El otro semillero: los think tanks de izquierda que llegan al poder

Centros de estudio como Rumbo Colectivo, Nodo XXI, Casa Común y Saberes Colectivos, y otros como OPES e Ical, son el recambio tras los años en que Cieplan, Igualdad o LyD nutrieron a los gobiernos pasados.

En cada instalación de un nuevo gobierno, buena parte de los soportes técnicos y más de un rostro de primera línea política sale de las fundaciones y los centros de estudios ligados al sector ganador. Con la ex-Concertación, las oficinas de Cieplan -siempre relacionadas con los expertos de la DC- y del Instituto Igualdad del Partido Socialista han protagonizado ese fenómeno proveyendo ministros y asesores económicos. En las administración I y II de Sebastián Piñera, la fotografía fue similiar: primero con el Instituto Libertad, ligado a RN; luego con los lazos de la UDI en Libertad y Desarrollo (LyD), y también en la Fundación Jaime Guzmán.

Ahora el semillero se corrió a la izquierda. Con la llegada de Gabriel Boric a La Moneda, se renuevan los think tanks que estarán en la primera línea. Ya se puede observar un grupo de fundaciones e institutos políticos ligados al Frente Amplio y al Partido Comunista, cuyos asesores estarán en distintos puestos del Gobierno. 

Si bien en el equipo de Boric cuentan que hoy los centros de estudios “no tienen un rol formal” hasta que se conozca la conformación del gabinete, sí recibieron en una primera etapa insumos variados. De hecho, buena parte de los académicos y expertos que hoy son consultados o están colaborando de lleno en la instalación del Mandatario frenteamplista están o han estado ligado a estos think tanks. Algunas de esas entidades son recientes, tal como el propio Frente Amplio. Otros son de data larga.

Nombres para tener presente: Rumbo Colectivo, el brazo programático de RD, y el Observatorio de Políticas Económicas (OPES), cercano a las nuevas generaciones del PC, son los que llevan la delantera en esta etapa. En el mapa también se debe considerar las influencias de personeros que vienen de Nodo XXI -que nació bajo el alero de la Izquierda Autónoma y de Boric en sus tiempos de dirigente estudiantil-; de la Casa Común, liderada por el constitucionalista Fernando Atria, y de Saberes Colectivos, que funciona como “paragüas” de las ideas frenteamplistas y que en su génesis tuvo como principal rostro a la excandidata presidencial y hoy convencional, Beatriz Sánchez.

También aparecen en el radar los que están por fuera de Apruebo Dignidad y que han sido proveedores de técnicos y especialistas tanto en la etapa de campaña como ahora que se busca armar la hoja de ruta para “los primeros 100 días” (al Presidente electo no le gusta esa etiqueta). En este peldaño están las redes de Espacio Público; de la Fundación Chile 21 -cuna de la ex-Concertación y del “laguismo”-; y del Centro de Estudios para el Conflicto y la Cohesión Social (COES) y su equipo de investigación sobre las dimensiones socioeconómicas de los conflictos. Y, por supuesto, las relaciones que se formaron en los pasillos de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile y que en esta fase se han hecho notar. 

Más distante -con menos protagonismo por el momento- están algunos clásicos de la izquierda como centro de estudios del PC, el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL) y el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda). De los estandartes de la centroizquierda como Igualdad, el Centro de Estudios Pedro Aguirre Cerda (PR) o la Fundación Por la Democracia (PPD), poco y nada. 

La difícil tarea de dar con el tono

Por ejemplo, las nuevas influencias se ven en el sexteto económico y programático que estuvo a cargo de coordinar los ajustes de la propuesta de Boric: Javiera Martínez (RD), Claudia Sanhueza, Nicolás Grau (CS), Fernando Carmona (PC), Javiera Petersen (PC) y Diego Pardow.

