Adelanto de análisis electoral: qué ocurrirá en los comicios de constituyentes
Cuáles son los números clave para el oficialismo, la preocupación de la oposición y el efecto de los independientes. ¿Qué marcará la configuración del mapa de poder en el órgano redactor de la nueva Constitución?
Los resultados de la elección de los 155 convencionales que redactarán la nueva Constitución deberían ser de los primeros en conocerse cuando el domingo, tras el cierre de las mesas, comience el conteo de los votos. En orden de prioridad de las papeletas de la megaelección, los convencionales generales y luego los pertenecientes a los pueblos originarios serán los primeros en ser contabilizados en el sistema del Servicio Electoral.
Sin embargo, recién cuando se pase umbral del 90% de los votos se tendrán las primeras certezas, luego que se aplique la paridad en los distintos distritos y pueblos originarios. Ese mecanismo revela en parte lo inédito de estos comicios, no solo por la misión que tendrán sus ganadores, también por su formato con listas equilibradas entre hombres y mujeres, escaños reservados y por una alta participación de independientes.
Algunos expertos electorales recomiendan un paso previo para hacer un mejor análisis: separar los 138 cupos generales de los 17 que serán para los representantes indígenas, en especial porque la proyección de los posibles ganadores desde los pueblos originarios aún tiene varias incógnitas.
Por ejemplo, uno de los factores más importantes es el nivel de participación, que tanto encuestadores como analistas políticos comentan que podría ser más bajo que en el Plebiscito (50,9%) y se la juegan por cifras cercanas al 45% del padrón habilitado. ¿Por qué es clave cuántos vayan a votar? Porque si bien se repite el formato usado para la elección de diputados, por su diversidad de participantes, el peso de las listas y pactos (algunos forzados) se pondrán a prueba.
De hecho, se mostrará qué tanto se redistribuyó o no el poder de los distintos actores, ya sean tradicionales o nuevos. Y ese resultado de las distintas alianzas -tanto en el oficialismo con los republicanos como en la dispersión de la oposición- moverá la aguja para la decisión de las horas posteriores: las primarias presidenciales y las negociaciones parlamentarias.
Los números relevantes para Chile Vamos
En Chile Vamos, tanto expertos electorales como los personeros de los distintos partidos dicen que, si bien es probable que tengan menos votación que en las parlamentarias de 2017, la tarea de conseguir un tercio de la Convención se logrará. Quizás el bloque estará “más justo” que hace un mes -con la crisis del Gobierno y la desafección de oficialismo incluida-, pero se alcanzaría la meta, que, entre otras cosas, fue la principal razón para pactar con el Partido Republicano de José Antonio Kast.
“La lista Vamos por Chile va a ser la lista más votada”, adelanta a este medio el experto electoral de RN Tomás Duval.
En la última elección de diputados, el oficialismo obtuvo el 39% de los votos y con ellos alcanzó el 46% de los escaños, equivalentes a 72 diputados. Hoy las proyecciones internas y algunas externas hablan de tres escenarios.
El primero es el piso: conseguir un mínimo de 52 cupos de centroderecha para lograr un tercio de la Convención y asegurarse cierta cuota o capacidad negociadora dentro del órgano redactor.
La segunda mirada, y en Chile Vamos dicen que podría ser la más “realista”, es obtener cerca del 31% de los votos, lo que le permitiría conseguir entre 55 y 58 escaños entre los convencionales generales. Sin embargo, no todos se atreven a proyectar el panorama con los pueblos originarios, pues, aunque varios van con cupo de partidos, no hay claridad de cómo se alinearán una vez que estén dentro la Convención.
En las apuestas más optimistas están, por ejemplo, los números del diputado de RN y también analista político Tomás Fuentes. “La centroderecha obtendría un 33% del total de los votos, cifra por debajo de lo esperado, pero que igual le permitirá llegar a los 59 convencionales totales. Esto significaría una representación del 42,8% de los 138 [convencionales tradicionales], o un 38% si incluimos a los candidatos de pueblos originarios [155]”, detalla.
