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Todos contra todos: cómo se cayó el proyecto de inhabilidades

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Agencia Uno.
POR Gladys Pierola |

Faltó un voto en el Senado para alcanzar el cuórum de 3/5. Con aguas divididas al interior de los partidos, el golpe fue duro principalmente para Chile Vamos y el Gobierno.

El ánimo de este jueves en el Senado estuvo bastante tenso, y no precisamente por los dimes y diretes entre el oficialismo y la oposición. Más bien fue por los dichos entre los que estaban a favor y los que estaban en contra del texto que salió de la Comisión Mixta y que buscaba levantar las inhabilidades de alcaldes, concejales, consejeros regionales, futuros gobernadores, diputados y senadores para que pudieran competir por otro cargo de elección popular. 

La discusión transitó entre los que defendían la “competencia total” y los que acusaban “trajes a la medida” para los propios parlamentarios. Los calificativos fueron cruzados, lo mismo que los apoyos. Salvo el PS, el resto de los partidos votó dividido.

La propuesta se rechazó en la Cámara Alta por no alcanzar el cuórum requerido de 3/5. Necesitaba 26 votos, pero faltó uno. La votación fue 25 a favor, 16 en contra y una abstención, de la senadora DC Yasna Provoste, quien se convirtió en el apoyo clave de la jornada. Incluso, con la petición pública del senador de RN, Francisco Chahuán, quien le solicitó que reevaluara su decisión, debido a que ella había impulsado otra moción similar que también apuntaba a ajustar las inhabilidades de los candidatos a las municipales de 2021. 

La parlamentaria lo pensó y preguntó en más de una oportunidad sobre los efectos de su abstención en la votación final. Pero finalmente se mantuvo. Y la derrota de la propuesta se consolidó.

El golpe oficialista

Los que estaban a favor, partiendo por La Moneda, apuntaron en privado a la presión de las redes sociales y también el temor a la competencia, pues un alcalde con buena votación que se mida en la  carrera de gobernadores regionales o que aspire directo a un sillón en el Congreso podría transformarse en una carta fuerte para las próximas parlamentarias. 

“Aquí no hubo una mayoría política, faltó un voto y yo lo encuentro lamentable y penoso, porque lo que buscamos es que hubiera más competencia, que la gente decidiera”, defendió tras la votación el titular de la Segpres, Cristián Monckeberg. Tras el rechazo de la propuesta, deslizó que la decisión del Senado en este caso fue para “protegerse”. 

“Tiene que haber voluntad política de competir, voluntad política de destrabar protecciones y yo lo que vi acá es que más bien hay temor, preocupaciones y prejuicio, de ‘ver qué ocurre en la siguiente elección para ver si levanto o no las inhabilidades'”, agregó el ministro. 

Si bien al mediodía los cálculos estaban justos y la votación final no tuvo grandes sorpresas, el resultado fue un duro golpe para el Gobierno y para las aspiraciones electorales de Chile Vamos que deberán reordenarse. Habían sido los principales impulsores de la medida, en especial en la UDI y RN, quienes habían pedido una salida para los alcaldes, tras el límite a la reelección. Por eso, los ánimos quedaron enrarecidos ya que el revés fue propinado, además, con tres votos oficialistas. 

“El problema era el cálculo político. Aquí no hay un tema de convicciones, hay un tema de conveniencia y los que votaron en contra, básicamente, lo hicieron porque veían que se les podía generar una competencia. Eso es”, señaló a PAUTA la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe.

Y agregó: “Esto no corresponde y quienes argumentaron que esto era incoherente con el límite a la reelección, me parece que es un error. Creo que es todo lo contrario. Si no hay reelección debería haber competencia total y ningún tipo de proteccionismo”.

“Esto es lo peor de la política” 

“Hay un componente de carácter electoral que claramente, a partir del levantamiento de estas inhabilidades, podrá determinar cuán perjudicado o beneficiado puede ser un partido político respecto de una posible candidatura de alcaldes, concejales, cores y parlamentarios hacia otro cargo público”, señaló uno de los que apoyó la iniciativa, el senador (IND) Pedro Araya. Así, dio en el clavo en uno de los principales argumentos de la discusión: la calculadora electoral. 

De ahí que los detractores del proyecto calificaran de “vergonzoso” el debate, pues se daba una señal equivocada a la ciudadanía después de haber legislado sobre el límite a la reelección. Los más duros apuntaron a la posibilidad de que los propios senadores y diputados fueran beneficiados de la propuesta que de haberse aprobado habría permitido a los actuales miembros del Congreso -muchos de los cuales no pueden ir por un periodo más en sus actuales cargos- se convirtieran en eventuales candidatos a un sillón municipal o un cupo de gobernador regional. 

“Esto es lo peor de la política y es lo que ha explicado en esencia el deterioro de la legitimidad de las instituciones de nuestro Estado democrático y en particular del Congreso. No es razonable que los incumbentes estén adaptando las leyes a sus propios intereses particulares”, acusó el senador (IND) Alejandro Guillier.

Al otro lado, el senador de la UDI Iván Moreira argumentó también sobre la imagen que se daba en esta discusión. “Este proyecto es un retroceso que no ayuda ni prestigia a la política”, dijo. 

¿Es un problema de formas?

Sin embargo, algunos como los senadores de la DC Jorge Pizarro y Francisco Huenchumilla también apuntaron a la forma en que se tramitó la moción, pues en agosto se revivió la Comisión Mixta por este tema luego de estar en el refrigerador legislativo por más de tres años. De hecho, el proyecto original, que buscaba levantar las inhabilidades a los cores, es de 2017, y luego se fusionó con otros proyectos que también pretendían facilitar la competencia de concejales y alcaldes. 

Por eso, el problema y la principal excusa que se dio fue la amplitud de la propuesta que llegó este jueves a la Sala, la que terminó incluyendo a los parlamentarios cuando no estaba en el espíritu original de la propuesta. Otro factor fue el momento para hacerlo: en pleno proceso electoral. De hecho, varios esgrimieron que en el caso de las autoridades locales una iniciativa de estas características, que ajustara los tiempos para los candidatos a las municipales, quizás habría logrado más apoyo y consenso aparte, sin mezclarlo con los diputados y senadores. Sin embargo, el texto que salió de la Comisión Mixta se tenía que votar completo y no separado, aunque algunos, como el senador PS José Miguel Insulza, lo habían solicitado en la instancia ad hoc. “Esto es entre la espada y la pared. Es todo o nada”, señalaron algunos senadores.

En el caso de Huenchumilla, sus dichos incluso apuntaron al rol del ministro Monckeberg en la discusión. Acusó que con los cambios ingresados en la Mixta el proyecto se había convertido en “un resquicio legal”, que, según él, era inconstitucional, pues se saltaba “todos los procedimientos de tramitación de la ley”.

“Ministro, usted no puede hacer esto”, dijo Huenchumilla, asegurando que el rol del titular de la Segpres era precisamente revisar la legalidad de los proyectos. “Con qué cara va a ir usted mañana a cualquier comisión a exigirnos rigurosidad en la tramitación de la ley, cuando usted está metiendo un resquicio por la ventana en este proyecto. Eso no se hace, ministro”, señaló el senador DC. 

Tras el revés del proyecto, la discusión sobre inhabilidades se queda sin sustento y sin más trámites legislativos por el momento. Con esto, la presión para los partidos y sus negociaciones electorales aumentan. Más cuando la próxima semana se deben inscribir los pactos para las primarias de alcaldes y gobernadores regionales.