Constituyente Rodrigo Logan sobre recurso ante la Suprema: “Yo no era la firma 38”
El abogado del Distrito 9 niega haber firmado el documento que preparó Vamos por Chile para ir a la Corte Suprema por los plebiscitos dirimentes. En el Colectivo del Apruebo, agrega, “el centro soy yo”.
Al agendar esta entrevista, el abogado Rodrigo Logan comparte a PAUTA su agenda de esta semana: desde el lunes 11 hasta el viernes 15 tenía comprometidos encuentros virtuales desde Arica a Punta Arenas, para cumplir con los objetivos de la primera semana territorial establecida en la Convención Constitucional. Y eso que él es convencional por el Distrito 9, que incluye comunas como Recoleta, Renca, Independencia y Conchalí.
Ninguno de esos encuentros fueron físicos: prefirió generar un sistema de reuniones virtuales priorizando la “eficiencia” de las instancias y evitando toparse con un ambiente social que, según comenta él, está crispado.
En esta conversación aborda el desenlace del intento de Vamos por Chile por llevar a la Corte Suprema el plebiscito dirimente aprobado en el Reglamento. Argumenta que no lo firmó por fallas en la argumentación técnica. “Tengo una reputación profesional que custodiar, si soy abogado litigante. Imagínate que me presto para eso y es declarado inadmisible. O sea, todos los abogados de la plaza van a decir ‘Logan ni siquiera leyó, o no sabe redactar'”, contesta.
-Terminada la etapa reglamentaria, ahora tenían una semana de trabajo territorial. ¿Se juntó usted con sus electores?
“Yo soy súper romántico para ver el tema de la política. Considero que el cargo de constituyente no es un cargo que solamente tenga que reportar al distrito en el cual votaron por él o por ella, sino que creo que somos constituyentes a nivel nacional, de Arica hasta Punta Arenas, hasta la Antártica Chilena. Con el equipo, en esas ideas súper románticas que tenemos, creamos un software que nos permite tener un sistema de telecomunicaciones propio, como Hangouts o Zoom, que funciona en la página loganconstituyente.cl. Además, a esas personas que participan en estos eventos les entregamos una firma electrónica para que puedan hacer votaciones en línea en tiempo real y además el sistema tiene un motor de reconocimiento de voz. Todo lo que se va hablando que automáticamente graficado en un acta”.
-¿Qué recepción ha tenido eso?
“Gracias a Dios se generó una alta expectativa. Hasta ayer [jueves] a las 21:30 de la noche íbamos en la número 18: hemos tenido reuniones con gente en Conchalí, Independencia, Recoleta, pero también en Tarapacá, Arica, Iquique Antofagasta, Copiapó. Anoche estaba con la gente de La Araucanía, tuve dos reuniones con aproximadamente entre 150 y 500 personas por cada reunión. Ha sido supergratificante, porque no solamente el encuentro tiene por motivo dar un informe de lo que está pasando en la Convención; esa es la primera parte. En la segunda parte enseño herramientas para que la gente pueda buscar información, entrar a Chileconvención.cl, les enseño a meterse a Info Lobby, y al final cómo meterse a Chile Transparente para buscar documentos. Al final viene una ronda de preguntas que dura 30 o 35 minutos y luego viene la parte de las iniciativas ciudadanas. He recibido muchas iniciativas de la gente, donde les digo que me las digan y además me escriban al correo electrónico precisamente para que yo las pueda llevar a la Convención con nombre y apellido, porque esas actas que llevo quedan para la historia de Chile, porque son parte de la historia fidedigna de la escritura de la Constitución”.
-Usted precisamente en su Instagram dice “Llevaremos todas tus mociones a la constituyente”. ¿Ese es un compromiso efectivo que hace, que cualquier propuesta que reciba la va a llevar?
“Ya lo estoy haciendo, desde que empecé en mayo hasta ahora. De hecho, hay muchas propuestas que han sido propuestas de indicaciones que vienen con nombre y apellido. Yo las tengo por escrito, las escribo y las presento y digo que esas indicaciones o esas ideas no son mías, sino que son por ejemplo de la Sociedad de padres de niños con Síndrome de Down, o de la Asociación de Pensionados por Renta Vitalicias. Ahora viene la segunda parte, que son iniciativas constitucionales. Yo me comprometí con la gente a que cuando existan iniciativas constitucionales y esas iniciativas yo las levante desde estos mecanismos de participación ciudadana, la llevaré a la Mesa por escrito y se van a leer por parte del secretario en la cuenta del día, para que la Mesa las derive alguna de las siete comisiones. Si la propuesta cae en la comisión que estoy yo, la llevaré a través de la Mesa, pero también a través de la coordinación de la comisión”.
