Los detalles de la formalización por homicidio del carabinero que disparó al malabarista
La discusión de fondo fue si acaso hubo legítima defensa, pero la Fiscalía señaló que el último balazo fue “injustificado”.
La discusión previa en la audiencia de formalización del carabinero que el viernes 5 de febrero mató de un disparo al malabarista Francisco Martínez Romero (27) en el centro de Panguipulli fue si se podía o no dar publicidad a su nombre. Y el juez del tribunal de Garantía de Panguipulli, Felipe Muñoz, autorizó su divulgación: el sargento Juan González Iturriaga.
Luego comenzó la causa contra González Iturriaga, quien fue formalizado la tarde del 8 de febrero por el fiscal regional de Los Ríos, Juan Meléndez, por el delito de homicidio simple del malabarista luego de realizar seis disparos. El último fue mortal, al corazón. Los hechos se produjeron mientras el sargento hacía un control de identidad, el joven se negó y luego se le abalanzó con tres machetes: dos en una mano y uno la otra.
El fiscal dijo que “el último disparo era injustificado”, pues señaló que a esas alturas el malabarista ya estaba inmovilizado. “Excede la necesidad racional del medio empleado por el imputado para impedir o repeler la referida agresión”, añadió.
Después de una audiencia que duró más de ocho horas, el juez de Garantía consideró que el último disparo y la conducta del carabinero fue “antijurídica y reprochable”. También coincidió con la petición de la Fiscalía y, dada la irreprochable conducta anterior del sargento, decretó el arresto domiciliario total. La decisión fue apelada de inmediato por los querellantes, que pidieron prisión preventiva.
Además, el magistrado determinó cuatro meses de plazo para la investigación.
Abogados y la declaración de la testigo
Durante la audiencia, el Ministerio Público -que pidió arresto domiciliario- fue representado primero por Meléndez, quien se encargó de la formalización del sargento. Luego, los detalles del caso los entregó el fiscal jefe de Panguipulli, Marcelo Leal: mostró videos, leyó las pericias de la PDI en el sitio del suceso y la declaración de testigos, entre ellos una mujer cuyo nombre se mantuvo en reserva, y la de los dos carabineros que trabajan con González: Jocelyn Carvajal y Cristian Moraga.
Además, participó en la audiencia como representante de la hermana del malabarista el abogado Rodrigo Román, quien señaló que a su juicio se trataba de homicidio calificado y pidió prisión preventiva. En tanto, por el Instituto de Derechos Humanos (INDH) hubo dos abogados: Pablo Rivera y Elisabeth Matthei.
Pablo Ardouin Bórquez, el abogado del sargento, dijo que González no tenía cómo saber, en el momento de los hechos, si los machetes tenían filo o no. “Él no buscó esto, retrocedió 18 metros y le pidió siempre que bajara los machetes”, señaló en la audiencia.
Y sostuvo como parte de su tesis de que se trató de legítima defensa, que “hasta el momento existen tres testigos: una que señala la agresión inicial, y dos que están en vehículos que señalan la agresión final; que dicen que el carabinero empezó siempre a retroceder y le pidió que bajara los cuchillos. Tres testigos que no son funcionarios policiales”, insistió.
“En este sentido, de acuerdo con la prueba y con los antecedentes de la Policía de Investigaciones, creemos que hay antecedentes que permiten entender que el actuar de mi defendido se encuentra claramente justificado”, añadió.
Elisabeth Matthei del INDH, en tanto, dijo que los machetes estaban adaptados para realizar malabarismo, que no representaban riesgo y no eran aptos para provocar heridas.
Y, para desestimar la tesis de la legítima defensa, argumentó que “no está en discusión que la víctima haya portado objetos que tenían una apariencia externa similar a machetes. Lo que discutimos es que si esos objetos fueron usados como una amenaza potencialmente creíble para entender que había un peligro a la vida o a la integridad física de alguno de los funcionarios de Carabineros”.
Añadió: “Y no había una amenaza, porque el hecho de sostener estos machetes por la parte de la hoja da cuenta de que el sujeto [el carabinero] no se encontraba en una situación [que resultara] amenazante”. Sin embargo, profundizó, la actitud de Martínez cambia solo después de recibir un primer disparo, cuando “sí empuña los machetes y se abalanza sobre el imputado”.
La reconstrucción de los hechos
La investigación del homicidio de Francisco Martínez Romero está a cargo de la PDI. Y, de acuerdo con el relato del fiscal Leal, leyendo los testimonios de los carabineros que iban con el sargento imputado, la tarde del 5 de febrero González Iturriaga les dijo que debían ir al centro de Panguipulli porque varios turistas reclamaron por la presencia de mochileros que tomaban alcohol, pedían dinero en la calle e impedían el tránsito de los peatones.
Al llegar al centro, a las 15:30 horas, González vio a Martínez Romero con tres machetes y dijo a los dos carabineros que debían realizarle un control de detención preventivo debido a que estaba prohibido usar ese tipo de armas.
Tras pedirle su identificación, el malabarista les preguntó por qué y les señaló que no tenía carné de identidad pues tenía “doble nacionalidad”.
Ante ello, siguió el fiscal, el sargento le dijo a Martínez Romero que debían ir a la Quinta Comisaría para poder corroborar su identidad.
Así fue como comenzó el incidente que terminó con la muerte del malabarista. Martínez comenzó a avanzar hacia González Iturriaga y, ante ello, el sargento sacó su arma y realizó el primer disparo al piso para disuadirlo, describió el persecutor.
El fiscal Meléndez agregó que, pese a ese disparo, “Martínez Romero no depuso su actitud y siguió acercándose de frente al funcionario policial con las armas blancas en las manos, quien comienza a retroceder por 18 metros aproximadamente”. Y agregó que, aunque fue llamado “a dejar las armas blancas, hizo caso omiso de ello”.
Luego, el sargento disparó de nuevo al suelo, y una de esas balas llegó a la pierna del malabarista. Fue después de eso que Martínez se abalanzó contra González Iturriaga con los machetes. Entonces vinieron otros dos tiros más. “Producto de ello Martínez se desestabiliza y cae al suelo, instante en que el imputado realizó un sexto y último disparo innecesario en la zona torácica. Este último provoca una herida cardiaca que le causa la muerte en el lugar”.
También en la audiencia la Fiscalía reveló que los tres carabineros habían llegado a Panguipulli tres días antes de la muerte del malabarista, el 2 de febrero. Venían de Concepción y fueron destinados a trabajar en el Plan Verano 2021 debido a la gran cantidad de turistas que llegan a esa ciudad.
Horas antes de ese 5 de febrero, previo a controlar al malabarista, los tres carabineros custodiaron el Cesfam durante el proceso de vacunación de covid-19 en Panguipulli.