Martínez fue asesora y jefa de gabinete del diputado Giorgio Jackson y hoy la presidenta del directorio de Rumbo Colectivo; mientras que Sanhueza y Grau son investigadores del COES y también parte de Saberes Colectivos. En el caso de Pardow, por la campaña presidencial congeló su puesto como director ejecutivo de Espacio Público y, tras el triunfo de Boric, finalmente renunció. Por parte de los expertos del PC, Petersen es fundadora y hoy directora ejecutiva de OPES, y su colega Fernando Carmona, quien fue el coordinador del programa del excandidato presidencial Daniel Jadue, y participó en la Subsecretaría de Previsión Social durante la segunda administración de Michelle Bachelet, se mueve entre la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL), ligada a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y las oficinas de ICAL.  

“Algo distintivo de nuestro proyecto es que está construido desde una base política amplia y diversa, que viene de movimientos y organizaciones sociales y de la sociedad civil. Eso estará expresado en la instalación, y por tanto la influencia no vendrá, como se ha dado en otras ocasiones, de un centro de pensamiento en particular”, comenta a PAUTA la economista Javiera Petersen. 

El grupo de “los seis” trabajan en la transición a partir de “tareas”. Es una misión que conlleva la preparación de minutas para enfrentar la contingencia y anticipar lo más posible la instalación de marzo. Así, Grau, Carmona, Petersen y Martínez siguen en temas más generales; Sanhueza está pendiente del área de pensiones y Pardow está coordinando los sectores productivos.

Sin embargo, esta tarea tecnócrata-política no ha sido fácil, admiten en el equipo de Boric. De hecho, la puesta en escena en la licitación del litio dejó un gusto amargo. Tras reunirse con el ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, el trío encabezado por Pardow; la exjefa de campaña de Boric, Izkia Siches, y el asesor en temas mineros, Willy Kracht, deslizaron que era poco probable que se postergara la licitación. Ese reconocimiento abrió de inmediato un flanco al interior de Apruebo Dignidad y en especial con el Partido Comunista.

Incluso, el diputado y senador electo Daniel Núñez (PC) ingresó un proyecto de ley para frenar el proceso que permitiría la extracción del 4,4% de la reserva nacional del litio y emplazó a los emisarios programáticos de Boric. “Apruebo Dignidad lo conforman los partidos; cómo lo interpreten los asesores, es otra cosa”, dijo Núñez a La Segunda.

Hay otras batallas que podrían tensionar la fórmula político-técnica: el financiamiento de la Pensión Garantizada Universal (PGU) antes del 31 de enero; y el reajuste del salario mínimo, que se convertirá en una de las primeras propuestas que deberá enviar al Congreso el gobierno entrante, pues el nuevo monto entra en vigencia en mayo. 

Los otros nombres

Como explican en la sede de operaciones de Boric (“La Moneda chica”), dependiendo de las necesidades se acuden a los otros integrantes y expertos que fueron parte del programa de Apruebo Dignidad en áreas como educación, salud, seguridad y economía, entre otras.

A la hora de extender a los colaboradores, entran nombres como el sociólogo Víctor Orellana (Comunes) o la abogada y expresidenta de Comunes, Javiera Toro, quienes son investigadores de Nodo XXI para el área de educación superior. En el caso de Chile 21, ha estado activo su presidente ejecutivo, Eduardo Vergara (PPD), para temas de seguridad, y Eugenio Rivera, como director del programa económico de la fundación.

Desde las oficinas de OPES, también ha estado muy presente el economista Nicolás Bohme. Desde la campaña Bohme ha coordinado a los expertos que están trabajando en la reforma tributaria, entre ellos el exasesor tributario del Ministerio de Hacienda Sergio Henríquez, y los abogados George Lamberth y Diego Riquelme (asesor legislativo y cercano al PC).

Desde el think tank de RD han estado colaborando en la instalación el ingeniero industrial José Miguel Alvarado, quien se ha especializado en temas como evasión tributaria, impuestos y política fiscal; la abogada Maite Gambardella (RD); la abogada Suina Chahuán, quien está pendiente del área pymes, y la directora de estudios de Comunidad Mujer, Paula Poblete (RD).

“A diferencia de otros gobiernos, creo que la sociedad civil organizada juega un rol importante pero de manera mucho más diversa y no de un centro de estudios en especial. Puede que estos sean semilleros, pero también son las organizaciones de la sociedad civil como las feministas, las organizaciones estudiantiles o medioambientales”, señala a PAUTA la titular de Rumbo Colectivo, Javiera Martínez.