-Pero para que una iniciativa de la gente entre a las comisiones necesitan 15 mil firmas o que usted la presente con mínimo ocho patrocinios de constituyentes. ¿Cuál es en la práctica la forma en la que usted podrá presentar esas iniciativas y que no queden como un insumo nada más?
“Yo puedo presentar cualquier iniciativa; aquí viene la discusión de la palabra incidente o vinculante. Yo puedo presentar cualquier tipo de iniciativa y las iniciativas las presento escribiendo a los correos electrónicos de los constituyentes y entregándolos a la Mesa, ese es mi compromiso. Lo que tú estás hablando es la forma de levantar iniciativas de carácter incidente para el proceso: yo no tengo esa facultad, porque el Reglamento no me la otorga, porque me requiere o una cantidad de firmas necesarias o una cantidad de patrocinios. Sí, créame, yo he influido bastante, en lo personal, en mi carácter de independiente, en varios constituyentes, a propósito por ejemplo de las asignaciones. Cuando se hizo la propuesta de asignaciones, estuve muy detrás de eso en el concepto de que existiera un registro público de asesores. Ese registro público de asesores a mí me lo plantearon vecinos de Recoleta, no fue una idea mía, y yo la llevé para allá y fíjese que hoy los asesores tienen un registro público”.
– ¿Esa fue una iniciativa suya, entonces?
“Sí, y escrita con fecha del 11 de agosto”.
Con la presidencial “más se van a ir crispando los ánimos”
-¿Por qué decide hacer la semana territorial de forma telemática y no yendo a terreno o haciendo cabildos? Entendiendo que en el Zoom encuentra gente que participa habitualmente en estas cosas, que usa normalmente tecnología…
“Nos hicimos esa consulta en el equipo y fue decisión mía […]. Hoy este es el escenario: esta no es la única semana territorial, habrá más. Por tanto, no hay que gastar todas las fichas al principio, porque si no, nos vamos a quedar sin nada. Segundo, tenemos que buscar una estrategia de comunicación que nos permita llegar a la mayor cantidad de personas con el mínimo insumo. Tercero, hay que considerar que hasta el día de hoy no se nos ha entregado por parte de las Segpres ni del Comité Externo de Asignaciones un solo peso en difusión. Y cuarto, para salir a la calle necesito una vinculación con los alcaldes. Yo escribí a los ocho alcaldes de las comunas del Distrito 9. Todas las municipalidades tienen sus propios procesos constituyentes y me han invitado, pero me invitaron para las semanas próximas entonces. Me inscribieron en sus procesos para ir a los lugares, a la feria, ferias que yo conozco por supuesto. Me recorrí las ocho comunas tres veces. Además de eso, un elemento que tomamos en consideración es el crispamiento social que hoy están teniendo las personas. A propósito de lo que le pasó a Giovanna Grandón, a Ruggero Cozzi, la idea es cómo hacemos un proceso de entrega de información que sea pulcro, neutro, no sesgado y que llegue a muchas personas, pero que no prime la violencia. A medida de que se va acercando la elección presidencial, más se van a ir crispando los ánimos. Por eso tenemos que hacer intervenciones que sean muy precisas y muy eficientes”.
-¿Pero a qué se refiere en concreto con la crispación? ¿Le preocupa que lo puedan funar, por ejemplo?
“No, no, no, no. Yo camino por la calle y la gente me saluda, me dicen ‘el abogado del pueblo’. No encuentro personas que me ataquen. Las críticas descarnadas yo las recibo solamente en Twitter. Pero no tengo miedo, créame, no es por miedo. Es porque para ir, suponte, a la Junta n° 6 de Recoleta, habrá cuánto, ¿20 personas en promedio? Voy a estar 40 minutos de ida, 40 minutos de vuelta, eso es el costo de traslado. Voy a ir a dar un mensaje, voy a llevar el data, vamos a hacer una intervención de una hora y media, ya tienes cuatro horas y vas a llegar a 20 personas. En esas mismas cuatro horas, porque recuerda que hay un tema de costo-oportunidad, yo hago dos eventos donde llegué a 5.000 personas. ¿Cuál de los dos es más eficiente?”.
