El salvavidas del Congreso al Presidente Piñera por el tercer retiro
Los parlamentarios de oposición y oficialismo plantean dos caminos: que presente un veto aditivo y/o sustitutivo y promulgue, o que promulgue y envíe una ley corta.
La hora de incidentes de cada sesión en la Cámara de Diputados estuvo marcada este martes 27 de abril por un incendio: mientras terminaban de intervenir los últimos diputados sobre temas regionales, por afuera se paseaban personeros de toda la oposición comentando la noticia que estaba a punto de concretarse: el Tribunal Constitucional no acogió a trámite el requerimiento que presentó el Gobierno sobre el tercer retiro del 10% desde las AFP que aprobó el mismo Congreso, cuyos parlamentarios seguían por televisión, como un partido de la Selección chilena, cada uno de los votos de los ministros del tribunal.
Incluso antes de que estuvieran los resultados finales el ánimo era festivo. La inmensa mayoría de los parlamentarios aprobaron ese proyecto y, por lo mismo, no tardaron en concatenar sus reacciones. Primero fue la bancada de la DC, luego los diputados socialistas y después, a su turno, los del PC y el FRVS. De esas palabras salió de todo: que el gabinete debía renunciar, que el Presidente Sebastián Piñera debía promulgar de inmediato el proyecto y que lo suyo había sido “un disparo a los pies”.
Pero también le tendieron una mano: tanto los parlamentarios de la oposición como de Chile Vamos mencionaron una salida para todo este embrollo. Que el Mandatario envíe un veto aditivo y uno sustitutivo para el proyecto que emanó del Congreso y que, entonces, retire la iniciativa propia, considerada un “cuarto retiro”. El otro camino: promulgar la iniciativa parlamentaria tal como está y enviar un proyecto corto para agregar los beneficios que quedaron fuera.
Que promulgue, pero agregue
“Esto es una decisión que tiene que tomar el Gobierno, porque después de la resolución del TC no tiene más que dos caminos. Uno es promulgar la ley, en los términos que salió del Congreso, o bien presentar algún veto a ese proyecto. Y en segundo lugar, tiene que determinar qué va a hacer con su proyecto, porque algunos podríamos entender que el Gobierno está por impulsar un cuarto retiro, si es que lo deja”, dice a PAUTA el jefe de bancada (s) del PS, Jaime Naranjo.
Hasta el oficialismo estuvo de acuerdo en esta lectura. La bancada de la UDI salió en su conjunto a pedir que el Gobierno retirara su proyecto -que empieza a tramitarse este mismo martes a las 17:00- y promulgara el del Congreso. “Ese proyecto se tiene que aprobar, se tiene que pagar lo más rápido posible con todos los complementos que hemos señalado. Por razones obvias el del Gobierno no tiene sentido de seguir tramitándolo de momento. Me parece que habiendo confirmado este fallo el TC, lo que corresponde hoy día es respetarlo y ese proyecto retirarlo”, pidió el presidente de esa colectividad, Javier Macaya.
Coincidió con él el diputado Diego Schalper (RN), quien hizo un llamado al Mandatario a acatar el fallo e incorporar un veto aditivo y uno sustitutivo. En el caso del veto sustitutivo, tendría que ser para corregir el punto sobre las rentas vitalicias que emanó del Congreso y que en Palacio ven con malos ojos, pues la redacción de aquello podría derivar en demandas al Estado. El texto del Ejecutivo, en cambio, hablaba de un adelanto a los pensionados “con cargo fiscal”, no proveniente de los dineros de las aseguradoras.
En cuanto al aditivo, sería para incorporar los puntos que el Congreso no consideró en la tramitación, como el bono de $200 mil para quienes hubieran quedado sin fondos al realizar el retiro uno o dos. Sobre los dos puntos porcentuales de cotización extra no hay tanto consenso, pues los personeros de oposición dejaron en claro durante las últimas horas que aquello debía ser discutido en el marco de la reforma previsional.
En ambos casos, el Ejecutivo debería apostar a un acuerdo con los parlamentarios, pues el Congreso podría declarar inadmisibles algunos de los puntos añadidos en el veto por no tratarse de materias tratadas originalmente en el proyecto de reforma.
Otro camino, también impulsado públicamente por varios parlamentarios de ambos sectores políticos, es que el Presidente promulgue la ley sin más e impulse un proyecto de ley corto para añadir el bono de $200 mil. Esa vía la mencionó la presidenta del Senado, Yasna Provoste, flanqueada por un bloque de senadores opositores, que solicitaron al Mandatario promulgar este mismo martes 27 de abril el proyecto y que el Ejecutivo envíe una iniciativa para ayudar a quienes no tienen más fondos que retirar.
Esa alternativa tiene el problema de mantener el punto sobre las rentas vitalicias que hoy contiene la iniciativa parlamentaria.
El camino del veto
Hasta 30 días después de despachado el proyecto tendría de plazo el Presidente para enviar un veto al Congreso sobre este tercer retiro del 10%. Este podría ser de tres tipos: aditivo, para agregar algo nuevo al proyecto; sustitutivo, para reemplazar un inciso, frase o artículo; o supresivo, para eliminar parte del texto.
Si el veto fuera por completo al proyecto, ambas Cámaras tienen la facultad de insistir en que la iniciativa sea aprobada, pero con un cuórum de dos tercios. Si fuera parcial, la Cámara de Origen -donde se originó la iniciativa- tendría que aprobar los cambios por el mismo cuórum y luego lo mismo en la Cámara Revisora, el Senado en este caso.
Si no hubiera votos suficientes para aprobar esos cambios y tampoco se lograra reunir el cuórum para la insistencia, esa parte del proyecto quedaría vacía.