¿Pegado a la pantalla todo el día? Tiene razón: no es nada bueno
La luz LED emitida por la mayoría de las pantallas expone los ojos a altos niveles de “luz azul”, que pueden alterar los patrones de sueño. Y eso no es todo.
Cuando Allyn Morrison fue despedida de su trabajo como barista en The Perk, en Fort Worth, Texas, la actriz de 25 años decidió pasar la cuarentena viendo programas en streaming como “Poco ortodoxa” y “Brooklyn Nine-Nine”. No estaba perdiendo el tiempo —explicó—, solo estaba tratando de agudizar sus habilidades de actuación.
La combinación de 30 millones de estadounidenses sin trabajo y decenas de millones más trabajando desde casa hizo que se disparara la cantidad de horas que las personas han estado pegadas a una pantalla. De hecho, el streaming aumentó 20% cuando comenzaron en marzo las medidas de confinamiento por el coronavirus. Y si bien las tasas comenzaron a volver a aterrizar a medida que la economía reabría en junio, es posible que ese cambio pronto se revierta.
Dado que los contagios en Estados Unidos están fuera de control en algunos estados y las tasas de mortalidad están aumentando, se están implementando nuevas restricciones y más escuelas planean mantener el sistema de aprendizaje remoto. La llegada del otoño también significa estar más tiempo refugiados bajo techo, un posible aumento en nuevos casos y una mayor pérdida de empleos a medida que las empresas se reducen.
En otras palabras, el aumento a raíz de la pandemia de la exposición a la televisión, el streaming e incluso a estar durante horas viendo malas noticias en las redes sociales —tendencia conocida como “doomscrolling”— puede haber llegado para quedarse por un tiempo. ¿Y todo ese tiempo adicional frente a las pantallas? Bueno, podría ser perjudicial para usted.
La luz LED emitida por la mayoría de las pantallas expone sus ojos a altos niveles de “luz azul”, que pueden alterar los patrones de sueño y conducir al “Síndrome Visual Informático (SVI)”, asociado con dolores de cabeza y fatiga visual, dijo el oftalmólogo Robert Weinstock. Y aunque el experto reconoce que puede ser difícil para las personas reducir la cantidad de tiempo que pasan frente a las pantallas en estos días, hay formas de hacerlo más seguro.
Invertir en protectores de pantalla que filtran la luz más dura de las computadoras portátiles y los teléfonos es una opción, y por supuesto, puede reducir el brillo de la pantalla o mirar hacia otro lado durante 20 segundos de vez en cuando. (Weinstock forma parte del consejo asesor de Eyesafe, una compañía que produce tecnología para productos de protección ocular).
Pero si bien muchos lugares de trabajo han tratado de mitigar la fatiga visual de los empleados a lo largo de los años, el efecto sin precedentes de la pandemia —dada la migración masiva a entornos domésticos que pueden ser menos amigable para los ojos— aún no se ha manifestado por completo.
Las cifras
En los primeros meses de cuarentena, las personas pasaban casi una hora más en sus dispositivos de escritorio, según un análisis de 14.000 usuarios rastreados por la compañía de software RescueTime. Las herramientas de comunicación impulsaron el cambio: el tiempo en videollamadas aumentó en 350%, las redes sociales subieron 200% y las plataformas de entretenimiento, como Netflix y YouTube, aumentaron 200%.
Comcast informó que su tráfico de internet en su de red se elevó hasta 60% en algunas áreas cuando la pandemia llegó.
El uso del computador en EE. UU. alcanzó su punto máximo en abril, aumentando 24% por encima de los niveles previos a la pandemia, según datos de la firma de análisis de sitios web SimilarWeb. A finales de junio, todavía mostraba un alza de 14%. La gente también ha pasado más tiempo en las principales aplicaciones de redes sociales: el tiempo total en siete de las más grandes, como Twitter y Facebook, es mayor este año que el anterior, según datos de la compañía de análisis de aplicaciones Apptopia.
