Las cuatro preocupaciones del último marzo de Piñera en La Moneda
Capitalizar el proceso de vacunación, el reinicio de clases, la agenda legislativa y las votaciones paralelas del 11 de abril son los frentes que ocupan la atención del Presidente.
Para este lunes 22 de febrero está programado el regreso a La Moneda del Presidente Sebastián Piñera. Luego de tres semanas de vacaciones, aunque con varias pausas y pautas en terreno, el Mandatario termina sus días en el sur y retornará a la oficina.
Lo primero que tiene programado es un Consejo de Gabinete para ordenar la agenda del último año de su segunda administración y, en especial, de su último marzo. Aunque parte de esto se delineó a fines de enero, cuando el Gobierno fijó siete puntos para su ciclo de salida, la cita de ese lunes será clave para priorizar el inicio laboral, escolar y legislativo, que no solo estará marcado por el manejo de la pandemia y el proceso de vacunación masiva, sino también por el intenso calendario electoral que este año tiene su primera prueba con las cuatro elecciones del domingo 11 de abril.
Cinco millones de vacunados: la meta del primer trimestre
En el Gobierno hay una suerte de mantra que se repite a diario y que se mantendrá en las próximas semanas: la meta inicial es que al 31 de marzo, cuando termine el primer trimestre del año, los vacunados superen las cinco millones de personas pertenecientes a los grupos prioritarios. Hasta ahora, las cifras son favorables: según los últimos números entregados por el Ministerio de Salud, desde que comenzó la inoculación masiva el 3 de febrero, ya se logró la mitad. “Ha sido exitoso. En dos semanas hemos logrado vacunar a dos millones y medio de personas”, destacó este jueves la subsecretaria de Salud, Paula Daza.
Así, en este punto, el “desafío marzo” se divide en al menos tres planos, dicen en La Moneda: partir el mes con más del 80% de los mayores de 65 años vacunados; que el ritmo se mantenga como los primeros días y, ojalá, que el proceso esté alejado de las polémicas, aunque cueste.
Conocidos son los roces que ha causado la recalendarización de algunos grupos, las peticiones de inclusión de otros y la flexibilización de la entrega de vacunas por parte de algunos alcaldes. De hecho, para el Gobierno es clave no iniciar una nueva guerra comunicacional con los jefes comunales, menos con los de Chile Vamos. Aquí, comentan las mismas fuentes, influye que varios de ellos van a la reelección y el éxito de la vacunación también puede tener algún rédito electoral.
Por eso, en esto no solo es clave el rol de las seremis de Salud y las eventuales sanciones que puedan cursar, sino también son importantes las señales que pueda dar un interlocutor como el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, quien por su pasado a la cabeza de Estación Central, tiene puentes directos con los alcaldes.
La otra prioridad es que cuando las segundas dosis comiencen a inyectarse de manera masiva, ya a mediados de ese mes, los pacientes crónicos estén inoculados en un buen número. Con el último ajuste, este segmento partiría el proceso paulatinamente, según edad y enfermedad, el 7 de marzo. “Vamos a vacunar a toda esta población prioritaria, donde están todos los enfermos crónicos mayores de 18 años antes de terminar el mes de marzo”, aseguró Daza.
El principal temor, explican en La Moneda, es que se produzcan aglomeraciones y, por eso, es fundamental cómo se llevará el proceso cuándo el número de beneficiarios sea mucho más masivo a lo que hemos visto. Además, esto será la antesala de otro hito sanitario: la vacunación contra la influenza que también se iniciará a fines de marzo.
La difícil misión del retorno a clases presenciales
El regreso presencial a las aulas también será una tarea compleja para el último marzo de la segunda administración Piñera. De hecho, esta semana la tensión no solo ha estado centrada entre el Mineduc y el Colegio de Profesores; también, se ha enfocado entre estos últimos y el ministro de Economía, Lucas Palacios, quien acusó al gremio que encabeza Carlos Díaz de “buscar argumentos para no trabajar”.
El éxito del retorno gradual o las dificultades para implementarlo están marcados en la agenda de La Moneda como un factor importante para iniciar cierto camino a la “normalidad” y también, dependiendo de sus resultados, para activar otras áreas, especialmente, económicas.
