Las causas del retraso y los problemas que han sufrido las Iniciativas Populares de Norma
La ciudadanía ha presentado 1.965, pero solo 494 han sido publicadas y solo dos cumplieron con las 15 mil firmas requeridas. Convencionales explican los principales cuellos de botella.
Todos los jueves, todas las semanas, el grupo mixto de convencionales y secretaría encargado de las Iniciativas Populares de Norma (IPN) se reúne para ver los avances del tema. Pero en la reunión de este 30 de diciembre se conversó acerca de las problemáticas que ha tenido hasta la fecha el proceso. De las 1.965 iniciativas ciudadanas ingresadas en la plataforma, solo 494 han sido publicadas, lo que ha generado molestias en los autores de las que no han sido consideradas.
La importancia de ir resolviendo los inconvenientes de manera diligente recae en la gran expectativa que tiene la ciudadanía sobre las IPN. Los integrantes de la Comisión saben que esto se trata de un proceso inédito, por lo que se sigue con interés tanto local como internacionalmente.
Además, solo hay plazo hasta el 1 de febrero para conseguir las 15 mil firmas necesarias para que las IPN puedan ser discutidas por las comisión correspondiente y el Pleno de la Convención.
Hasta ahora, solo dos IPN han cruzado ese umbral. La primera en hacerlo fue “Será ley”, iniciativa relacionada con el aborto libre, que ya suma 19.970 firmas al 31 de diciembre. La segunda es “Con mi plata no”, referida a impedir la expropiación de los ahorros previsionales, que tiene 18.112 al cierre de 2021.
Una tercera está relativamente cerca: la que fue propuesta por las confesiones religiosas y que propone que la nueva Constitución consigne el derecha a la libertad religiosa y de conciencia, que suma 13.452. Del resto, apenas cuatro tienen entre 5.000 y 10.000 firmas. Y las 487 restantes, incluso menos de 4.000 adhesiones.
Cómo opera el proceso
Como parte de lo estipulado en el Reglamento de mecanismos, orgánica y metodologías de participación y educación popular constituyente, el 22 de noviembre comenzó a funcionar la plataforma digital para inscribir y firmar iniciativas populares de norma para la nueva Constitución. Esto, en el contexto de la participación directa de la ciudadanía, lo cual según los mismos convencionales, es una arista fundamental del proceso.
Para entender cómo funciona este proceso y cuáles son los nudos críticos de este mecanismo, PAUTA conversó con los coordinadores de la instancia encargada. Una Comisión trabaja de manera conjunta con la Secretaría Técnica de Participación Popular, electa por el Pleno del órgano por 128 votos a favor y 1 en contra el 2 de diciembre pasado.
El trabajo de la secretaría -conformada por 16 miembros externos- es implementar los mecanismos de participación y del programa de educación popular constituyente. Respecto de las normas populares, su rol es recepcionar las distintas iniciativas y declarar su admisibilidad.
La forma en cómo se debe inscribir una iniciativa de norma en la plataforma ha sido uno de los aspectos criticados. Se cuestiona que es “engorroso” por una serie de tecnicismos. Por ejemplo, si una IPN es registrada en una comisión no correspondiente, no pasará la admisibilidad y tendrá que ser corregida. Para atenuar estos problemas, desde la Convención se encuentran realizando campañas de difusión para familiarizar a la población con la página virtual.
Según el Reglamento de la Convención, cualquier chileno(a) mayor de 16 años y extranjeros residentes en Chile -de forma individual o en grupo-, pueden presentar IPN. Para esto, solo se requiere ingresar a la web iniciativas.chileconvencion.cl y registrarse con clave única o número de serie del carnet de identidad.
Posteriormente, se debe completar el formulario, siguiendo las instrucciones de la plataforma, para ingresar la iniciativa. Según cuenta Paulina Valenzuela (INN), una de las coordinadoras de la Comisión de Participación, esta debe contar con un articulado, mientras que “lo que la ciudadanía ha hecho es escribir un punteo”. En ese sentido, la coordinadora aclara que el texto debe ser bien pauteado y concreto.
Luego de identificarse de forma individual o grupal, uno de los principales problemas a la hora de inscribir una iniciativa es lograr identificar a qué comisión corresponde la iniciativa de norma. Sin embargo, desde la Secretaría Técnica envían un mensaje a través de la plataforma si la elección no es la correcta.
La segunda etapa
Tras terminar de completar lo solicitud, comienza lo que en la Comisión denominan la etapa “tras bambalinas”. En este momento es cuando la Secretaría Técnica cumple un rol fundamental, porque es la encargada de recepcionar las iniciativas ciudadanas y empezar con los filtros.
Lo primero que tiene que revisar es si la iniciativa de norma cumple con los requisitos formales; es lo que se llama “admisibilidad”. Si pasa esta etapa, continúa a un segundo chequeo que tiene que ver con el tratado de los derechos humanos que Chile ha rectificado. De lo contrario, si no cumple con los tratos que el país ha suscrito, se denomina “rechazada”.
