La conversación entre Boric y la ex-Concertación tienen un extra: los cambios de las directivas
En la centroizquierda esperan el llamado del Presidente Boric y su equipo para ver cómo será la convivencia de todo el arco en el nuevo gobierno.
En medio de las especulaciones sobre cómo será el gabinete del Presidente electo, Gabriel Boric, hay una factor que atraviesa esa decisión: cuánto se abrirá Apruebo Dignidad (AD) y a quiénes podrían sumar más allá de la coalición que reúne al Frente Amplio, el PC y FRVS. De hecho, parte de esa discusión se dará este miércoles en la reunión de la mesa nacional de AD.
Al otro lado de esa pregunta está la centroizquierda, que está dividida en dos bandos entre el bloque PS, PPD, PR y PL, autodenominado “socialismo democrático”, y la Democracia Cristiana. Los primeros se declararon tempranamente como “colaboradores constructivos” del Mandatario frenteamplista, mientras que la DC institucionalmente se definió como oposición.
Luego del triunfo, en una reunión entre Boric y los presidentes de Apruebo Dignidad y de la ex-Concertación, la pelota quedó en manos del nuevo jefe de Estado y sus cercanos para llamar y tender los puentes con cada uno de los partidos que hasta el 21 de noviembre se agruparon en Nuevo Pacto Social. A la espera de esas bilaterales que aún no se han dado, Boric les dijo que necesitaba a todo el arco para construir mayorías en el Parlamento y la razón es que, aunque el sector esté de capa caída, representan una fuerza clave: 37 diputados y 17 senadores.
Sin embargo, esas conversaciones con los vecinos de la actual oposición tienen un factor interno que no se puede obviar y que marcará también las relaciones futuras entre la izquierda y la centroizquierda: los cambios de directivas que se vienen en las próximas semanas y que afectará al menos a tres tiendas del sector. Si bien las conversaciones partirán ahora con los timoneles actuales, los nuevos nombres que lleguen a las distintas tiendas pueden ser fundamental para lo que será la instalación del nuevo gobierno a partir del 11 de marzo de 2022.
La competencia en la DC: la refundación está en juego
Este jueves 23 se cumple el plazo para se inscriban las listas que competirán en la elección interna de la Democracia Cristiana. La nueva contienda por la presidencia de la falange se realizará un mes después, el domingo 23 de enero y marcará una serie de cambios de directivas en la centroizquierda. En competencia hay al menos tres nombres de mujeres y un hombre que podrían encabezar las distintas almas de la DC: la diputada y actual vicepresidenta Joanna Pérez corre con ventaja en su bancada y cuenta con el apoyo de la ala colorina de la falange, esa que lidera el extimonel de la tienda y hoy convencional Fuad Chahin y también con parte de los llamados “príncipes”. Sin embargo, la fórmula de Pérez depende de otra competidora, la actual presidenta del Senado, Ximena Rincón, quien también contaría con apoyo de esos lotes.
“El rol de la DC se va a jugar desde el Congreso Nacional. El poder va estar entre la Cámara y en especial en el Senado” comentan en la directiva actual de la falange.
Al otro lado, en la disidencia, también evalúa sus posibilidades. El alma más progresista de la tienda que hoy lidera Carmen Frei cuenta con la intensión del alcalde de La Granja y también vicepresidente, Felipe Delpín. Aunque este sector podría tener como as bajo la manga el nombre de la senadora y excandidata presidencial, Yasna Provoste.
Tener una competencia Pérez-Provoste tensionaría la contienda, admiten en las filas DC, en especial, por la relación entre la DC y a AD. Sin embargo, si a la papeleta llega la dupla Rincón-Provoste, sería una bomba, pues hay heridas aún abiertas de la elección presidencial no solo por los resultados del 21 de noviembre, donde Provoste llegó quinta, también por la carrera completa en la que Rincón debió dar un paso al costado.
A solo horas de que termine el periodo de inscripción, en la DC comentan que las posibilidades de tener una lista de consenso son casi nulas y que los más probable es que exista competencia dura, pues entre otras cosas quien gane será la cabeza para guiar al refundación del partido y también la que deberá manejar la relación con el gobierno de Boric y el resto de sus exaliados.
El PS: la continuidad y los gestos de la disidencia
El otro partido que tiene agendado el cambio de dirigencia es el PS. Las elecciones internas están fijadas para el 27 de marzo de 2022, apenas dos semanas después de que Boric jure como nuevo Presidente. En el caso de los socialistas, las decisiones y las señales que den son clave para el resto de los partidos, pues al menos la mesa que hoy dirige el senador Álvaro Elizalde está por la idea de actuar en bloque, más que ir solo a negociar con el gobierno entrante.
De hecho, esta dirección deberá zanjar qué tipo de rol tendrán, si funcionarán desde el Congreso, pero con algunos nombres y cuadros técnicos que puedan ser invitados al gabinete o entrarán con todo. Esta última opción al menos hasta hoy es resentida, pues dependiendo de la apertura que realice el Presidente electo, lo cierto es que en las filas socialistas lo que predomina es la idea de no sumarse desde el principio.
Desde la fallida negociación de las primarias presidenciales, cuando el PS estuvo a punto de irse con Apruebo Dignidad (pero que falló por el veto al PPD y al PL por parte del PC y del partido del presidente, CS), quedó la idea de que la integración de los socialistas al proyecto que encabezaba Boric era más viable. De hecho, al sumar algunos rostros del PS a su comando reforzó la idea de que estaban más cerca. Sin embargo, en la directiva son claros, aquí funciona la institucionalidad más que el pirquineo de nombres y en especial de la disidencia a Elizalde que hoy tiene menos poder en el partido, pero aparece más cerca de Boric como la diputada Maya Fernández; el diputado Manuel Monsalve, al excandidata presidencial Paula Narváez (aunque ella históricamente ha sido parte del grupo “nueva izquierda”) e incluso el nombre del senador Carlos Montes, quien si bien no es parte de ese lote, ha tenido algunas diferencias con la actual dirección del partido.
¿Por qué esa definición institucional es clave? Porque la próxima elección interna es altamente probable que el “tercerismo” (lote de Elizalde), “grandes alamedas” (lote encabezado por Isabel Allende y al que pertenece el actual secretario general del PS, Andrés Santander) y la “nueva izquierda” (corriente liderada por Camilo Escalona) mantengan el control del partido y con ello, la mayoría de los 110 cupos en el Comité Central. Nombres que podrían perfilarse para suceder a la directiva de Elizalde: el senador Juan Pablo Letelier; el diputado Raúl Leiva y el diputado Juan Santana.
Al frente del partido ubicado en París 873, en la sede de los radicales también vivirán su propia contienda. Aunque serán los últimos en sumarse al tren de cambios. Para el último fin de semana de abril están pensadas las elecciones internas que sucederán a la mesa que hace unas semanas encabezaba Carlos Maldonado y que hoy está en manos del exdiputado Alberto Robles.