Recesos cortos, problemas técnicos e inexperiencia: convencionales que no alcanzan a votar
En algunas votaciones solo expresaron su opinión 130 de los 155 constituyentes. En materias reglamentarias de la consulta indígena hubo casi ocho ausencias promedio por cada votación.
La escena solía repetirse en la mayoría de los recesos: la presidenta Elisa Loncon retomaba la sesión y el secretario John Smok procedía a la votación. En pleno proceso, los convencionales seguían ingresando al hemiciclo para ubicarse en sus puestos y votar, si es que alcanzaban. A veces no llegaban a tiempo. En esos casos, su nombre no aparecía asociado a un rechazo, apruebo o abstención, sino a un espacio vacío: ausencia.
El acuerdo de la secretaría para la votación de los reglamentos establecía que, una vez iniciada la votación, no se podían tomar palabras. Y una vez terminado el proceso, tampoco se podían incorporar votos. Además, quienes participaran de manera telemática debían tener instalada la aplicación para votar.
En la práctica, fueron varios los constituyentes que se restaron de la votación, ya sea por problemas con la aplicación o simplemente por atrasarse en ingresar a la sesión. En este último caso, era recurrente ver a grupos de convencionales que incluso, una vez iniciada la votación, seguían afuera de las dependencias del Congreso Nacional de Santiago conversando con sus pares. Otros, en cambio, justificaron sus ausencias ante la Mesa Directiva, por ejemplo, presentando una licencia médica.
Según explica el convencional Christian Viera (FA), no existe el deber de votar. “Eso no es una obligación imperativa, es más bien un acto de responsabilidad. Lo que existe es el deber de asistir y participar en el Pleno. Nosotros solo por causa justificada nos podemos ausentar […] La obligación es estar en la discusión política, por cierto votando, pero por qué: porque somos representantes, porque nosotros tenemos la obligación de llevar la voz de aquellos a quienes representamos”.
¿Qué muestran los datos?
PAUTA procesó los datos de todas las votaciones del Reglamento General. Solo se consideran aquellos registros disponibles en la página web de la Convención, y no las ausencias de los votos que quedaron en acta y que ocurrían principalmente por problemas con el uso de la aplicación entre aquellos constituyentes que participaron a distancia.
Hubo uno de esos convencionales cuyo espacio estuvo siempre vacío. Se trata de Rodrigo Rojas Vade, el constituyente de la ex La Lista del Pueblo que anunció su abandono del órgano constituyente tras revelar que mintió sobre un cáncer que nunca tuvo. Dado que Rojas Vade dejó de asistir antes de la etapa de definiciones finales del Reglamento General, en la Convención asumen que el número de constituyentes son por ahora 154 y no 155.
Para identificar las tendencias entre los ausentes, PAUTA separó en cuatro las dimensiones revisadas de votaciones ocurridas entre el 23 de septiembre y el 7 de octubre. En primer lugar, el Reglamento General, sobre el cual hubo 326 votaciones. Luego se separan otros tres reglamentos temáticos: el de ética recibió 132 votaciones; el de consulta indígena, 35, y el de participación popular, 227. Por lo tanto, si se suma todo, hubo 720 votaciones y 2.948 ausencias repartidas entre ellas. En ninguno de estos conteos se incluyeron las ausencias de Rojas Vade, dado que se trata de una variable constante; pero si se agregaran, bastaría sumar 720 ausencias (una por cada votación) al total de 2.948.
Cada votación puede versar sobre un artículo en general o sobre numerosas indicaciones; por lo tanto, “una votación” no es equivalente a “un artículo” de algún reglamento. Asimismo, por cada conjunto de votaciones se contabiliza el total de ausencias. Cada ausencia corresponde a la inexistencia de un voto de un convencional; para este artículo, no se contaron todas las ausencias de Rojas Vade.
Reglamento General
Las votaciones del Reglamento General comenzaron el 23 de septiembre. Se definieron temas como el cuórum de dos tercios para la aprobación de normas constitucionales y las siete comisiones temáticas de la Convención. Del total de 326 votaciones, hubo un total de 808 ausencias.
En el período revisado por PAUTA, hubo un promedio de 2,4 ausencias por votación. Además, solo hubo 51 votaciones en las que participaron todos los 154 constituyentes activos. En ese contexto, el único que entregó una justificación formal por su ausencia el primer día de votación fue Felipe Harboe (PPD), quien presentó una licencia médica ante la Mesa Directiva.
Fue en este reglamento donde se produjo la votación más baja. Se votaba en general el artículo 20 más la indicación 70, que buscaba eliminar los votos blancos como votos válidamente emitidos. Fue rechazado por 56 votos a favor, 68 en contra y dos abstenciones; es decir, solo participaron 126 convencionales. Varios simplemente no llegaron a tiempo desde el receso del almuerzo.
En otros artículos donde se definían temas como el principio pro homine; la integración de las comisiones temáticas o el reconocimiento de la función ecológica, participaron menos de 145 convencionales.
Reglamento de ética
En el reglamento de ética, la tendencia no fue muy distinta. De las 132 votaciones que hubo, solo dos tuvieron la totalidad de los votos. En total hubo 472 ausencias, lo que dio como resultado un promedio de 3,6 ausencias por votación.
