La comunidad de los anillos: las relaciones de pesos y poderes en el nuevo gobierno de Boric
El equipo del Presidente electo avanza en la conformación del gabinete. Pero aún no se resuelve del todo la vinculación de Apruebo Dignidad con los partidos cercanos al bloque.
Amplitud. Capas. Anillos. Esas son parte de las palabras que más se escucharon la última semana tanto en Apruebo Dignidad (AD) como en los partidos de la izquierda. Y también en la llamada “Moneda chica”, que por esos días funciona como el centro de operaciones del gobierno electo. Pocos tienen claro qué significan realmente en la práctica, porque la idea de tener relaciones de primera, segunda y tercera línea no se entendió del todo, en especial para las colectividades que están más allá del nuevo bloque oficialista.
Los cercanos al Presidente electo Gabriel Boric insisten en que la receta sigue masticándose, pues aún se está conversando cómo funcionará la administración entrante, su coalición, el rol de las colectividades de la ex-Concertación y también los movimientos sociales. Todo en un formato completamente nuevo, en comparación con la lógica que ha gobernado los últimos 30 años. De hecho, aunque varios miran la fórmula portuguesa para buscar inspiración, lo cierto es que en el cuadro actual será una gobernanza 100% “a la chilena”.
En este contexto, el diputado de RD y principal consejero del Presidente electo, Giorgio Jackson, dijo en más de una oportunidad que si bien no tienen fórmulas cerradas y están en plena disposición, sí hay un desde: una posición sine qua non, que es “que quienes puedan colaborar con un gobierno estén comprometidos con el programa”.
¿Cómo nació la idea de los anillos de poder? Tal como lo adelantó PAUTA, en la primera reunión oficial entre Boric y los presidentes de Apruebo Dignidad -que se realizó el pasado 22 de diciembre- se habló de dos capas de poder. Una era la formación de gabinete, donde el Presidente electo tendría “libertad” de convocatoria, pero con gente que acogiera el programa; y la otra que sería de la coalición que desde marzo será oficialismo. Esto significaba mantener sus márgenes formales, sin sumar partidos al bloque de AD, pero tendiendo puentes con las fuerzas que apoyaron en segunda vuelta al nuevo mandatario frenteamplista.
De hecho, en el equipo de Boric dicen que fueron los partidos los que propusieron esta idea para relacionarse con los que están afuera de AD. Pero hay más de una versión dando vuelta de quién o quiénes son los autores intelectuales de la idea de los anillos.
Algunos apuntas a una fórmula que propuso el actual timonel del Frente Regionalista Verde Social, Esteban Valenzuela, quien un par de horas antes de que se confirmara el triunfo de Boric, mandó a través de un chat interno de AD una idea para tratar con la centroizquierda. Valenzuela ha sido claro en marcar el concepto de que aquí hay una “coalición madre” y esto no puede ser “una nueva Concertación” que deslave el proyecto de AD. Y su tesis tiene bastante eco entre las fuerzas que hoy están con Boric. Mientras que otros comentan que la fórmula salió en conjunto con los colaboradores más estrechos del diputado de Magallanes; entre ellos, Giorgio Jackson.
“Somos una sola coalición. Eso es AD y no hay duda. La pregunta es cómo nos vamos a relacionar con el resto. Si a alguien no le sirve el tema de los anillos se buscarán otra analogía para contar cómo nos relacionamos”, comenta un importante dirigente del Frente Amplio.
Cuánto poder tendrá el anillo 1, 2 y 3
En medio de esos dos caminos, del gabinete y de la alianza de gobierno, se entrelazaron otras ideas algo más sofisticadas. Entre ellas, la más polémica que se conversó el lunes 27 de diciembre: que solo el PS llegará a la primera línea del gabinete y el resto de sus vecinos, el PPD, el PR y el PL se quedaran en otro peldaño.
“Vimos temas sobre la amplitud y las capas que deberíamos tener como gobierno […]. Esto va a ser por capacidad y se va a hablar con todos los actores relevantes de la política nacional”, señaló la timonel de Comunes, Camila Quiroz, tras esa reunión donde cuajó, al menos en una primera instancia, la idea de sumar al PS y a algunos movimientos sociales a la cabeza de más de un ministerio.
Esto provocó, por supuesto, cuestionamientos públicos y privados: más que por los cargos -que la mayoría aclaran jamás han pedido-, por las formas y el desaire de quedar en un pie distinto. “No es sano para una convivencia al interior de un gobierno”, comentaron entre los partidos que hoy forman el llamado “socialismo democrático”. De hecho, algunos marcaron su posición y dijeron que más allá que llamen a algunos militantes o simpatizantes de la centroizquierda, aquí los partidos tendrán capacidad de negociar e influir sin necesidad de estar en uno de los anillos, pues la fortaleza de la mayoría de ellos está en el Congreso y para eso deben actuar unidos frente a las conversaciones con AD. “Él [Gabriel Boric] ha sido muy claro en que quiere incluir, no restar, entonces un anillo, dos o tres significa que tienen otra categoría”, dijo el senador PPD, Ricardo Lagos Weber.
El PS parecía mucho más privilegiado que el resto de los partidos cercanos. Fue el primero en tener una bilateral con el Presidente electo y contaba con la venia, entre otros, del PC y el FA para aterrizar en La Moneda con parte de los suyos. Un ejemplo de esto fue la frase que dijo el alcalde de Recoleta y excandidato presidencial del PC, Daniel Jadue, quien en Pauta Final, de Radio PAUTA, aseguró que hay una cercanía indiscutible con el PS, pero no así con el resto que, según él, siempre fueron críticos de estar con el PC.