– Claro, pero usted habló de la crispación y lo menciona como argumento para evitar ir a terreno…
“Así como [mencioné] el hecho de la asignación, del tiempo, del costo-oportunidad. Claro, me he encontrado personas que no es que se enojen conmigo, sino que cuando empiezan a debatir entre ellos, en el argumento, empiezan con ideas erradas o con formatos del lenguaje que está muy crispado. El otro día hablábamos de las asignaciones con una persona en la calle y uno dijo ‘oye, pero si esto es un circo, ustedes hasta cuándo hacen show y más encima se suben el sueldo’. Otra vez escuché alguien que decía ‘oiga, usted fue uno de los creadores del Partido de la Gente, son todos sinvergüenzas’, por el caso de Franco Parisi. Y yo le decía al equipo: si esto se replica en un encuentro pequeño, puede haber una discusión entre la gente, no conmigo porque conmigo no lo van a lograr, porque gracias a Dios no lo tengo, pero yo no quiero eso porque el esfuerzo que nosotros despleguemos en ir, no valdrá de nada. A mí me interesa llegar a la mayor cantidad de gente de la mejor manera posible. Ojo, eso no quiere decir que en los encuentros yo apague el micrófono. Hay gente que me ha dicho ‘no estoy de acuerdo, creo que han ido a puro gastar plata'”.
-¿Se justifica una semana territorial por mes en un proceso tan corto?
“Un tema que me salta del análisis es saber qué entiendes tú con semana territorial y qué estás haciendo. ¿Sabes a qué le tengo miedo de las semanas territoriales? Es un miedo mío, a que se esté haciendo campaña política, con plata del Estado. A eso le tengo miedo, porque la semana territorial, encuentro con la gente, lo considero maravilloso. Salgo todos los días a la calle, ando por el centro, compro pan, voy al banco, la gente es muy linda y me conversa, pero yo converso con la gente. Soy, creo, el único que hace encuentros de Arica a Punta Arenas, y muchos, he visto, que están haciendo campañas políticas, a un candidato presidencial determinado o sacan fotos con diputados, o candidatos. Eso no me gusta. Lo están haciendo con platas públicas, proselitismo de una forma incorrecta. Nada te impide que en tu tiempo libre puedas hablar con quien quieras, pero que lo hagas en una semana territorial a propósito de una instancia participativa, no me parece. También veamos los medios que ocupas. Hay muchos que dicen, haré una semana territorial, encontré uno que hizo un concierto y llamó a muchas personas. Otro hizo una cervezatón, que iba a reglar cerveza. No me parece, porque te estás dando un gustito. El propósito no es levantarte el ego ni que te conozcan como el salvador o el mesías, que todos somos una manga de monos que no hace nada y tú eres el salvador o salvadora que nos llevará al camino correcto. Me gustaría que se establecieran los mecanismos a través de los que llevar el mensaje”.
¿Era la firma 38?
-La intención de Vamos por Chile de acudir a la Corte Suprema por los plebiscitos dirimentes no prosperó. Usted fue la firma 38, pero se necesitaban 39. A su juicio, ¿quién debió haber sido esa firma adicional para el reclamo ante la Suprema?
“Te voy a contar la historia completa. Yo he sido, de verdad, uno de los convencionalistas que ha sido más crítico, desde el punto de visto técnico, no político, de la forma en que se llevó adelante el proceso constitucional […]. He anotado y he expresado a todos los convencionales cuáles son las fallas desde el punto de vista técnico, partiendo por la votación del 7 de julio cuando votamos a mano alzada; eso no está dentro de la lógica, porque no quedó registro, había más votaciones, anulamos una votación en el acto, cuando aumentamos las vicepresidencias eso también fue ilegal porque la ley 21.200 establece que hay una. No podemos arrogarnos atribuciones que no tenemos. El tema de los plebiscitos dirimentes, la forma en que se hizo… Nos saltamos la regla de los 2/3 […], pero también entiendo que hay una responsabilidad en el ejercicio del cargo que estoy desarrollando y uno debe guardar prudencia y no solo ponerse tan extremo desde el punto de vista de ser el custodio, garante de la normativa. La normativa no se cuida porque sí, no es… ¡ah!, voy a cuidar la norma para que nadie se la salte ni yo tampoco… No, las normas tienen un espíritu, una función, y lo primero que me enseñaron cuando entré a estudiar derecho es que es una ciencia que tiene como objetivo mantener la paz social, la certeza y está orientada al bien común. Entonces, uno tiene que orientarse a eso. Para eso existe la normativa.