“Como dice el refrán: ‘Las mareas altas elevan todos los barcos’ y ese fue el caso de la televisión y los medios digitales basados en pantallas en general”, escribió Peter Katsingris, vicepresidente senior de información de audiencias en la empresa de investigación de marketing Nielsen, en un correo electrónico.
Riesgos y soluciones
Pero todo tiene un precio. La falta de sueño es un problema común asociado con el aumento del tiempo de pantalla. La exposición a la luz azul antes de acostarse puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño, posiblemente al suprimir la producción de melatonina. Esto se aplica especialmente a los dispositivos de proximidad, como computadoras portátiles y teléfonos móviles. El síndome del ojo seco también puede ser un problema.
La Clínica de Mayo sugiere agregar humedad al aire, tomar descansos durante tareas más largas, colocar la pantalla de su computadora por debajo del nivel de los ojos y usar lágrimas artificiales. (Los expertos permanecen divididos sobre si las gafas para luz azul son efectivas).
La mejor manera de reducir el tiempo frente a su teléfono es designar un momento o día sin pantalla, según Adam Alter, autor del libro Irresistible: The Rise of Addictive Technology and the Business of Keeping us Hooked (“Irresistible: el auge de la tecnología adictiva y el negocio de mantenernos enganchados”). Eso puede significar dejarlo en un cajón cerrado con llave durante la cena, detenerse una hora antes de acostarse o encenderlo en modo avión durante grandes lapsos del fin de semana.
“Solo hay que ser consciente y decidido, y cultivar el hábito de dejar el teléfono lo más lejos posible de donde usted esté”, escribió Alter en un correo electrónico. “La mayoría de nosotros podemos alcanzar nuestros teléfonos sin mover los pies durante la mayor parte del día, por lo que la clave es introducir cuidadosamente la distancia entre nosotros y nuestros teléfonos”.
Pero el tiempo sin una pantalla no es factible para los estadounidenses que trabajan desde casa. Al menos por ahora, los estadounidenses están atrapados entre una pantalla y una pandemia.
¿Habrá menos pantalla?
Algunos parecen pensar que el tiempo de pantalla puede retroceder: Netflix, que agregó más de 25 millones de suscriptores de pago en el primer semestre del año, pronostica un menor aumento de las suscripciones para el tercer trimestre. Pero Katsingris no está tan seguro.
“Es un momento muy impredecible, ya que estados y empresas de todo el país se encuentran en diferentes etapas de apertura y cierre”, escribió. “Si las escuelas vuelven a abrir o permanecen cerradas en el otoño es un factor a tener en cuenta en lo que respecta al consumo de medios”.
Por lo tanto, depende de las personas regularse a sí mismas. Allyn Morrison trató de controlar cuánto tiempo estuvo mirando una pantalla y tomar descansos. Ahora está de vuelta en el trabajo en The Perk, y ya no está encerrada en casa todo el día.
“Es genial ir a algún lado y no tener que estar aquí”, dijo.
Pero para muchos otros, estar pegado a una pantalla —ya sea navegando por las redes sociales para ver las últimas noticias o jugar videojuegos para simplemente desconectarse— sigue siendo difícil de resistir. Al menos un profesional de la salud mental piensa que no hay que preocuparse demasiado.
Mike Brooks, sicólogo licenciado con sede en Austin, Texas, y autor de un libro sobre la crianza de niños en un mundo hiperconectado, Tech Generation: Raising Kids in a Hyper-Connected World (“Generación tecnológica: criar niños en un mundo hiperconectado”), dijo que la necesidad de una toma de corriente electrónica puede ser mayor que cualquier daño que se haga.
“Necesitamos bajar un poco el listón de lo que es aceptable y no castigarnos por el tiempo que pasamos frente a la pantalla”, dijo Brooks. “Esto nos ayudará a superar esta pandemia mejor de lo que lo haríamos de otra manera”.