La convencional Valenzuela insiste en que los autores de las normas deben revisar constantemente la plataforma, “porque es el único canal de comunicación entre los ciudadanos que inscribren una iniciativa y nosotros, la Convención”. En efecto, si ésta es rechazada, se avisará a través de un mensaje por la página virtual.
Si una norma no pasa de inmediato la admisibilidad, también puede ser por un asunto de “pertinencia”, lo cual puede ser corregido. Esto sucede cuando la iniciativa se ingresa a una comisión que no corresponde.
Cuando la iniciativa no traspasa aquel filtro, es revisada por un “grupo mixto”, conformado por ocho convencionales: Valenzuela, Valentina Miranda (PC), Tatiana Urrutia (FA), Tania Madriaga (Coordinadora Plurinacional), Felipe Mena (UDI), Tomás Laibe (Colectivo Socialista), Carolina Videla (PC) y Francisca Arauna (Pueblo Constituyente) y tres integrantes de la Secretaría Técnica: Valentina López, Francisco Soto y Rodrigo Gil.
¿Cómo se definieron los integrantes de este grupo? Desde la Convención explican que ellos se ofrecieron y fueron los que “mostraron interés en el proceso”. Su función es volver a revisar las IPN que la secretaría declaró admisible, y si están de acuerdo con aquella determinación, son publicadas. De lo contrario, se vuelven a revisar en una oportunidad posterior.
El grupo mixto se reúnen los martes y jueves entre las 8:15 y 9:15 para revisar las iniciativas a las que se le han hecho observaciones. Si la secretaría no ha hecho reparos, les envían un excel a los convencionales con la información para que analicen si tienen alguna observación antes de publicarlas. “Nos damos un plazo de 24 horas para revisarlas [las iniciativas], pasado ese tiempo si nadie hace observaciones, se publican” dice Valenzuela.
El retraso de las publicaciones
Valenzuela admite que han existido retrasos. “Debemos reconocer que hemos tenido algunas dificultades humanas”, asegura, cuando alguien de la secretaría se demora en revisar las iniciativas en el “primer filtro”, lo que atrasa la publicación de las iniciativas. Según explica, cuando estas ingresan, se dividen en grupos -los que son designados a los miembros de la secretaría- y quedan “encapsuladas”, lo que significa que solamente la persona indicada puede revisarlas. Si esta parte no se realiza en el tiempo estipulado, el desarrollo del proceso ya comienza con atrasos, porque nadie más que la persona designada puede evaluarlas.
Al respecto, Valenzuela afirma que este punto ya se está resolviendo, y se espera que todas las que han quedado rezagadas se publiquen durante los próximos días. “Nos estamos poniendo al día, la secretaría priorizó fecha de presentación”, puntualiza. Esto, bajo la lógica de que las que fueron inscritas primero debieran estar publicada antes que las que fueron subidas de manera posterior. Esto es fundamental, debido a que todas la IPN requieren llegar a las 15.000 firmas para ser discutidas por el órgano constituyente.
“Es evidente que el tiempo de espera entre que la ciudadanía ingresa su iniciativa popular de norma y esta es publicada o respondida para que se le haga modificaciones o declarada inadmisible, en ocasiones ha sido excesivo. Sin embargo, estamos haciendo todo lo posible para que sea el menor tiempo y así tengan un tiempo adecuado para ir a buscar esas 15 mil firmas necesarias”, dice Felipe Mena (UDI) a PAUTA.
Para Tomás Laibe (PS), el retraso se explica “por una por cuestión operativa, de las capacidades humanas de la Convención y de la Secretaría Técnica para tramitar, encausar y publicar todas las iniciativas”.
La forma en que se muestran en la plataforma
Otro de los asuntos que ha generado ruido entre la ciudadanía es cuál es la forma de visualizar las iniciativas en la plataforma. En un primer momento, al ingresar a la página web, estas se ordenaban por el número de firmas. Por lo tanto, las que más adhesión tenían eran las que figuraban al inicio.
Sin embargo, esa presentación se modificó. Actualmente, las iniciativas de norma aparecen de manera aleatoria, sin algún criterio específico de jerarquización o visualización.
El artículo 35 del Reglamento de Participación señala que “todas las propuestas se mantendrán publicadas en la plataforma digital de la Convención Constitucional, permitiéndose la presentación de firmas adicionales durante todo el proceso de deliberación”. En efecto, no hace mención a la forma en que se deben distribuir en la página, y por tanto, queda a decisión de los integrantes de la Comisión. Según Valenzuela, la razón de esto es “para no instar o motivar a firmar aquellas que tienen más adhesión, porque es como un instinto”.
Laibe (PS) especifica que esta resolución tomada por la Comisión no está en el Reglamento, pero que su fin es simplemente no incentivar a las personas por unas sobre otras.