-Pero esta no era la primera vez que consideraban ir a la Corte Suprema…
“En el caso de Vamos por Chile, desde hace rato que les vengo diciendo que deberíamos haber ido a la Corte Suprema, desde el día que fue la votación a mano alzada, porque ese día nos transformamos, desde mi punto de vista, en una asamblea constituyente. Esta vez vamos por los plebiscitos dirimentes y dije ‘por supuesto que estoy a favor de ir a la CS’. Si incluso yo firmé una declaración que mandó Bernardo Fontaine [Ind.-RN], donde nos reservábamos el derecho de ir a la CS. Eso me trajo un montón de problemas con otros constituyentes, sobre todo con los del Colectivo del Apruebo, donde participo. Pero yo les dejé claro a los del Colectivo, que los quiero mucho, son excelentes personas, pero les dejé claro que soy independiente, que el Colectivo es una organización instrumental y me tuve que poner aquí, en el Colectivo del Apruebo, porque solo no me pescan, porque el rol de los independientes es cero en la Convención. Me obligaron [porque] si no me junto con alguna manada, no existo y estoy condenado a la irrelevancia. Pero les dije: no se les olvide, que aún cuando estoy en esa manada, que es instrumental, nos respetamos y nos queremos, sigo siendo independiente y sigo votando por convicción. Y siempre lo he dicho: voy a ir a la CS, pero no voy de cualquier manera. No voy a ir, porque cuál es el punto. Vamos por Chile tiene dos almas, tiene el alma de la UDI y la de RN y Evópoli. Ni siquiera actúan como frontón. Cuando me presentan la propuesta dije, por supuesto, muéstrenme el documento. Si me lo muestran y estoy de acuerdo con los razonamientos, por supuesto que contarán con mi firma. Y me presentan dos: uno que venía de la UDI y otro de RN. Les dije ‘chiquillos, yo soy abogado litigante, me dedico a esto. Este escrito no pasará el cedazo de la CS, porque no se ha definido cuál es el vicio, que sea esencial, y no se ha definido que ese vicio esencial haya causado un daño permanente a los constituyentes, a propósito de los plebiscitos dirimentes'”.
-¿Cuál de los dos textos estaba criticando?
“Ambos tenían el mismo problema. El tema del texto que venía de la UDI es que yo consideré, y les dije, ‘muchachos, la forma en que está argumentado el daño del plebiscito dirimente no es correcta’. Y la respuesta que recibo es ‘no, pero lo que queremos hacer es un punto político de tal manera de salir con el documento y llevarlo a la prensa y generar un hecho político’. Y yo para eso no me presto”.
-¿Quién le respondió eso?
“Uno de los asesores abogados que me entregó el documento. Y yo le pregunto por qué. Me dice que ‘porque nosotros sabemos que hay una falla, pero también sabemos que ese vicio puede ser no considerado esencial’. Entonces les dije ‘no vayamos, porque si vamos con ese vicio sabiendo que la CS puede considerarlo inadmisible, el efecto que se provocará es terrible, desde el punto de vista de credibilidad por tus compañeros y además genera un precedente nefasto a las próximas presentaciones. Si quieres hacer una, que sea fundada'”.
-¿Y el otro documento?
“RN y Evópoli me presentaron una propuesta que me parecía más interesante, de hacer una declaración pública más que un recurso, donde se establecieran las fallas y cómo nosotros consideramos que esa falla era un vicio esencial. Me parecía buena y en esa estaba el Cote [Manuel José] Ossandón]. En el recurso de la UDI estaban Constanza Hube y Marcela Cubillos. Eso fue lo que respondí. En la UDI dije que no lo iba a firmar mientras no le arreglaran eso, porque tengo una reputación profesional que custodiar, si soy abogado litigante. Imagínate que me presto para eso y es declarado inadmisible. O sea, todos los abogados de la plaza van a decir ‘Logan ni siquiera leyó, o no sabe redactar'”.
-¿Firmó el otro?
