Acoso sexual en el Poder Judicial: 20 denuncias, nueve cargos, dos expulsados
Las cifras muestran hechos ocurridos entre julio de 2018 y diciembre de 2020, Todas las denunciantes fueron mujeres y en uno de los fallos de remoción, la Suprema señaló que se trató de “violencia de género”.
Entre julio de 2018 y diciembre de 2020 en el Poder Judicial hubo 20 investigaciones disciplinarias por denuncias de acoso sexual. Algunas de ellas incluyeron besos cerca de la boca, propuestas sexuales, mensajes indebidos, roces y acoso sicológico, entre otras conductas que la Corte Suprema cataloga como violencia de género.
De las 20 causas, 16 procesos están firmes y ejecutoriados. Y en todos los procedimientos los denunciados fueron hombres. Las indagatorias se realizaron contra 18 funcionarios, pues uno de los sumariados tuvo dos imputaciones.
En ese período hubo dos casos que terminaron con remociones del Poder Judicial.
Las cifras fueron recopiladas por la Secretaría de Técnica de Igualdad de Género y no Discriminación del Poder Judicial, que lidera Soledad Granados. Y quien la dio a conocer este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue la ministra Andrea Muñoz, encargada de Asuntos de Género y no Discriminación de la Corte Suprema, junto a la vocera del máximo tribunal, Gloria Ana Chevesich.
La ministra Muñoz explicó que de las 16 denuncias que fueron investigadas, y que tienen sentencias ejecutoriadas, siete fueron sobreseídas. En nueve causas se dictaron cargos en contra de los funcionarios y profesionales denunciados, que corresponden a 11 de las 17 jurisdicciones que tienen las cortes de Apelaciones del país.
Y, de acuerdo con los años, cinco investigaciones se iniciaron en 2018; ocho en 2019 y siete en 2020.
El Acta 103
Las cifras se levantaron a partir de julio de 2018, cuando el Pleno de la Corte Suprema aprobó el Acta 103. Es el texto que fijó el procedimiento de actuación para la prevención, denuncia y tratamiento del acoso sexual en el Poder Judicial. Las estadísticas están publicadas en un micrositio web de la Secretaría de Género.
La vocera de la Corte Suprema, Gloria Ana Chevesich, detalló que en 2016, dos años antes de que se aprobara el acta, se realizó un diagnóstico en el Poder Judicial que reveló que una de cada 10 personas o experimentó o sufrió acoso sexual al interior del Poder Judicial.
Asimismo, el estudio mostró que hasta ese momento, solo un 22% de las personas usó una vía institucional para denunciar acoso sexual. Por ello, todo eso hizo necesario abordar el tema como Poder Judicial.
Los fallos ejecutoriados también fueron publicados en el sitio web. Al respecto, la ministra Muñoz dijo esto que se hizo con un objetivo de transparencia y también con una finalidad pedagógica para que quienes trabajan en el Poder Judicial, quienes indagan las denuncias y quienes forman parte de los órganos que toman decisiones, “puedan conocer cómo se ha ido fallando, qué jurisprudencia se ha sentado y cómo se ha razonado y ponderado la prueba”.
Sin embargo, los nombres de los intervinientes fueron tachados de las resoluciones. ¿Por qué? Andrea Muñoz dijo que se hizo “pensando en que en las denuncias que puedan ocurrir, las personas entiendan que esto va a ser publicitado y se trata de su vida íntima. Por eso se ha hecho de manera muy sensible”.
“Un claro patrón de conducta”
Una de las dos las remociones por acoso sexual en el Poder Judicial ocurrió en 2019 y el caso llegó hasta la Corte Suprema: el funcionario -que pertenecía al escalafón primario, es decir con rango de juez, secretario de tribunal o relator de corte- tuvo denuncias no solo de personas del Poder Judicial, sino también de usuarias externas.
Es uno de los ejemplos más claros del patrón detectado tras la presentación de las cifras. Al funcionario en cuestión se le suspendió de su puesto por por cuatro meses con goce de medio sueldo. Luego le abrieron un cuaderno de remoción y fue expulsado del Poder Judicial.
De acuerdo con el fallo que revisó PAUTA, el denunciado acosó a funcionarias de menor rango entre 2008 y 2013 con hechos -señala textualmente la resolución- como “besos mojados cuneteados“, roces indebidos, tomarlas por la cintura además de propuestas sexuales.
Cuando el caso llegó a la Suprema, se consideró que tenía denuncias previas en el mismo sentido y que en primera instancia fueron descartadas por haber ocurrido en años anteriores. Pero el máximo tribunal estimó que se trataba de un patrón de conducta.
El fallo explica que el comportamiento desplegado por el denunciado respecto de tres funcionarias de su tribunal son constitutivos todos de acoso sexual, “al consistir en conductas que inequívocamente han contenido requerimientos de carácter sexual no consentido por sus destinatarias, afectando sus respectivas situaciones laborales, generando un ambiente de trabajo abusivo para ellas […]. Ha existido en el proceder un claro patrón de conducta en orden a relacionarse físicamente con las funcionarias, principalmente al saludarlas, mediante formas del todo inadecuadas y censurables: correr la cara, abrazos no consentidos, besos mojados, ‘cuneteados’ (sic), rozar con su mano los pechos o los glúteos de la afectada al momento de saludar y tocarse sus partes íntimas mientras conversaba con una de las ofendidas”.
Además, señaló la Suprema que el denunciado “incurrió en conductas que el Poder Judicial comprende como una manifestación de violencia de género que no se puede admitir, al haber adquirido el compromiso de erradicar de su quehacer todas las acciones o conductas, basadas en el género, que causen muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a todas las personas, tanto en el ámbito público como en el privado, en particular aquellas que impliquen acoso sexual y laboral por motivos de género, padecimientos que en este caso, se han comprobado suficientemente”.