Primarias de gobernadores RM: qué se juega la oposición en la elección del domingo
El Frente Amplio y Unidad Constituyente medirán fuerzas en los comicios para elegir al candidato a gobernador metropolitano. Son seis candidatos divididos en dos contiendas.
Este domingo 29 las primarias para gobernadores regionales se convertirán en una nueva prueba para la oposición. Pero no en toda la oposición ni en todas partes. Lo será en las cuatro regiones donde Unidad Constituyente (PS-PPD-PR-DC-PRO-Ciudadanos) y el Frente Amplio compartirán urnas, pese a ir en papeletas separadas. De ellas, Valparaíso y la Región Metropolitana aparecen como las más competitivas.
En el caso de la “batalla por Santiago”, los dos bloques buscarán dirimir, entre tres candidatos por cada lado, quién será su abanderado o abanderada para disputarle la primera elección de gobernadores a Chile Vamos. Por el Frente Amplio compiten Karina Oliva (Comunes), Sebastián Depolo (Revolución Democrática) y María José Cumplido (Partido Liberal). Los dos primeros son activos dirigentes de sus tiendas, y la tercera, una debutante de estas lides. Al otro lado, por Unidad Constituyente se miden caras más conocidas. Son tres exministros sectoriales y militantes de largo aliento en sus partidos: Helia Molina (PPD), Álvaro Erazo (PS) y Claudio Orrego (DC).
Por eso, la gran pregunta para el día después, con votación en mano y con dos ganadores sacramentados es: si no se pudo llegar a un acuerdo antes para tener una gran primaria de la oposición -y tampoco se puede olvidar la polémica de la inscripción-, ¿se podrá llegar a un pacto ex post para lograr un solo candidato de la amplia izquierda en la papeleta de abril? La respuesta punza el sector, porque calculan que para ganar la elección final se necesita el 40% de los votos, y si la centroderecha lleva solo un nombre se corre riesgo al presentar dos candidatos.
Según los propios candidatos, en la RM el problema no es el diagnóstico, que en su gran mayoría se comparte en temas como desigualdad territorial o en la idea de buscar un sello más ciudadano. Las diferencias son las formas y -como casi siempre- los mecanismos. Sin embargo, uno de los factores clave de esta ecuación será la medición de fuerzas, es decir, cuánto lograrán convocar los distintos bloques.
“La capacidad que tengamos de convencer en particular a cada uno de los independientes como a los militantes de los partidos va a ser un termómetro del grado de participación y credibilidad que tienen las fuerzas políticas”, dice a este medio el extitular de Salud y precandidato a Gore, Álvaro Erazo.
Dime cuánto pesa cada uno
Con poca información de las campañas y la pandemia incluida, pocos se atreven a dar números para los comicios de este fin de semana. “Si vota poca gente en verdad uno no mide nada, porque el porcentaje de militantes es bajo y los votos militantes no marcan. Los partidos no son ninguna fortaleza para el candidato. El candidato tiene que brillar por sus propios méritos, de no tener tejado de vidrio y de tener una trayectoria consistente. No reniego de los partidos, pero hay que renovarlos”, advierte a PAUTA la exministra del segundo gobierno de Michelle Bachelet Helia Molina, quien por segunda vez compite por cargo de elección popular.
Para la historiadora y candidata del Partido Liberal, María José Cumplido, en los balances también influirá que “somos un país con poca cultura de primarias”. “No creo que sea tan lineal la competencia de fuerza, pero en ese sentido tengo un gran respeto por Claudio Orrego, por Helia Molina y por Álvaro Erazo. Creo que deberíamos tener una buena relación y una posibilidad también de construir y unir a la centroizquierda”, señala a este medio.
A simple vista, la ex-Concertación más el PRO y Ciudadanos tienen más aparataje electoral que el FA y ahí los votos de los ciudadanos comunes y corrientes que no firmaron por ningún partido son mayoría por lejos. Por ejemplo, los afiliados a partidos participantes en la elección de primarias -esto también incluyendo a Chile Vamos- a lo largo del país alcanzan las 560.715 personas, que solo corresponden al 4% del padrón habilitado.
“Sabemos que vamos de chico a grande. No tenemos los 30 años de municipios, concejales o de maquinarias territoriales o de acarreo. No nos importa tanto hoy el volumen de votos, sino que podamos mostrar nuestras ideas a la gente”, señala a PAUTA Sebastián Depolo.
El extimonel de RD recuerda la experiencia de las primarias presidenciales de 2017, donde se midieron Beatriz Sánchez y Alberto Mayol. “El hecho de hacer esas primarias nos permitió crecer y casi empatarle a la ex Nueva Mayoría. Entonces, creemos que se va a dar eso. Esta es una elección que tiene segunda vuelta. No estamos ansiosos por una unidad de siglas que no tenga contenido”, agrega.
