La misión de Janet Yellen como secretaria del Tesoro de Biden
La elección de la expresidenta de la Fed da indicios de que el mandatario electo busca actuar agresivamente en la reactivación.
La elección de Janet Yellen como secretaria del Tesoro por parte del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, da indicios de que planea actuar agresivamente para reactivar la economía más grande del mundo, poniendo al mando de su política económica a una expresidenta de la Reserva Federal que no ha rehuido los estímulos.
Con Yellen a cargo, el Departamento del Tesoro de Biden estará preparado para unirse a las políticas del presidente de la Fed, Jerome Powell, de bajas tasas de interés por más tiempo, con un gasto gubernamental ampliado y expansivo.
Si bien los informes de su elección fueron aplaudidos tanto en Wall Street como por un gran sector de funcionarios en Washington, incluso por parte de aliados del presidente, Donald Trump, Yellen seguramente será puesta a prueba en sus audiencias de confirmación en el Senado. Los conservadores indagarán acerca de sus puntos de vista sobre el gasto de estímulo, así como de su posición menos confrontacional hacia China, una nación que muchos republicanos consideran un adversario económico.
Testigo directo de las batallas cada vez más partidistas por el gasto gubernamental en Washington durante el último cuarto de siglo, Yellen ahora se convertirá en una combatiente por primera vez en su carrera.
Negociaciones legislativas
La Fed es una institución basada en el consenso, donde los colegas generalmente usan un lenguaje cortés y diplomático cuando no están de acuerdo. En su nuevo trabajo, Yellen puede esperar que los legisladores republicanos no reparen en modales al atacar el paquete de alivio de coronavirus a gran escala que promete Biden, mientras que cualquier concesión a la oposición seguramente producirá choques importantes con el ala liberal de su propio partido.
Yellen carece de experiencia en la elaboración de legislaciones con el Congreso, y tampoco trabajó cerca del alcance de los legisladores cuando fue presidenta de la Fed, un vacío en su currículum que podría crear una curva de aprendizaje el próximo año.
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Se espera que los planes de Biden para nominarla, confirmados por personas familiarizadas con el asunto, culminen en un anuncio la próxima semana.
Frente unificado
Se espera que su primer paso sea buscar la unidad entre la Fed y el Tesoro, las dos instituciones al frente de cualquier crisis económica.
El secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, la semana pasada abrió una brecha entre las agencias cuando se negó a extender varios programas de préstamos de crisis de la Fed creados por la Ley Cares, el estímulo promulgado a principios de este año.
La Fed dijo que se oponía a poner fin a los programas, pero acordó devolver cientos de miles de millones de dólares en dinero de respaldo al Tesoro, que Mnuchin quiere que el Congreso lo destine a lo que considera mejores usos.
Se estima que Yellen revertirá esa medida a principios del próximo año, después de que la campaña de Biden criticara la decisión de Mnuchin.
“En lugar de una disonancia y la ruptura que hemos visto recientemente entre el Tesoro y la Fed, este es un frente unificado, pero un frente unificado en la dirección correcta”, dijo Diane Swonk, economista jefe de Grant Thornton. “Necesitamos esto”.
Gran estímulo
Los líderes de las dos instituciones tienen años de historia de trabajo compartida entre ellos, lo que podría facilitar sus esfuerzos para apoyar la frágil recuperación de la pandemia. Powell sirvió en la junta de la Fed como gobernador cuando Yellen era presidenta, y luego asumió el cargo cuando Trump lo nominó como presidente de la Fed.
Una macroeconomista meticulosa que se especializa en el estudio del mercado laboral, Yellen, de 74 años, dijo recientemente que la política de la Fed de tasas de interés más bajas por más tiempo debería coincidir con un mayor gasto gubernamental.
“Mientras la pandemia sigue afectando gravemente a la economía, necesitamos continuar con un apoyo fiscal extraordinario, pero incluso creo que será necesario tomar medidas más allá de eso”, dijo Yellen el 19 de octubre en Bloomberg Television. “Podemos permitirnos tener más deuda”, agregó, porque las tasas de interés probablemente serán bajas “en los próximos años”.
Sin embargo, antes de que tenga la oportunidad de reparar las relaciones con la Fed y negociar el estímulo, Yellen puede esperar críticas republicanas por sus comentarios anteriores sobre la política comercial china. Biden regresa al gobierno federal con un Congreso mucho más antagónico con China que hace cuatro años y se une en su deseo de castigar a Beijing por prácticas comerciales desleales.
Error tras la crisis financiera
Yellen y Biden pueden tratar de evitar una repetición de lo que muchos economistas consideraron un error de política después de la crisis financiera de 2008-2009, cuando un retorno prematuro a la austeridad fiscal por parte del Congreso frenó la recuperación, incluso cuando la Fed intentó estimular el crecimiento a través de polémicos programas de flexibilización cuantitativa.
Es un paso en falso del que Powell está muy consciente y que Biden observó de primera mano como vicepresidente de Barack Obama.
El problema, al menos desde el punto de vista de Yellen y Biden, es que la forma de la política fiscal dependerá en gran medida de qué partido controle el Senado, algo que no se sabrá hasta la segunda vuelta por dos escaños de Georgia a principios de enero.
En caso de que los republicanos conserven la mayoría, la considerable reputación de Yellen como formuladora de políticas probablemente no sea suficiente para persuadir a los oponentes de Biden de que adopten su visión de un mayor gasto federal y una economía estadounidense reformada.