“En el caso de RN y Evópoli, cuando hablé con el Cote, le dije ‘ya, muéstrame la declaración’. Y la empiezo a ver y era una declaración redactada en forma de recurso, pero no era recurso, porque no tenían las 39 firmas. Y empezaban a hablar del artículo 51, de cómo el plebiscito generaba un vicio y ese vicio no era soslayado por el artículo 51 y yo no estaba de acuerdo. Le dije ‘Cote, mira, el artículo 51 lo que establece es que se le deja la implementación de los plebiscitos dirimentes al Parlamento, por lo tanto en ninguna parte la constituyente pasó por encima de las atribuciones del Parlamento’ […] El daño está en que el plebiscito dirimente permite saltarse la regla de los 2/3, porque el reglamento dice que cuando una votación no alcanza el cuórum suficiente, esa iniciativa será rechazada. Y el plebiscito dirimente la vuelve a la vida. Esa es la falla […] Y por eso le dije ‘no’. Entonces, yo no era la firma 38, porque nunca pude cerrar con ninguno de los dos. Siempre estuve dispuesto, pero yo leo lo que firmo. Jamás firmo algo sin leer. Yo no era la firma 38, pero si hubiese sido, para responder tu pregunta, quién pudiera haber sido la firma 39: yo entendí que se estaban buscando abogados, los que más críticos habían sido. Agustín Squella, que dijo que no pero se buscó; era Felipe Harboe, también abogado, también crítico, dijo que no; Mauricio Daza, que también era crítico. Entiendo que Mauricio no contestó más el teléfono, ni siquiera dijo que no. Daniel Stingo evidentemente no. Y Helmuth Martínez y Andrés Cruz. Ellos eran los que escuché que estaban sondeando”.
-Pero trascendió que usted era la firma 38. ¿Por qué desde Vamos por Chile estaban tan convencidos?
“Yo tengo firma electrónica avanzada, nunca hago mi firma con papel. Precisamente porque esas firmas en papel puedes ocupar la misma 10 veces. Todas mis firmas vienen con fecha, hora y geolocalización. Mi firma no estaba. Porque me pasaron el escrito, y yo, ojo, nunca dije que no iba afirmar, digo que sí, siempre tuvieron mi voluntad, pero yo no firmo cualquier cosa. Yo no entrego mi firma como un cheque en blanco a los amigos, no hago eso. Voy a firmar porque tengo una responsabilidad en el cargo que estoy ejerciendo y debo custodiar mi éxito o no éxito profesional. Soy abogado litigante, no voy a firmar cualquier cosa. Por eso. Es más, cuando salió así, yo salí en mis redes sociales diciendo que no era verdad, porque me hicieron pedazos en redes sociales. Pero estoy acostumbrado, no se me mueve ni un pelo”.
Las propuestas para la nueva comisión
-Volviendo al punto del Colectivo del Apruebo, ellos se consideran de centroizquierda…
“De centro y centroizquierda. Esa palabrita la puse yo. Y peleamos con Bessy [Gallardo] por lo mismo. Le dije que somos de centro y centroizquierda. El centro soy yo”.
-O sea, usted no se considera de centroizquierda.
“No. Y no es que tenga algo malo, tengo muchos amigos, me gusta el pensamiento, pero tenemos una diferencia en la forma en que entendemos la relación del Estado con los ciudadanos. Y ojo, ya no soy el único de centro: Agustín Squella, ahora que llegó, también dijo ‘yo también soy de ese centro'”.
-Usted integrará la Comisión de Sistemas de Justicia, Órganos Autónomos de Control y Reforma Constitucional. ¿Cuál es su objetivo prioritario inmediato en la redacción de alguna propuesta en esa comisión?
“Tengo tantas. Si te las cuento, tendría que matarte. Nooo [se ríe]. Tengo hartas y son parte de la propuesta de campaña. Dios me puso ahí. Fíjate que mi corazón quería estar en la de Derechos Fundamentales, pero cuando Dios te pone en un lugar, uno tiene que estar ahí. Y yo ahora entiendo por qué me puso ahí. La primera: elevar a rango constitucional la defensoría penal, para que tenga mismo rango que el Ministerio Público; crear la Defensoría de las Víctimas; crear una acción constitucional que, sin patrocinio de abogado, permita a la ciudadanía reclamar la falta de servicio del Estado. Otro: que se revise la forma en que se eligen las altas autoridades de los tribunales y entidades fiscalizadoras del país, Corte Suprema, TC, Consejo para la Transparencia, Tricel […] y en el tema de la reforma constitucional, que se establezca que la Constitución sea más flexible a los cambios sociales, manteniendo cuórum y estructura, para que no tengamos un problema como el que tuvimos esta vez, que tuvo que haber un estallido social para modificar la Constitución”.