Lejos de sus raíces y cercanos al FA: la estrategia del Colectivo Socialista en la Convención
Dicen no renegar de sus aliados naturales, pero tienen gran sintonía con bloques más a la izquierda. ¿Llegar a acuerdos con Chile Vamos? Ese umbral “no es cruzable”.
Un mes después, el Colectivo Socialista es uno de los grupos de la Convención Constitucional que conserva la forma con la que llegó el 4 de julio. En el mismo plazo otros ya han perdido miembros y aventuran que cuando lleguen las discusiones de fondo, varios más se marcharán. Es más: los socialistas hasta han sumado a una integrante, la independiente María Trinidad Castillo, y algunos en sus filas auguran que pronto tendrán nuevas compañías.
De 16 miembros, solo seis son independientes. Los demás son militantes del PS y entre todos comparten lo que denominan como una “cultura allendista”, pero no mantienen ninguna relación activa con la mesa del socialismo.
Es curioso: se sienten más cómodos entre el Frente Amplio y los Independientes no Neutrales que con los restos de la ex-Concertación que dejó el desmembramiento de la Lista del Apruebo. Aquello se ve a diario en la presentación de propuestas en comisiones o en el Pleno, pero tuvo uno de sus máximos hitos en la repartición de las nuevas vicepresidencias.
El respaldo del Frente Amplio le permitió a Pedro Muñoz (PS) obtener los patrocinios que le faltaban para alcanzar la testera, lo que estaba comprometido desde que los socialistas apoyaron a Jaime Bassa en la inauguración. Frente a Muñoz, los rezagados de la Lista del Apruebo debieron organizarse por separado, junto a INN y parte de Chile Vamos, para lograr tener un puesto.
En el colectivo explican que aquel acercamiento se ha dado naturalmente y responde a la cercanía generacional y a la voluntad de agruparse con “fuerzas transformadoras”. No obstante, también están dentro de ese mismo grupo quienes aguardan la formación de un nuevo eje de izquierda “democrática” junto con los antiguos socios de la Concertación.
Entre Cruz y Baradit
Uno de los constituyentes del grupo lo grafica así: si tuvieran que ubicar a los 16 integrantes del colectivo en una línea que vaya desde la centroizquierda hasta la izquierda más dura, en el primer extremo estaría el exfiscal del Biobío, Andrés Cruz; le seguirían algunos como Ricardo Montero, César Valenzuela, Adriana Cancino, María Trinidad Castillo, Maximiliano Hurtado, Matías Orellana, los más “moderados”.
Continuarían otros como Claudio Gómez, Pedro Muñoz, Julio Álvarez, Mario Vargas, Ramona Reyes y Tomás Laibe, y llegando hacia el final de la flecha estarían Malucha Pinto y Jorge Baradit. Y el más independiente entre los independientes, dicen: Carlos Calvo.
De Pinto y Baradit explican que, a pesar de ser considerados como los más cercanos a la izquierda dura, tienen redes transversales en el órgano constituyente. Otra aclaración que hacen los socialistas: la postura colectiva es bien transversal, pero hay miradas distintas en puntos específicos.
Por ejemplo, entre las filas es recordado el episodio en el que Baradit declaró públicamente que era “conveniente” que los representantes de Vamos por Chile sufrieran funas, por lo que luego tuvo que disculparse con el grupo y en el Pleno. “Estas posturas son más bien apariencias porque se reflejan en ciertos momentos nada más”, responde Julio Álvarez sobre ese tema.
¿Qué pasa con la UC y Chile Vamos?
La relación con los otros sectores políticos dentro de la Convención es uno de esos puntos. El balance de las votaciones del primer mes los ha situado muy cerca del Frente Amplio, lo que explican como un acercamiento “natural”.
Antes de julio, el Colectivo declaró que se agruparían con “fuerzas transformadoras”. Y la lectura que hicieron a partir del resultado de las elecciones tuvo que ver con aquello, pues interpretaron a su favor la preponderancia del PS en los convencionales electos de la Lista de Apruebo, como “una señal” de dejar más atrás a la Unidad Constituyente.
“Yo me abriría a otros sectores. Indudablemente hay otros representantes de la Unidad Constituyente que perfectamente podrían incorporarse al trabajo que estamos realizando y mañana generar un gran bloque de centroizquierda e izquierda democrática que podría tener mucho que decir en el trabajo que se viene por delante”, comenta Cruz a PAUTA.
