinación: el primer desafío
En el caso del Plebiscito, la necesidad de coordinarse es clara, pero no alcanzaría para tener un comando único como el PS, PPD y el PR propusieron en algún momento. Eso se despejó antes de la pandemia, pero en medio de la crisis algunos personeros pensaron que con una campaña ad portas -que comenzará en 20 días más- y varios rostros del Rechazo como nuevos miembros del Gobierno, era más fácil de lograr una sola apuesta. Sin embargo, algunos sectores, como el PC, insistieron en que se debe guardar la “identidad” de cada uno de los comandos, echando por tierra la posibilidad de una gran propuesta por el Apruebo.
“El Plebiscito es un desafío de una profundidad democrática tan grande. Son razones de fondo. Una tarea de esa dimensión es una suerte de invisible, que pasa lista sobre cuáles son las reacciones frente a ese gran desafío que tiene cada una de las orgánicas declaradas de oposición, por algo hay cuatro comandos”, comenta a este medio el secretario general del PC, Lautaro Carmona.
Así, “Chile Aprueba”, que lidera la Convergencia Progresista; “Yo Apruebo”, de la DC; “Apruebo, por un Chile Digno” que encabeza el PC, junto al PRO, los regionalistas y otros partidos exfrenteamplistas, y “Que Chile decida” del FA llevan conversando varios mínimos, los que están bien encaminados: defender del proceso a toda costa ante las dudas que levantan algunos sectores del Rechazo, hacer educación cívica sobre las opciones y tener una red de apoderados entre los cuatro grupos. Esto con todas las dificultades de no tener grandes actividades en terreno, con acciones masivas limitadas y con distintos voceros.
“El Plebiscito es el primer desafío de coordinación con el Apruebo y la Convención Constitucional”, comenta a PAUTA el diputado y jefe de bancada de RD, Giorgio Jackson.
Sin embargo, no hay fecha clara de un hito conjunto. Algunos de los dirigentes más optimistas comentan que la próxima semana podría haber una señal de la oposición con los cuatro comandos sentados en una misma mesa.
“Tenemos que pasar a hechos concretos las buenas intenciones que hemos visto durante las últimas semanas. No nos podemos permitir una dispersión del Apruebo. Lo que ha pasado últimamente en el Parlamento demuestra que cuando la oposición está unida, a Chile le va mejor”, comenta a este medio el secretario ejecutivo de la campaña “Yo Apruebo”, Manuel Gallardo.
Las heridas que aún no cierran
Para Carmona más que “capitalizar lo del 10%”, la oposición debe tomar conciencia y “operar con el sentimiento que tiene la ciudadanía”. El exdiputado del PC explica que hablar de un solo comando para el Plebiscito implica una “madurez” que no sabe si existe hoy en la oposición y pone como ejemplo, lo que sucedió en la Cámara de Diputados, donde se perdió la presidencia en manos del DC, Gabriel Silber y la primera vicepresidencia a la que postuló la diputada comunista, Karol Cariola, precisamente porque el bloque opositor se dividió.
Si bien el Plebiscito abre las puertas para hablar de unidad en la centroizquierda, aún quedan varias heridas que no han sanado y una de ellas es haber perdido la conducción de la Cámara. De hecho, mientras el lunes se reunían los dirigentes de la ex NM y el FA, la bancada DC, buscaba zanjar un nuevo nombre para liderar la Corporación, en caso de que la oposición promueva la censura de la mesa que lidera el diputado de RN, Diego Paulsen. Hubo un empate entre las dos propuestas, el diputado Víctor Torres y la diputada Joanna Pérez. Por supuesto, con polémica incluida.
“Frente a este resultado tengo que ver cómo pongo de acuerdo a la bancada para que tengamos un solo nombre y eso no va a ser muy errático ni muy tremendo, pero sí tener el nombre listo para cuando se produzca la necesidad de poner el nombre al frente”, explica a PAUTA el diputado y jefe de bancada de la DC, Daniel Verdessi, quien ante un acalorado resultado puso su cargo de coordinador a disposición de sus pares, lo que finalmente no fue aceptado.
Más allá del nombre que gane en la DC y de la nueva carta que proponga el PC, en la oposición son claros que, si bien la oposición debería recuperar la mesa de la Cámara y hacer valer su mayoría, hoy no están las opciones técnicas para lograr una votación favorable, entre otras cosas, porque esta acción es privada y no a viva voz según el reglamento interno. Mientras esté la pandemia, las sesiones telemáticas o mixtas dificultarían su realización y la votación ya no sería secreta. Además, hay varios sectores del PPD y del PS que insisten que mientras esté la crisis sanitaria, insistir en la censura de la mesa de Paulsen sería un búmeran político.
Las otras señales
Pero lo que pase con la mesa de la Cámara es solo una señal más del rearme de la centroizquierda. En carpeta quedan otras batallas como la reforma previsional que se está tramitando en el Senado o la propuesta de la aumentar lo que han denominado como “impuestos a los ‘súper ricos'” que pondrán a prueba el sector. Por eso, la pelea más real y la más importante, dicen en la oposición, es el Plebiscito y las conversaciones pendientes que vienen con ella: la estrategia electoral para todo el ciclo que parte con la consulta constitucional en octubre y termina con la presidencial en 2021.
En la ex Concertación, algunos de sus personeros apuntan a que el “nuevo ambiente” en el sector también se debe a las señales del FA y a frases como las que dio el fin de semana el diputado Giorgio Jackson, quien en entrevista con El Mercurio aseguró que las personas “no nos van a perdonar que por culpa de las cúpulas de los partidos de oposición la derecha se mantenga en el poder”.
Es aquí cuando parte de los dirigentes de oposición hablan nuevamente de la “geometría variable” o de tener una estrategia común, pero con tácticas diversas: los convencionales, las alcaldías y las elecciones de gobernadores regionales requieren más unidad que “identidad propia” para ganarle al oficialismo, mientras que en las elecciones de concejales varios pelearán por mantener su sello. Las presidenciales son temas aparte. La segunda vuelta da espacio para otras conversaciones, explica un personero de oposición.
“Creo que es importante que exista una coordinación en base a contenidos, que permita que tanto la constituyente, los municipios y el próximo gobierno sean favorables a los cambios que se vienen demandando”, señala el diputado Jackson.