Exdirector del SII e impuesto a altos patrimonios: el proyecto “lo quieren hacer en un texto de nada”
Ricardo Escobar cuestiona la complejidad e inefectividad de ese gravamen. Y critica el trabajo parlamentario. “Podrán legislar que la fuerza de gravedad no exista, pero eso no los va a hacer volar”.
“La idea y el proyecto se ven bastante malos, porque van a defraudar mucho las expectativas”. El exdirector del Servicio de Impuestos Internos (SII) Ricardo Escobar cree que desde su origen la propuesta de un grupo de parlamentarios de oposición está mal formulada y no cuenta con los requisitos mínimos para implementar lo que a su juicio sería “el impuesto más complejo” del país.
La iniciativa de cobro de un impuesto a los altos patrimonios -conocida popularmente como el “impuesto a los súper ricos”– considera una tasa del 2,5% al “patrimonio bruto” de las personas naturales en Chile o en el extranjero, al 31 de diciembre del año pasado. Su universo serían todos quienes tengan patrimonios iguales o superiores a los US$ 22 millones.
La propuesta inició su debate este miércoles 12 de agosto en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados. Según Escobar, esta idea no tiene elementos novedosos y, de acuerdo con las experiencias de otros países, “no recauda nada o recauda muy poco. Por lo tanto, si uno la evalúa desde el punto de vista de la probabilidad de obtener lo que se quiere, la probabilidad es muy baja”.
En PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA, el abogado y socio del estudio Bofill Escobar Silva ahondó en sus críticas al proyecto. “Más allá del ruido político y de encender una vez más las llamas de los pobres contra los ricos, lo que importa es de lo que se supone lo que va a recaudar para financiar esta especie de solidaridad que necesitamos hoy entre los más ricos y pobres, difícilmente lo va a lograr”, criticó.
“Como la discusión en estas circunstancias no va a tener seriedad alguna, no da la impresión de que sea el momento más adecuado para discutir el impuesto más complejo que queremos implementar en Chile […] Entonces saben qué, pídanle al ministro de Hacienda que emita un bono por US$ 500 millones y mientras se gastan ese bono, estudien bien las cosas y para entonces saquen una ley, porque lo otro que no tiene ningún sentido”, sostuvo.
“Ignorando la realidad”
A juicio del exdirector del SII, el Congreso ignora gravemente las “limitaciones de la realidad”, algo que durante el último tiempo se ha dado, según dijo, por el “populismo desatado”.
Hay varios problemas técnicos para implementar un impuesto al patrimonio como el propuesto. El primero de los inconvenientes que enumeró es el de su propia redacción. “Hablan de que va a ser un impuesto a los ‘patrimonios brutos’, pero yo no sé lo que es un patrimonio bruto; no es un concepto que exista por lo menos legalmente. Ahora… va a ser en la Constitución, que es el colmo de los colmos legislar un impuesto en una Constitución. Eso no tiene antecedentes en naciones civilizadas más o menos respetadas”, reprochó.
El patrimonio, explicó el abogado tributarista, es la diferencia ente los bienes y las deudas de una persona. Pero ¿cómo delimitarlo? Ese es precisamente un segundo problema: cómo determinar cuánto es realmente lo que la persona tiene, porque muchas personas también están apalancadas y con endeudamiento, por sociedades o empresas “aguas abajo”.
Además, si la persona es dueña de acciones de algunas empresas, que a su vez son titulares de otras acciones o fondos mutuos, Escobar plantea la siguiente interrogante: ¿Qué valores se utilizan? “Lo habitual es que muchos de esos valores no tienen nada que ver con el valor económico que se espera. Cuando se habla de que alguien es dueño de US$ 2.000 millones, esos US$ 2.000 millones pueden ser el resultado de 20 años de crecimientos de empresas que están por allá abajo. Esos valores no están reflejados en los balances de la empresa que está en la punta”.
En ese sentido, ejemplificó que si una persona es dueña, a través de una cascada, de alguna de las empresas que están en el IPSA, aquella compañía sí o sí emite deuda permanentemente y tiene sociedades operativas debajo. “¿El valor que se va a considerar cuál va a ser? ¿El valor en Bolsa del grupo o el valor neto de los activos? Esas fórmulas simplemente no están en el proyecto”, cuestionó.
Lineamientos para discutir
Escobar resaltó la importancia de tratar este y otros temas de forma seria. “Porque da la sensación de que cuando tú te embarcas en estas conversaciones del modo como se hace, lo están haciendo en broma. Si tú no te haces cargo de los elementos técnicos que significa esta discusión, de los elementos prácticos, operativos… además, tiene un plazo ridículo. Los datos simplemente no existen”.
Algo preocupante, continuó, es que lo que se ha tratado como algo simple en realidad requiere de una discusión técnica sumamente compleja, llegando a ser incluso más difícil que calcular el impuesto a la renta. “Este es el impuesto más complejo en lo técnico que habría que instalar en Chile, y lo quieren hacer en un texto de nada, tres páginas, sin datos, sin haber pensado cómo se van a obtener esos datos, sin saber cuánto tiempo requiere recolectarlos”.
Otro de los puntos criticados por el exdirector del SII es que la fórmula propuesta es binaria y no escalonada. En concreto, si una persona cuenta con un poco menos del monto previsto (US$ 22 millones) no pagaría nada, pero si se pasa por un poco de esa cifra, paga todo. “No lo hacen por incrementos marginales”.
Escobar enfatiza que es necesario dejar de lado “el populismo” e “informarles a estos caballeros (parlamentarios) que el mundo tiene algunas reglas que hace que no todo se pueda. Podrán legislar que la fuerza de gravedad no exista, pero eso no los va a hacer volar”.
Divorcio de larga data
Para el abogado, el divorcio entre la técnica y la política viene desde fines de la década pasada. Y a la fecha, la crisis se ha acrecentado en extremo. Es pesimista, dice, porque cree “que sigan primando las voces populistas. Lo que hizo que este país surgiera del modo en que lo hizo, y lo sacó de la mitad de abajo, llevándolo a ser el primer país de América Latina, fue entre otras cosas que hubo respeto por lo técnico y político, y trabajaron de la mano”. Eso, aseguró Escobar, se perdió.
Desde que colaboró en el gobierno de Patricio Aylwin a formular la reforma tributaria, “por los siguientes 15 años hubo un muy buen trabajo político y técnico, pero eso se perdió definitivamente después del primer gobierno de (Michelle) Bachelet. Ahí algo pasó que se perdió esa relación y lo único que pasó a importar es la calle, los que gritan lo que quiere la gente y tenemos hoy día un Parlamento con un montón de personas que están para vociferar con más volumen lo que sea que alguien quiera afuera”.
“No hay una actitud política de liderazgo, no tienen la responsabilidad que se requiere para conducir y educar a sus representados”, añadió.
Vea la entrevista con Ricardo Escobar en PAUTA Bloomberg