La DC sale a buscar su sentido en común
El partido tendrá elecciones internas en enero. Fuad Chahin iría a la repostulación como presidente. Aún no se sabe con quién competirá, aunque el senador Huenchumilla ya pidió “un cambio”.
El viernes pasado y de forma unánime, el Consejo Nacional de la Democracia Cristiana fijó sus elecciones internas para el 17 de enero del próximo año. Desde el entorno del presidente actual, Fuad Chahin, pronostican un muy probable anuncio de su repostulación en las próximas semanas.
Quién le competirá y en qué condiciones aún no es claro, pues pese a que su directiva recibió críticas de parte de personeros representantes de las conocidas “dos almas” de la DC, hoy, en medio de la pandemia y de los varios procesos eleccionarios que vienen, no hay una articulación real de la disidencia. Al menos, así lo explican desde la misma colectividad.
Pero más que quién será el sucesor de Chahin, líder actual de los “colorines”, lo que está en discusión en los próximos meses para algunos es la relevancia de la colectividad y en quién buscarán aliados de cara a las próximas presidenciales y a la necesidad de volver a gobernar.
Enfrentado con las dos almas DC
“Que Fuad Chahin pueda continuar o no depende de si sintoniza con el sentido común partidario que quiere tener un perfil claramente DC dentro de la centroizquierda. Si durante estos meses ese sentido común se ve interpretado por la directiva, continuarán. Si hay dudas al respecto, se levantarán alternativas. De momento, cuentan con el respaldo de todos y siguen una línea de sentido común”, explica a PAUTA Víctor Maldonado, exsubsecretario General de la Presidencia del segundo gobierno de Michelle Bachelet y panelista de Primera Pauta.
La sintonía de la actual directiva con la militancia es, como en cualquier contienda partidista, una línea de reflexión. Desde la misma colectividad reconocen que la mesa atravesó dos etapas: una, entre 2018 y 2019, considerada de mayor cercanía con el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, cuando apoyó varios proyectos impulsados por el Ejecutivo, a contracorriente en varias ocasiones del resto de los socios de la centroizquierda.
Y otra, más reciente y desplegada desde el estallido social, que apunta a la unión de la oposición. Entremedio, el enfrentamiento con las dos corrientes democratacristianas. Primero con aquellos que criticaron los acuerdos con el Gobierno; ahora, con quienes resienten lo que evalúan como un acercamiento al Frente Amplio.
“Cuando se dice que nos hemos acercado al Gobierno, uno podría ir demostrando en cada uno de los temas cómo los proyectos que el Ejecutivo ingresó y que se aprobaron fueron modificados sustancialmente por las propuestas que vienen de nuestro partido […] Hoy estamos en una etapa distinta, donde el Gobierno no cuenta ni con el apoyo de sus propios partidos”, comenta a este medio el secretario general de la colectividad, David Morales.
Aquella “etapa distinta”, marcada por la búsqueda de unir esfuerzos en pos del Plebiscito y de retornar a La Moneda, molesta entre los sectores más conservadores de la DC. El argumento: que la unión de la oposición es más bien la “izquierdización” de la oposición, tesis sostenida por el exsenador y expresidente DC Ignacio Walker. El problema con ese giro de la colectividad sería, a juicio de Walker, que no da respuesta a los votantes de centro, más moderados, y que entonces aquel caudal de votos se lo llevaría la derecha.
Pero, retrucan otros en la Falange, los personeros más representativos de aquel sector ya no forman parte de la colectividad, como Soledad Alvear o Gutenberg Martínez, por lo que no es claro quién de esa corriente podría encabezar una alternativa a la directiva actual. Los que quedan aún: el exministro del Interior Jorge Burgos o el mismo Walker, desde cuyo entorno aseguran que no volvería a postular a la dirección de la DC.
Otras voces dentro del partido aseguran que aquella postura “moderada” es más bien minoritaria. Y que el único camino para la colectividad es continuar con la línea que Fuad Chahin ha seguido en el último año, en “mayor sintonía con la ciudadanía”.