La diversidad de los otros 2/3
“Si la centroderecha consigue 1/3, los otros 2/3 no van a ser necesariamente homogéneos. Por lo tanto, será muy difícil que se logre un consenso desde la Democracia Cristiana hasta el Frente Amplio por todo lo que ya sabemos respecto de las divisiones que hay entre ambos grupos”, comenta a este medio el académico de la Universidad de Talca Mauricio Morales.
Uno de los puntos que se peleó en la oposición luego que fracasaran las negociones para ir en una sola lista era que la derecha quedaría “sobrerrepresentada”, pues serían “premiados” por presentarse en un solo pacto. Es decir, el porcentaje de escaños que obtengan es probable que sea mayor que el porcentaje de votos. Y la razón es que por cómo está diseñado el sistema D’Hondt se beneficia las listas unitarias y competitivas.
“Probablemente tendremos una subrepresentación de los conglomerados de izquierda y una absoluta subrepresentación de los independientes”, agrega a PAUTA el profesor de ciencia política en Queen Mary University of London Javier Sajuria.
¿Qué números se manejan para el resto de los 2/3? La Lista del Apruebo, que componen el PS, PPD, PR, DC, PRO, Ciudadanos y Nuevo Trato podría obtener entre 23% y 24% de los votos, optando por entre 41 y 45 cupos de los 138. Mientras, el pacto Apruebo Dignidad, que reúne al PC, la FRVS y el Frente Amplio, aspiraría a cifras cercanas al 20% de los sufragios con lo que podrían acceder a entre 27 y 30 escaños generales. Esa votación sería un poco mejor que el desempeño de votos que por separado tuvieron estas fuerzas en 2017.
En el caso de los independientes fuera de los pactos tradicionales, las cifras son mucho más dispersas, según el experto electoral al que se el consulte. Si bien la centroizquierda va menos separada que en 2017 cuando fueron en seis listas, en esta elección los independientes que apelan al votante progresista y de izquierda están agrupados en su mayoría en sus propias alianzas y sí pueden mermar el desempeño opositor. Tomás Duval habla de que los candidatos “no militantes” podrían conseguir entre 16% y 18% de los votos, mientras que Mauricio Morales asegura que no superarán el 15%.
“Lo que vamos a chequear en estas elecciones es si los partidos tradicionales siguen con una fuerza territorial tal que les permita monopolizar la Convención Constitucional y adicionalmente mantener el poder local. Si es que los partidos políticos consiguen ambos propósitos, entonces, la tesis del desplome o del derrumbe del sistema de partidos políticos en Chile habrá quedado echada por tierra”, agrega Morales.
Los independientes: votación versus representación
En la elección hay tres tipos de independientes: quienes van en cupo de partidos, pero al momento de competir, no son militantes; quienes compiten agrupados en listas de independientes, y quienes van completamente en solitario y debieron juntar las firmas para inscribirse y participar.
“A pesar de la pésima evaluación de los partidos, los outsiders no han logrado pasar por encima de estas instituciones que siguen siendo fuertes en Chile”, explica a PAUTA la directora de Investigación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la UNAB, Stéphanie Alenda.
Por eso, si hay un punto donde sí coinciden los distintos analistas es que, si bien los independientes tendrán un componente importante en la Convención, la gran mayoría de quienes resulten electos serán los que hayan competido dentro de listas de partidos. “Es probable que tengamos muy pocos independientes, no me refiero a los que están dentro de listas, sino a las candidaturas independientes o a listas independientes”, agrega Sajuria.
Algunos de los consultados apuestan a que en esta categoría de independientes organizados en listas ad hoc se lograrían entre ocho y 10 cupos a nivel nacional. Y al menos uno de ellos podría ser de la Lista del Pueblo que se organizó en gran parte de los distritos y también de la lista Independientes No Neutrales.
“Uno podría proyectar que los independientes fuera de pactos, sumados en todo el territorio nacional, debiesen estar en torno a los dos dígitos, al 10% o al 15% de votación, lo que no necesariamente se va a traducir en un 10% o 15% de representación. Probablemente esto sea más bajo y lo más seguro es que los que están fuera de pacto, agrupados en listas de independientes, sean más exitosos en la Región Metropolitana en comparación con el resto del país”, prevé Mauricio Morales.