Educación desde la docencia: un colegio en Punta Arenas
Gloria Mihovilovich, directora del Instituto Sagrada Familia de Punta Arenas, cuenta su experiencia educativa desde la filosofía salesiana, que se basa en la fe, en la razón y en el amor.
“La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera
la tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde”.
“El viento hace de mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito
y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir inmensos ocasos dolorosos”.
– Extracto de “Paisajes de la Patagonia”, Desolación, de Gabriela Mistral
“El clima en Punta Arenas es importante para el carácter de las personas, porque pese al frío y al viento te tienes que levantar e ir al colegio. Ahora, entiendo el poema de Mistral porque de repente uno encuentra que está tan lindo el día, pero cuando llegan profesores nuevos no lo ven igual”, ríe Gloria Mihovilovich, directora del Instituto Sagrada Familia ubicado en Punta Arenas.
Desde su niñez se sintió atraída a las enseñanzas, y tras aprendizajes de ciertas competencias técnicas en scout, cuando llegó el momento entró a pedagogía. Luego, llegó la hora de elegir las asignaturas, y finalmente optó por ciencias y matemáticas. “Porque lograba concentrarme y me generaba una experiencia satisfactoria”, explica.
El manejo del déficit atencional
Alumnos inquietos y distraídos es posiblemente una de las grandes adversidades del cuerpo docente.
“Últimamente parece haber un alza en este síndrome. Muchas veces en los colegios mandaban a los niños a correr para que se volvieran a concentrar. ¿Cómo manejas tú esta situación?”, pregunta Warnken.
“La experiencia me indica que podría haber un sobrediagnóstico. Ahora, creo que la propuesta educativa debe ser desafiante y acogedora para niños con características distintas […]. Creo que en eso Chile ha dado hartos pasos, porque los colegios han logrado equipos capaces de enfrentar este tipo de situaciones”, afirma Mihovilovich.
Uno de los grandes aportes en la materia ha sido la filosofía salesiana, del italiano Don Bosco, que busca acercarse a los estudiantes desde sus propios intereses como método de enseñanza. Para lograr sus objetivos, y al tener un bagaje católico, tal método cuenta con tres pilares fundamentales: la fe, la razón y el amor. Es decir, educar tanto “la mente como el corazón”.
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