Green Bricks: el plástico que nadie quiere se reinventa en pisos y revestimientos
Los máximos ejecutivos de esta innovadora empresa explican los beneficios del plástico en la construcción: resistencia, repelencia al agua y aislación termoacústica.
¿Ha visto alguna vez una botella de plástico rellena de plásticos, bolsas y residuos no reciclables? Probablemente, sí. A este elemento se le conoce como ecoladrillo. Ahora, si escucha la palabra Green Brick, quizás una imagen similar a la de esa botella podría proyectarse en su mente, pero, aunque utilizan botellas de plástico, el proceso y el resultado es sumamente diferente.
Nace la idea
Erwin Uribe, fundador Green Bricks, es ingeniero químico y comenzó a interesarse en la reutilización del plástico luego de que, recorriendo las playas de Arauco en 2017, notara la grave contaminación que existía en la zona. “La misma ciudad donde nosotros crecimos y estaba limpia, ahora estaba toda contaminada con plástico”, comenta en la sección Pauta Sustentable, del programa Plaza Pauta, de Radio PAUTA.
En esos paseos por la costa notó que el plástico que más se repetía era el PET, en especial, las botellas desechables.
Con esto en mente comenzó a desarrollar su tesis, la cual luego pasaría a convertirse en Green Bricks: una herramienta hacia el reciclaje y la sustentabilidad, además de una manera de entregar herramientas para la construcción sustentable.
Un proceso químico
“El año 2020 inauguramos nuestro primer punto limpio, que es una ballenita que se llama Débora, que es un punto icónico en la ciudad de Arauco. Tiene una capacidad de entre ocho y 10 metros cúbicos, lo que permite que el reciclaje sea más eficiente”, cuenta Diego Cartes, director ejecutivo de Green Bricks.
“La idea era una instalación icónica y que, además, abarcara un amplio volumen. Las personas van a dejar sus plásticos, nosotros les indicamos en un letrero para qué se va a usar este plástico y además la forma correcta de reciclarlo”, agrega.
Tras esta captación de material, y una vez en la planta, comienza el proceso de clasificación, donde se separa la botella de su etiqueta y con esta se hacen ecoladrillos.
El plástico limpio y aplastado pasa por un proceso de trituración, transformándose en algo muy parecido a la arena. Luego, junto con un biopolímero sustentable creado por la misma empresa -que funciona como aglutinante y acelerante-, pasa a moldes y a un horno de cocción. Después de ese horneado se desmolda y queda listo para ser entregado a los clientes.
“Este es un hormigón sustentable”, explica Cartes. “Nosotros la mezcla la podemos utilizar en diferentes formatos, es súper versátil, por eso ahora vamos con el mobiliario urbano”.
Los beneficios de esta mezcla, que actualmente están utilizando para fabricar materiales de construcción y revestimientos de muros interiores y exteriores, son muchos: desde su resistencia físico-mecánica y repelencia al agua, hasta su aislación tanto térmica como acústica.
Revise a continuación la entrevista con Erwin Uribe y Diego Cartes en Plaza Pauta