“El análisis de Walker es equivocado desde hace mucho tiempo. Creo que si él cree que estamos errados en la dirección que hemos tomado, y es necesario una alternativa nueva en el PDC, la invitación es que él y quienes tengan un pensamiento parecido se midan internamente. Creo que perderán”, responde a PAUTA la expresidenta de la colectividad Myriam Verdugo, una de las críticas de la “primera etapa” de la directiva de Chahin.
“Hoy día el partido ha sabido responder de una manera muy certera a las necesidades y urgencias que tiene el pueblo chileno. Me siento muy identificada con lo que se está haciendo”, agrega.
A primarias con Beatriz Sánchez
Así, los esfuerzos de la dirección de la DC en este último año han apuntado a retomar ciertas conexiones con los “antiguos socios”, el PS y el PPD, por ejemplo. Y ahora, los lazos con los partidos de centroizquierda se extienden desde simples coordinaciones para el Plebiscito, hasta la posibilidad de tener un candidato en común para las próximas elecciones. Hace un mes, el Consejo Nacional de la Democracia Cristiana aprobó un voto político en el que fijó una serie de lineamientos para los desafíos electorales que vendrán.
En aquella instancia, de forma unánime se acordó que participarían de elecciones primarias con el resto de la oposición para definir candidatos a las alcaldías y a las gobernaciones regionales, pero también para las presidenciales. Eso sí, con una discusión previa sobre un marco programático.
“Si somos capaces de ponernos de acuerdo en un marco programático con Beatriz Sánchez, tendremos una primaria con Beatriz Sánchez. Y quien gane esa primaria será el candidato de la oposición. Ahora, nosotros aspiramos a que sea un DC el que gane esas primarias, pero primero tenemos que ser capaces de sentarnos a la mesa, de suscribir un acuerdo programático que nos permita tener elementos en común”, suma Morales.
Primero, la unidad
Mas existe otra lectura en el partido que habla de que, antes que las internas, hay que resolver un problema mucho más grande. La fuga de militantes, la sangría de relevancia reflejada en la derrota de Carolina Goic en 2017,y la pérdida de parlamentarios, la falta de una postura concreta y unitaria frente a los demás actores políticos, y una relación que viene y va con el resto de la oposición.
En palabras del senador y exintendente Francisco Huenchumilla, en una carta dirigida hacia sus camaradas de la DC: “Se requiere un cambio”.
De acuerdo con Huenchumilla, una elección interna no salvará el destino del partido si no se llega a un acuerdo previo entre las mismas corrientes, senadores, diputados, mesa y consejo nacional. E insistir en la misma conducción, sin una postura clara, unánime, ante el Gobierno, ante la derecha y ante la misma oposición, los conducirá nuevamente a una derrota, augura.
“El partido sacó en las presidenciales un 5,8% y en la de parlamentarios, nueve y tanto. El partido está a la baja y lo que se juega es su futuro. Para salir de la parte baja de la tabla requiere unidad, de propósito, de convivencia, que dejemos de lado los proyectos personales y busquemos los proyectos del partido. Ahora, si eso no se logra, cada uno asumirá sus responsabilidades y habrá una lista, dos, tres y seguiremos tal cual estamos”, dice el senador a este medio.
Que no hay receta y que hará falta diálogo, agrega. Pero para algo sí tiene una certeza: no será él quien encabece ninguna lista, “con unidad ni sin unidad”, pese a que en algún minuto había sido sondeado como candidato por los “chascones” de la colectividad. Tampoco su par del Senado Yasna Provoste, quien explica que se acomodará a cualquier alternativa que represente su corriente en el partido.
“Estoy preocupada de los temas que le pasan al país, el hambre, la falta de ayuda. Esa es nuestra preocupación. Yo pertenezco al mundo progresista dentro de la DC y me voy a alinear a cualquier iniciativa que represente a ese mundo, pero hoy día todo nuestro esfuerzo y despliegue está en ayudar a las familias que la están pasando mal”, responde Provoste a PAUTA.