En este contexto, hubo indicaciones importantes que se definieron con la participación de menos de 145 convencionales. Es el caso de la indicación 104, que eliminó del listado de infracciones al principio de probidad, la participación, directa o indirectamente, en cualquier proceso decisorio en que tenga conflicto de interés.
Reglamento de consulta indígena
Un caso aparte fue el que ocurrió en el reglamento de consulta indígena. Ahí se aprobó una indicación sustitutiva que establecía todo un reglamento nuevo, lo que provocó que varias indicaciones quedaran incompatibles. El hecho fue catalogado por algunos como una “cocina” e hizo que convencionales como Jorge Arancibia (Ind. UDI), Teresa Marinovic (Ind. Rep), Rocío cantuarias (Ind. Evópoli) y Martín Arrau (UDI) se abstuvieran de participar en el proceso de votación.
En ese contexto, solo hubo tres de las 35 votaciones de consulta indígena donde participaron todos los convencionales. El promedio de ausencias fue de 7,5 por votación, siendo el más alto de todos los reglamentos.
Reglamento de participación popular
Finalmente, en la votación del reglamento de participación popular fue donde hubo la mayor cantidad total de ausencias. En las 227 votaciones que tuvo este reglamento, hubo 1.403 votos inexistentes, que se tradujo en un promedio de 6,2 ausencias por votación.
Además, en 24 ocasiones ocurrió que se ausentaran 10 o más convencionales, la cifra de este tipo más alta de todos los reglamentos. Las únicas convencionales que justificaron oficialmente sus ausencias ante la Mesa Directiva fueron Bessy Gallardo (Ind. PRO) y Adriana Ampuero (Ind).
Votaciones fundamentales como la que establecía los requisitos para presentar iniciativas populares constituyentes fueron zanjadas con 135 votos. Es decir, en esos casos hubo 19 constituyentes activos cuya preferencia no quedó computada.
En esa misma línea, hubo al menos cuatro indicaciones en las que el resultado pudo haber cambiado si hubiesen participado los convencionales que se ausentaron. Una de ellas, la indicación de Vamos por Chile que buscaba eliminar el enunciado del Título VII: “De los mecanismos de participación popular autoconvocados”, que obtuvo 76 votos a favor, 74 en contra y do abstenciones. En ese caso faltó un par de constituyentes activos, que bien pudieron haber contribuido al cuórum mínimo de 2/3 (78 a favor).
Las razones detrás de las ausencias
Algunas de las causas que argumentan los convencionales son temas circunstanciales; por ejemplo, ausencias que ocurrieron mientras se hacían exámenes PCR o puntos de prensa que se extendieron. Más allá de esas eventualidades, hay otras causas que fueron recurrentes en el proceso de votación.
Los problemas con la conexión a internet son una de las principales razones que mencionan los constituyentes. Afectó principalmente a los de regiones. "Los que no somos de Santiago tenemos un problema de conectividad que nos está jugando en contra [...]. A veces nos tenemos que trasladar en el horario que todavía estamos en votación y a veces pasas por sectores donde no tienes conectividad", dice la convencional Angélica Tepper (Ind. RN).
Otro de los problemas fueron los tiempos acotados de los recesos entre cada votación. En general se permitían 20 minutos, pero tal lapso quedó varias veces sujeto a variaciones. Lo mismo sucedía con la hora de almuerzo: el receso era más largo, pero de todos modos hubo convencionales que llegaron tarde a votar. "Aumenta la tasa de ausencia en los periodos en que culminan los recesos. Cuando parte la sesión después del receso, hay una o dos votaciones en que baja el número de votantes", describe Viera.
Algunos narran que se trata de temas cotidianos, como el que a esa hora hay esperas largas en los locales de comida y que "se demoran en atender". La convencional Loreto Vidal (Ind.) dice que "cuando hay un receso, tenemos una indicación clara, es decir, nos vamos a receso y nos encontramos una hora después desde que vas al almuerzo o cuando haces una pausa sanitaria". Por eso cuestiona que algunos retornen atrasados: "El receso no te habilita para que 'hagas tu vida', uno no lo hace así en un trabajo de manera habitual".
A esto se suma que en el Congreso en Santiago los convencionales no cuentan con un sistema que les avise cuándo comienza una votación. En el Congreso en Valparaíso los diputados y senadores escuchan un timbre que les anuncia que una votación ya empezó. Según comentan los propios convencionales, a veces se alertan por los grupos de Whatsapp cuando una votación ha partido.
En el caso de la aplicación de votación en los celulares, sí había un aviso de que la votación había comenzado, pero hubo reiteradas ocasiones en que los convencionales presentaron dificultades para usar el sistema. "Había problemas técnicos e informáticos, para manejar la aplicación de votos y eso provocó muchos votos que no se consignaron. Asimismo, el tener que ajustarnos todos a una votación electrónica por Zoom también implicaba cierto riesgo de que las personas no volvieran a la sesión cuando esta se reanudaba", comenta el convencional Tomás Laibe (Colectivo Socialista). La constituyente Vidal agrega que "algunos no recordaban sus claves de ingreso. Entonces, hubo que hacer una gestión adicional. Creo, también, que no todos están tan dados a esta tecnología"