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El pasado boom del cobre impulsó la economía… y también mejoró la salud mental

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Crédito: Tumisu/ Pixabay
POR Marcela Gómez |

Una investigación de la Dipres relaciona el superciclo del metal con menores casos de depresión en comunas mineras.

La pandemia ha visibilizado los problemas de salud mental y existe evidencia suficiente respecto a que este tipo de enfermedades aumentan en periodos de recesión económica. ¿Pero qué pasa en épocas de alto crecimiento?

Una investigación muestra que el llamado “superciclo del cobre” en Chile (el periodo en que el metal registró altos precios) mejoraron los indicadores de salud mental en las comunas mineras, que se beneficiaron más directamente de esa mayor actividad e ingresos.

El resultado proviene del artículo “Boom de commodities y salud mental en Chile”, de la serie de Estudios de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos, que utiliza las tasas de egresos hospitalarios (que mide el término de ocupación de una cama médica) por diagnósticos asociados a depresión por cada 100.000 habitantes en comunas mineras y no mineras entre 2001 y 2019. Los autores, Álvaro Miranda Carlos Guastavino, detectan una serie de impactos en medidas de bienestar adicionales a las puramente económicas.

Los impactos

El texto documenta que “el boom impactó positivamente las condiciones económicas locales, lo que a su vez podría afectar la salud de los individuos a nivel general”. Más específicamente, los resultados señalan que las comunas mineras vieron reducirse su tasa de egresos hospitalarios por depresión, lo que podría explicarse por el aumento de los ingresos de sus habitantes relativo a localidades menos expuestas al boom.

Los autores realizan diversas modelaciones para asegurar la robustez de los resultados. Detectan que un alza de 100% en el índice de precios (el cobre pasó US$ 0,8 la libra en 2003 a US$ 4 la libra en 2008) genera una disminución de cinco casos de depresión por cada 100.000 habitantes. Otros resultados apuntan a una reducción promedio de 11 egresos hospitalarios por depresión cada 100.000 habitantes por causa del boom en las comunas mineras relativa a no mineras.

Los datos no revelan un efecto de superciclo minero en la mortalidad por suicidio.

En el caso de las hospitalizaciones relacionadas con el consumo de sustancias ilícitas, los datos muestran una relación positiva y significativa entre el boom y el abuso de drogas. Aquello “sugiere que la mayor disponibilidad de recursos podría aumentar su consumo”, dicen los autores, que advierten que ello contraría hallazgos de otras investigaciones.

En forma complementaria, se emplean los datos de la encuesta Casen para conocer el impacto de boom de precios en las condiciones sanitarias en general. Esto muestra que el bienestar autopercibido por quienes fueron encuestados se relaciona con las condiciones económicas imperantes donde viven.

Así, quienes residen en las comunas más expuestas al ciclo minero reportaron en promedio mayor probabilidad de tener una salud “muy buena” o nota 7, siendo menos probable que declaren un estado de salud “muy malo” o nota 1. “Por lo tanto, un eventual mecanismo detrás de la contraciclicidad de las tasas de egresos por depresión es la relación positiva del ciclo con el bienestar reportado ya que, ante ciclos favorables, los individuos expuestos perciben que su estado de salud es mejor relativo a los no expuestos”, afirman los autores.