Durante el último mes, los seis aspirantes a convertirse en el primer gobernador metropolitano se han topado en varios debates para plantear sus propuestas y también para marcar las diferencias. En el Frente Amplio se repiten ideas como lograr una gobernación paritaria, inclusiva y participativa, mientras que en Unidad Constituyente los conceptos que se reiteran son la experiencia para un cargo nuevo –que sí tiene varios vacíos y limitaciones de competencias– y la protección social.
“Por un lado, nos dicen voten por nosotros porque tenemos mucha experiencia, pero sus resultados no son los que nosotros queremos. ¿De qué experiencia nos hablan?, ¿de la que segregó a Santiago? Ellos son corresponsables”, apunta Depolo.
En el FA dicen que la distancia mayor está con las ideas de Claudio Orrego, pero el exintendente de la RM asegura que hay diagnósticos muy compartidos con los frenteamplistas. “Nunca entendí por qué no quisieron hacer la misma primaria”, comenta a PAUTA.
Para Orrego lo de este domingo sí es una cierta medición de fuerzas. “Yo digo que el que saque más votos en esta primaria que sea el candidato de la oposición, porque no es cierto que tengamos grandes diferencias de diagnósticos. Sí tenemos grandes diferencias de experiencia. Eso sí. Hay gente que no ha sido ni presidente de curso y eso es complicado”, señala.
De hecho, destaca este punto y toma distancia de los competidores de izquierda. “Hay contendores que parece que están postulando a Presidente de la República y no a gobernadores de Santiago. No ando generando planes utópicos, aquí hay que partir gobernando el día uno. El Estado es complejo, es difícil y es burocrático y el que no lo conoce, porque nunca ha dirigido ni la más mínima institución, se va a pasar los cuatro años aprendiendo”, agrega el candidato de la DC, quien también recibió el apoyo del Partido Radical, Ciudadanos y del PRO.
La conversación del día después
En el Frente Amplio dicen que no se cierran a la idea de pensar en un solo candidato de la oposición para abril, pero aseguran que el camino para elegir sería nuevamente una nueva primaria. Sí, esta vez convencional y que podría darse el 20 de diciembre, día en que la centroizquierda y la izquierda realizarían consultas ciudadanas en cerca de 90 comunas. Además, el FA pactó con Chile Digno, Verde y Soberano (que reúne al PC, el FRVS y otros movimientos de izquierda) primarias convencionales de gobernadores en otras cinco regiones. Una idea que no gusta para nada en el bloque de Unidad Constituyente (PS, PPD, PR, DC, PRO y Ciudadanos).
“Son los partidos que tienen mayor rechazo por la negligencia con la que gobernaron los últimos 30 años. Es un poco engañoso pensar esto en las maquinarias, porque están fuera de la elección la mayor parte de la ciudadanía. ¿Cuánta gente de la ex-Concertación le gustaría votar por un candidato del FA y por ley no pueden? Por eso esta primaria no se resuelve con un candidato único, con quién saca más votos de todos, sino cómo hacemos abierto el debate y participativo con la gente”, dice Karina Oliva a PAUTA.
Oliva asegura que si ganan están disponibles para hacer una primaria ciudadana con todos. Hace un llamado a “la generosidad” y respeto por aquellos que no pudieron participar de las primarias legales como el Partido Comunista, donde la exministra Claudia Pascual era la carta, e incluso con el Partido Humanista, donde el marido de la diputada Pamela Jiles, Pablo Maltés, corre como el candidato para la gobernación metropolitana.
En RD también plantean este último punto. “El camino que nosotros queremos es que lo decida la gente. No estoy disponible que este sea un acuerdo cupular, porque cómo le explico yo a la gente que votó por mí ‘saben que no voy, usted tiene que votar por otro’. Eso es algo muy difícil de explicar. Si bien no me cierro a ninguna posibilidad, no creo que eso sea solo electoral, tiene que ver con los contenidos. Y como está la segunda vuelta, desdramatizo que llevemos más de una candidatura de la oposición”, advierte Depolo.
Al otro lado, Helia Molina comenta que este escenario lo han discutido entre los seis aspirantes a liderar la RM, pero sincera que hacer otra primaria “es caro y difícil” en tan poco tiempo. “No soy yo quién decide eso. Es supercomplicado, pero si eso es lo que se acuerda y gano, ahí estaré”, dice la exministra de Salud.
Quien sí cierra inmediatamente la puerta a una fórmula así es Orrego. “Me parece una falta de respeto que quienes se levantaron y no estuvieron disponibles para primarias pongan condiciones. Qué sentido tiene hacer una segunda primaria, si todos vamos a estar en la papeleta del domingo. El que tenga un voto más, que sea el candidato; lo otro es no tomar en serio a la democracia y a las personas. Uno no anda convocando a millones de chilenos cadas dos semanas a elección, simplemente porque tuviste la idea de darte un gustito”, señala el exintendente.
Los candidatos se definen