Cruz es de los más moderados. Votó en contra de la declaración por la liberación de lo que ciertos grupos denominan “presos de la revuelta”, y estuvo a punto de entregar su patrocinio para la fórmula que Renovación Nacional y los convencionales ligados a ideas de la ex-Concertación diseñaron para las vicepresidencias. No pudo: el Colectivo le pidió su respaldo para Muñoz.
A pesar de que ninguno de los socialistas respaldaron a la dupla que impulsaba RN, sí estuvieron de acuerdo con apoyar la propuesta de la Mesa para las vicepresidencias que implicaba que Chile Vamos pudiera estar dentro, argumentando una preocupación por “cuidar la democracia y el proceso”, dice Ramona Reyes.
Pero hasta ahí llega el puente: dicen dentro del Colectivo que el umbral de aparecer con la derecha y negociar con la derecha “no es cruzable”. Solo sería cruzable si Vamos por Chile se acercara con sus propuestas, no al revés.
La relación con el FA
Hay otra clave para comprender la cercanía con el Frente Amplio: la “generación” y las “relaciones humanas”. Claudio Gómez, por ejemplo, compitió en el mismo distrito que Jaime Bassa (Ind.-FA) y ambos son profesores de Derecho; Fernando Atria (Ind.-FA) militó en el PS y hasta llegó a quedarse en la casa de Julio Álvarez en medio de despliegues territoriales en Chiloé.
“Entendemos de mejor forma a los compañeros y compañeras de La Lista del Pueblo, o del Frente Amplio porque hay una comprensión o afinidad generacional. Compartimos una línea política pero hay relaciones humanas más cercanas porque somos generaciones más similares”, explica a este medio Tomás Laibe, quien es cercano a Rodrigo Rojas Vade (LLDP).
Durante la recolección de patrocinios para las vicepresidencias adjuntas, en el PPD manifestaban abiertamente echar de menos a los socialistas. Con ellos también hay acercamientos, pero más bien “personales”, explica Julio Álvarez. “Yo personalmente he tenido buenas relaciones con Luis Barceló (Ind.- PPD) y Eduardo Castillo (PPD), por coincidencias. Con aquellos que han sido militantes y han destacado en sus partidos ha costado un poco más. No descartamos ninguna relación con nadie, por supuesto, tenemos puertas abiertas, pero privilegiamos a los sectores con los que tenemos más coincidencias”, aclara.
“Coincidentemente hoy estamos más cerca o mejor articulados con el FA, pero el día de mañana puede ser diferente”, agrega Maximiliano Hurtado.
Los personajes clave: Montero, Valenzuela, Muñoz
Los socialistas tienen una particularidad: de 15 miembros originalmente elegidos, solo tres son mujeres. Se sumó una cuarta durante julio, pero quienes llevan las coordinaciones administrativas y adelantan parte de las conversaciones con los sectores políticos son hombres. Los señalados son el vicepresidente adjunto y exconcejal Pedro Muñoz; Ricardo Montero, exsecretario ejecutivo de la Comisión de Reforma de Carabineros; y César Valenzuela, antiguo líder estudiantil, de la facción Nueva Izquierda del PS, liderada por Camilo Escalona.
“Los compañeros están muy dispuestos a dar espacios a la mujer, pero sí tienen sus ciertos rasgos y sesgos machistas que vienen del patriarcado normal en Chile. Las mujeres que estamos ahí no les vamos dejando pasar ninguna. Estamos exigiendo los horarios, que se nos escuche, el tema de los cuidados, estamos tratando de que la perspectiva de género esté en todo presente”, comenta la exalcaldesa Ramona Reyes.
No obstante, en el Colectivo aclaran que todos tienen su rol concreto, sobre todo porque se han dividido en el trabajo en las comisiones. Además, todas las decisiones son adoptadas democráticamente en reuniones.
Lo que los une, además: cierta coherencia con la cultura de la Juventud Socialista, de la que varios de ellos formaron parte. “El Colectivo se ha consolidado como un espacio político respetado al interior de la Convención. Se nos ha reconocido que desde la izquierda somos capaces también de ofrecer conversaciones, diálogos, con los distintos sectores políticos y así sacar adelante el trabajo”, explica César Valenzuela.
El grupo, además, augura que en cualquier momento podría crecer: han sostenido conversaciones con otros independientes -sin listas y con los INN, por ejemplo- para atraerlos a su orgánica.
“Faltan decisiones nada más de parte de muchos convencionales que son independientes. Ha sido una pequeña problemática el que en sus territorios no les vayan a amonestar, diciendo que por qué se unieron con un partido político cuando lo que menos quieren es que pertenezcan a uno. Pero esto no es pertenecer a un partido político”, responde a este medio Adriana Cancino.