La coalición “a la portuguesa” y los anillos de poder: Boric dibuja las fórmulas para su gobierno
Los dirigentes de Apruebo Dignidad se reunieron con el Presidente electo para afinar la relación interna y con la ex-Concertación. Hay roles definidos y un marco que limita.
Habrá roles distintos, círculos de poder y mecanismos para conseguir acuerdos hacia la centroizquierda. Eso, a grandes rasgos, dibuja el equipo político al que Gabriel Boric encomendó para determinar los pesos, contrapesos y grandes alianzas del gobierno que inaugurará el 11 de marzo de 2022.
De partida, habrá dos anillos de decisiones, que parten de la base de que la coalición que sostuvo su campaña, Apruebo Dignidad (AD), se queda tal cual está. En esa fórmula, el Presidente electo conversa con su conglomerado formado por el Frente Amplio y Chile Digno (Partido Comunista, FRVS y otros) para ver cuánto pueden ampliar los horizontes del pacto.
El primer anillo de distribución de poder corresponde a cómo Boric armará su gabinete. En eso podrá contar con personeros de su bloque y de otros. El segundo anillo se circunscribe a cómo AD buscará puentes con la centroizquierda, pero no lo sumarán a su coalición.
La primera parte del diseño la consensuó el Mandatario entrante y los dirigentes de AD, encabezados por Flavia Torrealba (FRVS), Francisca Perales (Convergencia Social), Camila Quiroz (Comunes), Margarita Portuguez (RD) y Guillermo Teillier (PC), donde repasaron el triunfo, el contexto político y cuáles son los principales desafíos de coordinación. No solo dentro del bloque. También más allá de las fronteras de AD, y en especial la ex-Concertación, que hoy está dividida entre el “socialismo democrático” y la DC. El análisis continuó en la tarde entre los propios partidos, los que definieron para esta etapa equipos de trabajo y el marco de relación que tendrán con el resto del progresismo.
“Hay plena conciencia, absoluta conciencia, de manera unánime dentro de nuestra coalición Apruebo Dignidad, de que no basta tan solo con Apruebo Dignidad hoy para poder cumplir todos esos desafíos que nos hemos propuesto y que el pueblo de Chile, a través de una maciza y contundente votación en segunda vuelta, ratificó”, dijo el diputado de RD y uno de los principales consejeros de Boric, Giorgio Jackson.
El primer anillo
Uno de esos caminos será la formación de gabinete. En esa decisión el Mandatario electo tendrá “libertad” absoluta para convocar al elenco que estime conveniente, ya sea de AD (Frente Amplio, PC y FRVS, entre otros), de la ex-Concertación o independientes. La “libertad” para designar es una frase hecha usada por todos los comandos de todos los candidatos que han ganado las presidenciales, pero en rigor siempre existe un calculado mecanismo para distribuir ciertos puestos a las fuerzas aliadas: cuánto corresponda a una puede implicar roces con las otras.
En el caso del Presidente frenteamplista, sin embargo, hay una diferencia. El dibujo aquí apunta a una conversación institucional tanto con las colectividades de izquierda como con la centroizquierda. Es “institucional” -insisten-, tal como lo ha dicho, por ejemplo, el senador Carlos Montes (PS), pues el vínculo es con partidos. Quedará a criterio de Boric, pero la idea es no tensionar las relaciones nombrando a personeros que no cuentan con la venia de su colectividad. En este diseño, lo único que le pidieron los partidos de AD, que desde marzo serán el oficialismo, es que los convocados tengan sintonía con el programa de gobierno, con las peticiones de distintos movimientos sociales y no desvirtúen el relato que los llevó a ganar. En otras palabras: quienes se sumen deben plegarse al programa.
“Todos los presidentes y presidentas de Chile han tenido esa potestad. Cuando el Presidente diga algo, nosotros vamos a reflexionar y conversar con él […]. Nosotros hemos expresado públicamente que en la medida en que se facilite el cumplimiento del programa, todo apoyo será bienvenido. En cuanto al gabinete, eso lo ve el Presidente”, dijo el titular del PC, Guillermo Teillier.
En resumen, los partidos se cuadraron y dieron manga ancha para que Boric arme a su equipo con algunos criterios que el mismo diputado y sus cercanos han adelantado. “Tiene que ser paritario, con altas competencias; diversidad en términos de regiones y etario; que pueda ser transversalmente apoyado, que sean figuras que puedan concitar respaldos para las agendas en donde queremos avanzar. Ahí hay plena libertad para que el Presidente electo pueda realizar esas nominaciones”, agregó Jackson. Siempre con aquel marco.
