La derecha en la Convención
“He leído el trabajo de Tarun Khaitan que recomendó Granese. Y he llegado a la conclusión de que quienes deberían leerlo son la mayoría de izquierda y nativista que controla la Convención”, opina John Müller.
Varios artículos han cuestionado el papel de la derecha en la Convención Constitucional. El primero, firmado por Macarena Granese, investigadora del Centro de Estudios Públicos, definía a los 37 convencionales de derecha como “una minoría política sin peso“, al no contar con un tercio de bloqueo ni haber sido capaz de establecer alianzas. Granese los invitaba a diseñar una estrategia y les recomendaba estudiar la manera en que se redactó la Constitución de la India y la introducción de “principios directivos”, como ha reseñado Tarun Khaitan, experto de la Universidad de Oxford en derecho comparado. La propuesta de Granese, cuya crítica no debería caer en saco roto, ha sido destacada por columnistas como Genaro Arriagada.
Efectivamente, los convencionales de la derecha se sienten atrapados en un campo minado. Algunos creen que su presencia les convierte en “tontos útiles” que convalidan una experiencia surrealista con disfraces, dinosaurios y guitarreos, donde solo falta que la nueva Constitución se escriba en rima consonante. Otros querrían aportar, pero han visto como sus iniciativas son laminadas por la aplanadora de izquierda. También es cierto que hasta ahora solo se han debatido cuestiones de orden, aunque algunas son de calado como la censura de lo que se ha definido como “negacionismo“.
He leído el trabajo de Khaitan (Directive principles and the expressive accommodation of ideological dissenters) que recomendó Granese. Y he llegado a la conclusión de que quienes deberían leerlo son la mayoría de izquierda y nativista que controla la Convención. En el caso de la Constitución india, las minorías amurradas eran los socialistas, los seguidores de Gandhi y los nacionalistas culturales. Los “principios directivos” fueron una estrategia de la mayoría demócrata y liberales para evitar que la Constitución resultara un documento de parte, no inclusivo.
Dichos principios fueron un subterfugio para ponerse de acuerdo. Hablamos de los mismos principios recogidos en la Carta de Derechos Humanos de la ONU que en 1950 no eran tan populares como hoy y que la nueva Constitución chilena difícilmente podrá desconocer.
Sin embargo, en el relato de Khaitan hay una cuestión interesante. El experto de Oxford cuenta que, pese a la enorme diversidad de la India, todos los redactores coincidieron en un punto: su adhesión a la democracia y a la preferencia de la política sobre la violencia como mecanismo para resolver sus disputas. En Chile, una buena parte de la Convención no solo no rechaza la violencia, sino que la glorifica.
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John Müller conduce Primera Pauta, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 07:00 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en www.PAUTA.cl.