El shock electoral de La Moneda
El Presidente reconocía falta de sintonía ciudadana. Ahora quedan dos temas pendientes: ¿Habrá nuevos mínimos comunes por negociar? ¿Están las condiciones para un cambio de Gabinete?
“¿Presidente, cuánta responsabilidad siente por la derrota de su sector?”. Fue la pregunta que quedó en el aire cuando el Presidente Sebastián Piñera, luego de 10 minutos de discurso, terminó de hablar. Él y su gabinete se retiraron sin responder. Evitaron a la prensa. Y la razón era evidente. Chile Vamos a esa misma hora trataba de procesar una dura derrota electoral en todos los frentes -constituyente, gobernadores y alcaldes-, y los ánimos estaban a nervio vivo por los resultados.
En shock.
El tono de la intervención que dio el Mandatario este domingo en la noche se explica por la seguidilla de derrotas. En pleno patio de Los Cañones y acompañado por su gabinete, Piñera realizó un sentido balance de la megaelección de este fin de semana. “En estas elecciones la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al Gobierno y a todas las fuerzas políticas tradicionales. No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía. Estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y nuevos liderazgos”, dijo el Presidente pasada las 22:50 horas.
Y agregó un frase que será el escudo del Gobierno en estas primeras horas poscomicios: “Es nuestro deber escuchar con humildad y atención el mensaje de la gente y esforzarnos por interpretar y responder mejor a las necesidades, anhelos y esperanzas de los chilenos. Este fuerte y claro mensaje nos exige una profunda reflexión al Gobierno, y también a todas las fuerzas políticas tradicionales”.
Sus palabras apuntaron a un mensaje que se repitió una y otra vez en La Moneda, y en especial en el patio de Las Camelias, donde ministros y otros personeros siguieron el conteo de las cuatro elecciones. El golpe del oficialismo de no alcanzar ni por cerca el tercio de la Convención nadie lo disimuló. Menos, el gran porcentaje que sacaron las listas independientes y no ligadas a los partidos de centroizquierda tradicional, los que sufrieron, además, su propia merma a manos de las fuerzas que están a la izquierda: el FA y el PC. De hecho, si en La Moneda más de algún importante personero reconoció que “ni en el peor escenario” se imaginaban un desfonde como el que se vio, el único “consuelo” era que el golpe en la Convención no lo recibieron solos: Unidad Constituyente (o la ex-Concertación) también masticó una noche amarga.
Como lo resumió un miembro del Gabinete fuera de micrófono: “Hoy las grandes coaliciones fueron derrotadas e ingresaron nuevos actores que son los independientes. Eso es lo que tenemos que leer”.
Proyecciones fallidas
El Presidente estaba golpeado e inquieto con los resultados, dicen en La Moneda, “tratando de entender qué pasó de fondo”. Primero fueron sus proyecciones de participación. El propio Mandatario había apostado a un piso de 7 millones de votantes para hablar de un proceso “exitoso”, lo que estuvo lejos. Según los últimos datos entregados por el Servel, participó cerca del 41% del padrón con un poco más de 6 millones de personas. Una abstención que Chile Vamos tomó como propia.
Con una baja aprobación para el Gobierno y una coalición completamente debilitada, los desafíos inmediatos no se ven fáciles. Por un lado, en menos de 72 horas se deben inscribir primarias presidenciales y las responsabilidades por la derrota tocarán inevitablemente la puerta de La Moneda.
De hecho, los candidatos presidenciales del oficialismo apuntaron al efecto y los costos que dejó el debate por el tercer retiro del 10%, el revés en el Tribunal Constitucional y las ayudas económicas entregadas por el Ejecutivo. “Con el Gobierno vamos a hablar personalmente, no por los medios”, comentó en más de una oportunidad el candidato del RN y del PRI, Mario Desbordes, sin ocultar su molestia y desazón.
“No quiero culpar al Gobierno, no es la idea, pero por supuesto tenemos responsabilidades […] el Gobierno marcaba la hoja de ruta. Los candidatos presidenciales le pedimos en todos los tonos que no se fuera al TC y esa derrota fue gravísima. Sabemos lo que significó en términos ciudadanos y es momento de reflexionar y que el Gobierno produzca un cambio de timón. O escucha a la ciudadanía o la verdad es que vamos derecho a entregarle el Gobierno ni siquiera a la ex-Concertación que está hoy en una situación más compleja que nosotros”, agregó el abanderado presidencial.
¿Cambio de Gabinete? ¿Otros mínimos comunes?
De hecho, uno de los temas que volvió a rondar tras el fracaso en los comicios es la pertinencia de un nuevo ajuste ministerial y en especial en el Comité Político. En La Moneda hay varios que reconocen que es difícil por la falta de elenco para hacer los cambios, en particular, ante la crisis que se atraviesa en el Gobierno y el oficialismo hace un rato.
Y ahí surge la otra pregunta, qué pasa con el otro pendiente inmediato: los mínimos comunes y la Renta Básica Universal de Emergencia. Los proyectos de ley comprometidos por el Ejecutivo deberían ingresar esta semana al Congreso. Sin embargo, en medio de las heridas políticas surge otra aprensión: la mayoría de los interlocutores de la centroizquierda (y también del oficialismo) están golpeados electoralmente. Negociar con ellos, en especial los montos, resultará más difícil aún. Solo se despega un poco más -aunque su partido resultó igual de herido- la figura de la senadora DC Yasna Provoste, quien apareció en la encuesta Cadem con la aprobación más alta de los personajes públicos.
De hecho, en el Ejecutivo algunos advierten que se tendrá que rearmar el mapa en esta negociación, más si se considera que los que se marginaron de las conversaciones -el FA y el PC- aparecen como parte de los que sacaron cuentas alegres este fin de semana.
El golpe interno
Si resultado de la Convención sorprendió al Gobierno, los números que arrojó la elección de gobernadores regionales y de alcaldes se transformó en una alarma para el desafío que sigue: la presidencial.
En La Moneda había dos temas que fueron comentario obligado y de preocupación más allá de que algunos estaban más o menos asumidos, pero no a este nivel de derrota. Uno de esos casos fue el de Catalina Parot (Evópoli) en la Región Metropolitana. Según los últimos cómputos del Servel, la carta a la Gobernación Metropolitana de Chile Vamos quedó cuarta con el 14,94% de los votos, en el bolsón electoral más importante del país, dejando afuera a la centroderecha de la segunda vuelta que pelearán Claudio Orrego (DC, 25,48%) y Karina Oliva (Comunes, 23,35%).
“Republicanos va a tener que dar respuesta por lo que pasó en la RM”, comentó un importante personero de Palacio para referirse al desempeño del candidato del partido de José Antonio Kast, Rojo Edwards, quien obtuvo 6,69%. De todas maneras, aunque su presencia en la papeleta pudo hacerle daño a Parot, con esos votos tampoco habría pasado a segunda vuelta.
Lo otro fue el desempeño electoral y la pérdida de más de 60 comunas, varias de ellas emblemáticas para el sector, como Santiago, Maipú, Viña del Mar, Ñuñoa, Estación Central y San Bernardo, entre otras. En los pasillos de La Moneda algunos apuntaban al desfonde que se arrastra desde la movilización de octubre de 2019 y la desafección de la derecha por la conducción política del Ejecutivo. “Esto tiene que ser un remezón profundo”, agregó la misma fuente, no solo para salvar lo poco queda de Gobierno, sino para “salvar” la elección presidencial de Chile Vamos.