Sin embargo, en las filas socialistas estos gestos tampoco están tan claros. Aún no se entiende bien la idea de cómo ingresarían y de cuál será la influencia que tendrán sobre las decisiones políticas del gobierno. De hecho, medio en broma, medio en serio, cuando se consulta en el PS que harán en esta ecuación, responden que hay que preguntarle a los que inventaron la tesis de los anillos.
Incluso, el propio líder del partido, Álvaro Elizalde, aclaró que como no están pidiendo entrar al gabinete, en el caso hipotético de que llegaran a La Moneda “será para contribuir directamente y no a través de la fórmula oblicua o un poco más compleja que nadie entiende”.
El reclamo llegó a oídos de Boric, quien estuvo unos días en Magallanes. Y también a su mano derecha, el diputado Jackson, quien no solo se juntó esta semana con los timoneles del PR, PPD y PL para calmar las aguas, sino que además aclaró que la ecuación final de cómo funcionará el nuevo gobierno y sus aliados sigue abierta. De hecho, en el nuevo bloque de gobierno piden paciencia y esperan que la primera semana de enero, cuando el propio Boric tenga bilaterales con el resto de los partidos, esto pueda aclararse.
“Este es un invento que no necesariamente va a terminar así cómo suena. No se ha entendido, porque los anillos excluyen. Pero es recién una propuesta. No hay un diseño hasta que tengamos ya un plan de gobierno con gabinete listo. Si quieren especular con la fórmula que lo hagan, pero no es la respuesta final de cómo va a ser”, explica otro personero de AD.
La otra capa: el Congreso
“Estamos viendo la predisposición de los partidos y de qué rol pueden jugar. Ponerles anillos a una cosa que es mucho más compleja, siempre va a ser poco acertada”, comenta a este medio un influyente diputado del FA.
Parte de este análisis se debe a que un “anillo” que va de la mano con esta discusión es la relación en el Congreso y el compromiso para sacar los proyectos que son clave para la nueva administración. Incluso, partidos como el PPD han defendido que en ese espacio está su mayor poder de negociación. “Nosotros queremos aportar en las transformaciones que se vienen para adelante, y en ese contexto ya tenemos un lugar hoy día, que es el desde el Congreso”, dijo la timonel de PPD, Natalia Piergentili, tras reunirse con Jackson el jueves 30 de diciembre.
De hecho, en el nuevo “oficialismo” explican que la gran pregunta es si hay espacio para un pacto de gobierno entre el Presidente Boric y su coalición con el resto de los partidos de centroizquierda y si es así, más que en cargos, tiene que ser sobre la base de compromisos programáticos explícitos. Eso es asegurar votos y apoyos en el Congreso.
En esa capa, la amplitud es aún mayor: al menos así lo definen en una hoja de ruta que tiene dos tiempos. Un primer momento es enero -y el último mes legislativo de este ciclo parlamentario- y el otro es de marzo en adelante, cuando se instalen los nuevos congresistas. Ahí, el pacto administrativo tanto para la testera como para las comisiones es una herramienta necesaria.
En este último punto, las conversaciones llegan a otros actores más allá del actual horizonte. Por ejemplo, hasta la DC, que hoy se declara oposición constructiva –lo que podría cambiar dependiendo de quién sea el próximo presidente o presidenta del partido– o hasta los nuevos personeros que llegarán al hemiciclo, como los diputados del Partido de la Gente, la siempre crítica Pamela Jiles y sus compañeros de PH y del Partido Ecologistas y los independientes. Y también con la derecha.
Esta fórmula es esencial, dicen los colaboradores de Boric, porque la mayoría en la nueva Cámara es frágil y en el Senado se debe sortear un permanente empate. “Necesitamos sumar y fortalecer el acuerdo por sobre las diferencias”, comentan en AD. De hecho, aquí la discusión en pensiones, qué pueda pasar con la Pensión Garantizada Universal (PGU) y una futura reforma tributaria son piezas del diseño.
En esa tarea está trabajando hoy a la diputada PC Karol Cariola y el diputado RD Miguel Crispi, quienes tiene la misión de ordenar y tender los lazos en la Cámara y el Senado, haciendo de a poco una lista de prioridades para estas dos fases. Ellos están trabajando en una propuesta conjunta con el equipo de relaciones políticas, en el que también está la exjefa de campaña de Boric, Izkia Siches.
La dupla Cariola-Crispi es importante, dicen en el equipo de Boric. Primero porque la parlamentaria comunista fue la más votada del país y se perfila en su partido como su gran apuesta para llegar a la presidencia de la Cámara; mientras que en el caso de Crispi, su nombre, admiten en AD, suena como una posible carta para liderar la Segpres, el ministerio que precisamente lleva las relaciones entre el Gobierno y el Congreso y que deberá negociar las principales reformas del programa de Boric.
De hecho, en la última semana de 2021 la dupla ya se coordinó con las bancadas del Frente Amplio y Apruebo Dignidad y en los primeros días de enero harán lo propio con las bancadas de la centroizquierda y con los nuevos diputados y senadores del arco que hoy está en la oposición.
“Más que generar anillos, existe una alianza política que es AD y que es la base de sustentabilidad de la gobernanza desde el Parlamento para el próximo gobierno. Sin embargo, creemos que todas las fuerzas progresistas que estamos en la línea de empujar un programa de transformaciones para Chile vamos a poder desarrollar un proceso de acuerdo dentro del Parlamento para poder sostener la gobernabilidad de la mesa de la Cámara, de las comisiones y el respaldo a las reformas principales que la nueva administración va a impulsar”, comenta Cariola a PAUTA.