Las reformas al Plebiscito con que el oficialismo sorprendió a La Moneda
Un Congreso Constituyente y un piso de votación de 50% del padrón electoral requieren 2/3 de apoyo parlamentario. El ministro Pérez dijo que “pasó la vieja” para realizar cambios de cara a la consulta constitucional.
La situación sería la siguiente: al momento de votar en el Plebiscito de octubre, la papeleta propondría si Aprueba o Rechaza una nueva Constitución como primera pregunta.
Pero en la segunda habría un cambio sustancial a lo acordado en noviembre del año pasado: en lugar de una Convención Constucional, 100% electa por la ciudadanía, se ofrecería un “Congreso Constitucional”. Por otra parte, si menos del 50% del padrón electoral sufragara, el Plebiscito no tendría validez y debería repetirse dentro del siguiente mes. Las dos ideas son proyectos ingresados en los últimos 10 días por nueve diputados de la UDI y cuatro senadores de RN, respectivamente.
Ambas iniciativas llegan a menos de dos semanas de que parta el periodo oficial de campaña y a poco más de dos meses de la votación. Entre los partidos opositores no gustaron nada. “Mala fe”, acusó el presidente de la DC, Fuad Chahin, o una “jugarreta”, en palabras de su par del PS, Álvaro Elizalde. Le siguieron de inmediato denuncias de intentar boicotear el proceso, esgrimidas por personeros del Frente Amplio.
Desde el oficialismo se defienden y argumentan que son propuestas “de toda lógica”. Con todo, al ser ambos proyectos de reforma constitucional, requerirán al menos 2/3 de las cámaras para ver la luz algún día. Y aunque saben que será “complicado”, en Chile Vamos esperan al menos que “se instale el debate”.
En La Moneda no sabían
Al rechazo de los partidos opositores se sumó la respuesta de los ministros de la Segpres, Cristián Monckeberg, y Segegob, Jaime Bellolio. Durante la semana les pasaron la pelota a los congresistas y aclararon que no se meterían en facultades inherentes de ellos, como proponer cualquier proyecto que estimen conveniente.
“Nos parece que es una medida a ver, pero hay que caer en un realismo. Para modificar eso se requiere 2/3 del Congreso y a esta altura veo un poco complejo poder conseguirlo”, declaró Bellolio en radio T13.
En privado, en La Moneda agregan que no había sido un tema discutido con los ministros y que, incluso, ni el mismo Bellolio conocía que se lanzaría así la propuesta de su exbancada. En el caso concreto de la modificación de la papeleta y según explican en el Ejecutivo, la UDI busca más “marcar el punto” de que las alternativas son caras, que efectivamente lograr que el proyecto avance.
¿Globos sonda?
Precisamente los costos son el principal argumento de la jefa y el subjefe de bancada UDI, María José Hoffman y Juan Antonio Coloma, más siete diputados gremialistas que apoyaron la moción. En el documento explican que la Convención Constituyente significaría un gasto “superior a los 4.500 millones de pesos en remuneraciones”, contando el sueldo de 155 miembros por 12 meses.
Pero además argumentan que había cierta lógica en que existiera aquel organismo antes, cuando el Plebiscito se debía votar en abril y los constituyentes tendrían que ser elegidos en octubre de este año. Ahora, con el aplazamiento generado por la pandemia, tendrían que coexistir “dos parlamentos” sesionando al mismo tiempo, pues los constituyentes y los nuevos diputados y senadores del próximo periodo trabajarían en simultáneo. Y por último, afirman que con esta propuesta no hay ninguna transgresión del acuerdo del 15N.
“El acuerdo del 15N ya ha sido modificado varias veces, respecto de la paridad, por ejemplo. Si hubieramos tomado la decisión de no tocarle una coma desde el principio, entiendo ese argumento, pero ya ha sido modificado”, comenta a PAUTA el diputado Coloma.
“Muchas veces uno presenta proyectos que inicialmente tienen resistencia de uno u otro sector político. Pero si uno se niega o presenta proyectos solo pensando en que pueden ser aprobados, mejor legislemos con encuestas. Algo creo en la posibilidad de persuadir y de debatir respecto de este tipo de modificaciones”, agrega.
En ese mismo sentido responde el diputado Patricio Melero, otro de los autores del cambio en la papeleta. Según dice, esto no es una “propuesta testimonial”, sino que probablemente tendrá apoyo en la ciudadanía y en el Parlamento y es necesario que “se instale el debate legislativo en esta materia”.
“Creo que la opinión pública le verá sentido común a nuestra propuesta, no es que vaya en contra de la Constitución ni del Plebiscito. Busca una forma más racional y democrática de redactar una nueva Constitución a través de un solo cuerpo, en vez de tener dos organismos paralelos sesionando para un mismo fin”, suma Melero en conversación con este medio.
Más del 50%
La otra iniciativa que tensionó lo acordado en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución fue la presentada por el senador RN Francisco Chahuán en compañía de sus pares Carmen Gloria Aravena, Rodrigo Galilea y Rafael Prohens, el nuevo presidente interino de la colectividad.
El texto dice que, si no participa al menos la mitad del padrón electoral el 25 de octubre, el Presidente tendrá que convocar a un segundo Plebiscito de entrada. La idea, según explican sus autores, es darle “mayor legitimidad” al proceso pues en él se definirán los marcos regulatorios en los que se tendrá que mover el país en el futuro.
“Sabemos que tenemos la complicación de que estamos encima del proceso, pero creemos que es un debate que a lo menos debe darse. A mí me habría gustado la posibilidad de establecer el voto obligatorio, tanto en el plebiscito de entrada como en el plebiscito de salida”, comenta Chahuán a PAUTA.
“La ley de los gobernadores regionales se hizo hace tres años y se puso una condición de una votación del 40% para ganar en primera vuelta. ¿No es más importante la Constitución que la elección de un gobernador? Si la respuesta es sí, entonces el 50% no es una aberración”, agrega Prohens.
Sin embargo, desde La Moneda al menos dos voces desestimaron la apuesta. Por un lado, el ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg, en entrevista con La Tercera, descartó la idea de tener un piso para validar la consulta constitucional y el titular del Interior, Víctor Pérez, aseguró que “pasó la vieja” para este tipo de propuestas.
“Hacer proposiciones pueden ser valiosas para pensarlas a lo mejor hacia el futuro, pero en este (proceso) creo que las reglas están clara y establecidas y esas son las reglas que hay que cumplir”, dijo este domingo el ministro Pérez en Canal 13.
¿Qué es lo que queda ahora? Captar el apoyo de los demás parlamentarios y llegar a los 2/3 requeridos para hacer avanzar las propuestas, pero el tiempo y la crítica de que estas mociones transgreden el compromiso del 15N ponen en duda su factibilidad.
“No veo esto como negativo para el pacto de noviembre, porque son materias que recibirán el acuerdo y el concurso de las grandes mayorías del Senado o la Cámara de Diputadas y Diputados para poder darle curso a las mismas”, resume Chahuán.
Y Prohens añade: “Cuando se firma el acuerdo, apurados, porque estábamos en una crisis social donde se estaba destruyendo el país, muchas cosas no se visualizaron en ese minuto. Las iniciativas las aprobarán, las rechazarán, será como será, pero vamos a quedar con la conciencia tranquila de que lo que estamos haciendo es por el bien del país y no por el bien personal ni buscando a resultados engañosos. Si dicen que la mayoría del país está por una opción, ¿qué susto tienen entonces?”.