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Natalia González: “Las expectativas se deben ir regulando en la discusión constitucional”

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Libertad y Desarrollo
POR Ana María |

La abogada de LyD dice que si se suman más derechos sociales, es clave ver con qué grado de especificidad, alcance y exigibilidad se establecen.

La abogada y directora de Asuntos Jurídicos de Libertad y Desarrollo (LyD), Natalia González, dice que aunque la actual Constitución consagra derechos sociales -y en una nueva Carta Magna podrían, eventualmente, incorporarse algunos más- es fundamental en el debate ver con qué grado de especificidad, alcance y exigibilidad se van a establecer.

Este análisis lo realizó este jueves 29 de octubre al participar, junto con la exministra Carolina Tohá, en la primera parte del seminario “Los nudos constitucionales después del Plebiscito”, que forma parte del ciclo de encuentros Construyendo País, organizados por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y PAUTA.

En medio del debate tras el Plebiscito, y mientras comienza la carrera contra el tiempo en la postulación de quiénes serán los 155 convencionales constituyentes que elaborarán la Carta Fundamental, la abogada señaló que existe un nudo político muy relevante que se debe tomar en cuenta.

“Yo creo en la democracia, en la alternancia del poder y en los distintos proyectos políticos. Pero lo que la Constitución debiera consagrar a nivel de derechos sociales son más bien las garantías y principios que están detrás. Es decir, cómo se van a prestar, pero con mucha deferencia a las democracias y gobiernos futuros y a los legisladores que van a ser electos para determinar cómo se otorgan esos derechos”.

Esto, porque, dijo, “hay un concepto de realidad que tenemos que considerar. Por ejemplo, los recursos fiscales, porque la situación fiscal en la que hoy se encuentra el Estado es muy distinta a la de un año atrás”. 

A modo de ejemplo, González recordó que 2020 terminará con una deuda pública mucho más alta que el año precedente y que, incluso, se prevé que en un par de años vaya a superar el 40% en términos de deuda bruta.

“Entonces, me parece muy legítimo que los gobiernos tengan la capacidad de priorizar y destinar esos recursos y que no tranquemos en la Constitución los procesos políticos legítimos que tienen que venir hacia adelante”, señaló. “En materia de exigibilidad también tenemos que ser cuidadosos de no generar a nivel de nuestros poderes del Estado mayor tensión que la hoy ya existe”.

Explicó que si se llegaran a establecer, eventualmente, acciones constitucionales para proteger derechos que son prestacionales y no libertades, hoy en la Constitución ya existe el recurso de protección para proteger las libertades.

Por ello, señaló que si se establecen mecanismos judiciales en la Constitución para proteger los derechos prestacionales, “podemos generar una tensión y una pugna entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo y debemos ser cautelosos para no profundizar los problemas institucionales”.

La relación del Ejecutivo con el Congreso

Para Natalia González, uno de los grandes nudos que existe hoy en la política tiene que ver con la relación entre el Poder Ejecutivo y el Congreso.

“Hoy los incentivos no están bien puestos para que haya una relación de colaboración entre el Parlamento y el Poder Ejecutivo. Y esa relación de colaboración tiene que darse tanto cuando el Presidente tiene mayorías en el Congreso como cuando no las tiene”.

A su juicio, cuando los presidentes tienen mayorías muy amplias tampoco es bueno para la democracia: al presentarse propuestas de ley estas “suelen salir como un buzón”. “El Congreso participa poco en la discusión y es poco considerado por el Ejecutivo, porque se da por sentado de que van a aprobar sus propuestas”, comenta.

Y añade: “Eso no me parece sano, porque el Congreso es un colegislador y tiene que tener un músculo suficiente a nivel de asesorías y de oficinas en el Parlamento que le permitan hacer un contrapeso efectivo al Ejecutivo en la discusión de diversas materias. No solo en lo presupuestario, sino también en las que requieren de un alto conocimiento y especificidad técnica”.

Por el otro lado, sin una mayoría y con poca colaboración, la situación de frustración se acentúa. “Ahí ocurre que la población elige a un líder que ofrece un programa de gobierno que ha determinado ciertas prioridades, la ciudadanía pone sus esperanzas y luego esa agenda política se tranca en el Congreso”.

Durante la conversación, Carolina Tohá señaló era necesario dar más participación. A su turno, la abogada de Libertad y Desarrollo estimó que sí existen esos espacios y que el país ha ido avanzando en su amplificación. Por ejemplo, a través de las audiencias públicas que se han regulado vía transparencia.

“Pero podemos avanzar un paso más y en la Constitución hay herramientas que pueden permitir mayor participación, pero con criterios de realidad y donde no le demos en sobredemasía expectativas a las personas respecto de la participación que van a tener”, dijo. “El tema de las expectativas lo tenemos que ir regulando y bajando, en general, en la discusión constitucional”.

Revise la conversación completa de Natalia González y Carolina Tohá