El segundo anillo
El otro camino de esta fórmula es la coalición de gobierno, independientemente de los rostros que convoque el nuevo Jefe de Estado. Hasta ahora Apruebo Dignidad se mantendrá tal cual está con el Frente Amplio y Chile Digno. Su relación con el resto de la izquierda y la centroizquierda estará marcada -al menos en una primera etapa- por las concordancias políticas programáticas tanto en el Congreso como en la Convención Constitucional. Es decir, al menos por ahora no se vería a los partidos como el PS, el PPD, el PR, el PL -y menos a la DC- en las reuniones de coordinación de AD, más allá de que algunos de sus militantes y cuadros técnicos sean llamados por Boric.
Esto limita el marco de relaciones y con ello, la posibilidad de que más partidos entren al bloque.
En AD algunos comentan que esta ecuación podría terminar en la fórmula similar a la “coalición a la portuguesa”, pero más “chilenizada”. Se inspiran con eso en la estrategia que implementó el primer ministro de Portugal, António Costa, quien con minoría forjó una amplia alianza de la izquierda con dos pilares claros: el apoyo mutuo en el Parlamento, pero sin incluir la participación de todos en el Ejecutivo. Esto significó que las reglas se negociaran a nivel legislativo, alrededor de “grandes acuerdos” programáticos. El pacto de Costa (un socialista) fue con el Bloco de Esquerda y con el Partido Comunista Portugués, en una invención política que los portugueses llaman la “geringonça” (artilugio). Se levantó con fragilidad en 2015, contra todo pronóstico resistió el paso de los años (y de las desconfianzas), pero en cualquier caso colapsó en octubre de este año. Los portugueses irán a las urnas en enero de 2022.
La tarea de los partidos
Mientras Boric afina los nombres de quiénes lo acompañarán en La Moneda, desde Apruebo Dignidad zanjaron tres equipos de trabajo para tender los primeros puentes y para consolidar la instalación en su rol de nuevo “oficialismo”.
Habrá un equipo político para “abrir los diálogos con todas las fuerzas políticas”. Otro grupo de trabajo territorial activará las redes con los movimientos sociales. Una tercera rama, la comisión comunicacional, tiene como objetivo articular las vocerías del bloque. Cada lunes se realizará una reunión de coordinación con Boric. Es el símil al Comité Político Ampliado que ocurre cada semana en La Moneda, que reúne a los ministros políticos con los representantes de los partidos oficialistas.
El anillo político de AD estará conformado por Carolina García (Comunes), Francisca Perales (CS), Juan Andrés Lagos (PC) y Efrén Osorio (AH). Tiene como misión iniciar las conversaciones con el resto de la izquierda y la centroizquierda. De hecho, el Presidente Boric les pidió a las colectividades que puedan tejer esos vínculos con “todos los que fueron parte del triunfo en la segunda vuelta”. Sería el reflejo de aquella fotografía en el Hotel Fundador la noche de la victoria: allí estaban los dirigentes de AD y los titulares de los partidos de la ex-Concertación, desde el PS (Álvaro Elizalde) hasta la DC (Carmen Frei).
“Hay que diferenciar los roles. Como Apruebo Dignidad respaldamos a nuestro Presidente electo en términos de la designación de sus equipos de confianza en el gobierno, y entendemos que el rol de los partidos y movimientos de Apruebo Dignidad es acompañar el proceso de instalación del gobierno. Nuestro rol va a ser tener diálogo […] respecto de las líneas comunes con los otros partidos que acompañaron a Gabriel Boric”, señaló la vicepresidenta de Convergencia Social, Francisca Perales.
Son dos discusiones distintas, explican en el pacto. Una es la base de apoyo social y político del gobierno, y otra es la coalición política. “Entendemos que AD es la coalición que está acá y estamos dispuestos a tener diálogos con las fuerzas que quieren sostener cambios. Ahí hacemos una invitación a todos los partidos y movimientos a que podamos tener ese diálogo más allá de las nominaciones del gobierno, porque hay programa”, agregó Perales.
Ahora hay que esperar la reacción de la ex-Concertación sin la DC, partido que tempranamente había hablado de ser una “oposición constructiva“, a esta fórmula. Algunas luces se podrán tener después de las fiestas, cuando el bloque del “socialismo democrático” realice un cónclave para analizar el rol que jugarán en el próximo gobierno.