En este punto, además, reconocen en el Gobierno, es clave la postura que tenga el Colegio Médico y su presidenta Izkia Siches. De hecho, aseguran las mismas fuentes, una voz conjunta con Siches ayudaría a que la discusión se mantenga en los niños y niñas, y no solo en una polémica política.
Congreso: Reforma de pensiones y el fantasma del tercer retiro
Con la aparición de marzo también viene el reinicio del año legislativo. Dentro de la carpeta de la cartera de la Segpres, que lidera el ministro Juan José Ossa, hay 14 proyectos, cuatro en la Cámara y 10 en el Senado, que están priorizados para el primer mes del Congreso 2021.
Con los diputados, la principal misión del Ejecutivo es sacar la agenda de seguridad que está enfocada en los proyectos que mejoran la persecución del narcotráfico y el crimen organizado, y también, en lograr un acuerdo en la mesa técnica de la Comisión de Defensa que revisa la ley que moderniza el sistema de inteligencia del Estado.
En la Cámara Alta, los esfuerzos estarán en aprobar en la Comisión de Salud el proyecto de reforma a Fonasa; en despachar la ley corta de descentralización y en comenzar la tramitación en la Comisión de Hacienda del proyecto de rentas regionales, entre otros.
Sin embargo, la tarea más compleja es lograr un acuerdo en la reforma pensiones o presionar para votar la propuesta que está hace más de un año en la Comisión de Trabajo del Senado. La repartición de los seis puntos de cotización extra sigue siendo la gran piedra de tope, porque el Gobierno no está disponible que se vaya el total a un pilar solidario, como busca la oposición, sino en mantener el aporte, al menos de una parte, al modelo de capitalización individual.
En La Moneda reconocen que en esta discusión pesa también el factor electoral, tanto para los acuerdos como para las propuestas que surjan en marzo. “No quieren darle un triunfo al Gobierno”, dice una importante fuente de Palacio. Y en esto último, el fantasma ya instalado de un tercer retiro desde las cuentas personales que administran las AFP, presiona. Si bien desde el Ejecutivo explican que la resolución del Tribunal Constitucional en diciembre pasado frena las expectativas de que el proyecto avance, sí están claros que habrá presión política enfocadas en dos fechas: el 11 de abril y el 4 de julio, día fijado para las primarias presidenciales.
Proceso constituyente: a cuatro bandas… ¿y en dos días?
“Un proceso ejemplar, al igual que el Plebiscito que se realizó el año pasado”. Esa es la frase que ocupa el Presidente Piñera cada vez que le consultan por los comicios del 11 de abril.
Este tema estará en el centro de la discusión del Consejo de Gabinete, entre otras cosas, porque marzo y el proceso de vacunación juegan un rol esencial para fomentar la participación en las elecciones. De hecho, una de las cosas que debe zanjar La Moneda es la campaña comunicacional que suele realizar el Gobierno para los distintos comicios. Aún no está claro si harán algo nuevo o reciclarán los videos que usaron en el Plebiscito con el eslogan “El amor por Chile se hereda”.
Lo otro es la coordinación de seguridad del proceso y también, por lo extenso de las cuatro elecciones, las medidas sanitarias para evitar más contagios. En el 11-A habrá cuatro papeletas -y varias de ellas serán gigantes- con los aspirantes a concejales, alcaldes, gobernadores y convencionales, haciendo menos expedita la votación y también, más lento el conteo final.
Por eso, una de las propuestas que rondan en el Gobierno, aunque en el Comité Político no todos están convencidos, es la idea de que la elección se realice en dos días consecutivos y no en uno solo. Por ejemplo, 10 y 11 de abril.
El tema ha sido conversado y socializado con el Servicio Electoral. Sin embargo, tiene varias e importantes barreras. La primera es el tiempo, pues sería una modificación legal en menos de cinco semanas. Ahí, una de las opciones, comentan en el Gobierno, sería agregar una indicación al proyecto de voto anticipado que se está tramitando en la Congreso y que pasó al Senado a segundo trámite.
La segunda traba -y la más compleja- es que una reforma así necesitaría un alto apoyo en el Congreso. Y eso, al menos hasta ahora, no estaría asegurado.