Actualidad

Se acerca un nuevo régimen político: una dupla en La Moneda y un Senado reformado

Imagen principal
Agencia Uno
POR Paul Follert |

Los integrantes de la Comisión de Sistema Político presentaron sus propuestas de normas, donde se anticipa un Congreso con una composición diferente y un Presidente con poder “atenuado”.

La “sala de máquinas” se alista para entrar de lleno en el debate constitucional. Así denominan algunos convencionales a la Comisión de Sistema Político, que tenía hasta este viernes 14 de enero para recibir las propuestas sobre sistema político. 

Convencionales de distintas tendencias tienen coincidencias en el diagnóstico: dicen que la figura actual del Presidente cuenta con muchas atribuciones y que existe un desequilibrio con el Congreso, lo que dificulta la colaboración entre ambos poderes. En ese contexto, las propuestas se mueven hacia mecanismos que generen incentivos para una cooperación más fluida entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.

Según las iniciativas que se han presentado hasta el momento, es probable que en la nueva Carta Fundamental se consagre un esquema con un Mandatario con menos atribuciones que las actuales y un Senado diferente al actual o ,incluso, que no exista uno. Asimismo, existe una opinión mayoritaria de que el Presidente debe ser electo por la ciudadanía y que su periodo se mantenga en cuatro años, pero con posibilidad de reelección.

Al agregar las preferencias, el denominador común es que habrá una Presidencia popularmente dual (ya sea con esquema presidencialista de Presidente-Vicepresidenta o uno semipresidencialista de Presidente-Primer Ministro). Por ahora la opción parlamentaria no parece avanzar. Asimismo, habrá un Senado reformado o eliminado, pero nada como el actual.

Más allá de las diferencias ideológicas en temas particulares, los constituyentes creen que los comportamientos dentro de esta Comisión se darán de manera más temática que por la lógica del bloque derecha e izquierda. Así lo demuestran el PC y la UDI, ya que ambos impulsan un presidencialismo atenuado con una dupla paritaria que incluya a una vicepresidencia. Lo mismo ocurre con MSC y el FA, que concuerdan en la figura de un Presidente y un (primer) ministro de gobierno, pero con mecanismo de elección y atribuciones distintas.

Sistema Político: entre presidencialismo atenuado y semipresidencialismo

A pesar de que los nombres de las propuestas sobre régimen de Gobierno varían, hay ciertas coincidencias entre los colectivos. En el caso de la UDI, denominan a su propuesta como un “presidencialismo equilibrado y eficaz”. En concreto, impulsan un mecanismo donde a la Presidencia se postule como una dupla paritaria elegida por sufragio universal, que incluya una Presidencia y una Vicepresidencia. 

En la propuesta presentada por Marcela Cubillos, Contanza Hube y Arturo Zúñiga, el Presidente mantiene algunas atribuciones como las urgencias de proyectos de ley, pero las limita a un máximo de cinco proyectos simultáneamente en el Congreso. Distinto al rol que cumplirá la vicepresidencia, quien será el representante del Ejecutivo en el Parlamento, lugar donde deberá ir a rendir cuentas periódicas sobre la administración del Gobierno. Además, tendrá el trabajo de coordinar los ministerios y de desempeñar el rol del presidente en caso de vacancia, ya sea temporal o definitiva. 

Al respecto, Hube señaló que “hoy tenemos una parálisis institucional o Gobierno dividido, porque hay muchas cosas del régimen de Gobierno junto con el sistema electoral, combinado con elecciones conjuntas de Presidente con Parlamento que no funcionan”.

Una propuesta similar plantea el Partido Comunista, representado por Marcos Barraza y Bárbara Sepúlveda. Ambos impulsan una Presidencia paritaria que incluya el cargo de Vicepresidencia, ambos elegidos como una dupla por sufragio universal. Según explicó Barraza, la Jefatura de Estado y de Gobierno recaen en el Presidente (es decir, conserva el régimen político presidencialista), quien tendrá atribuciones como dirigir la administración del Estado; nombrar y remover ministros; conducir las relaciones exteriores y otorgar indultos particulares, entre otros. Mientras tanto, la Vicepresidencia tendrá tareas administrativas, coordinará el gabinete y será la encargada de representar al Presidente en el Congreso. Un esquema parecido ocurre en Estados Unidos y Argentina. 

“Vamos a presentar una propuesta de norma constitucional que parte de una premisa: un régimen presencial exacerbado, monárquico que existe en Chile no puede seguir y lo que se requiere es un sistema de presidencialismo atenuado, donde hayan consideraciones especiales como un traspaso significativo de atribuciones legislativas al futuro Congreso plurinacional de carácter unicameral, como en materia tributaria”, comentó Barraza. 

{{noticia:121562}} 

Por un carril similar corre la propuesta del Colectivo Socialista denominada “Presidencialismo reformado”, una de las más completas distribuidas este viernes. En ella se repite la presencia de una dupla paritaria elegida por sufragio universal. En la propuesta, el Presidente será el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pero no tendrá la atribución de aplicar indultos. Si bien se mantienen en general las atribuciones del Presidente, hay otras que se van a repartir con el Congreso, como es el caso de  presentar materias de ley que involucren gasto presupuestario.

En cuanto al Vicepresidente, el colectivo representado por Ricardo MonteroMaximiliano HurtadoPedro Muñoz, propone que tenga una función similar a otros países, donde es la figura de sucesión del presidente. El vicepresidente será quien lidere la Cámara Territorial con voto dirimente en materia legislativa en caso de empate, y va a dirigir el Congreso Pleno. “Lo que estamos presentando es un sistema político completo, integral. Para nosotros es fundamental no presentar por parte, no se puede ver de forma que no sea sistémica, tiene que ser el Poder Ejecutivo y el Legislativo, todo junto e interactuando”, sostuvo Montero. 

En otros colectivos, la fórmula es algo distinta, y si bien se mantienen dos figuras a la cabeza del Gobierno, ya no se habla de una vicepresidencia. Es el caso del Frente Amplio, que si bien en un principio impulsaba un parlamentarismo, ahora habla de un “Presidencialismo de coalición”, más parecido a un semipresidencialismo.

Según explicó Fernando Atria, uno de los representantes del FA junto a Jaime Bassa y Constanza Schonhaut, la propuesta incluye un Presidente y un Ministro de Gobierno, donde el primero es elegido por sufragio universal y el segundo es nombrado por el Presidente. Esa idea parece navegar entre semipresidencialismo y presidencialismo. Si bien esta propuesta es compartida por Movimientos Sociales, Independientes No Neutrales y Pueblo Constituyente, hay matices dentro de ella.

En concreto, el FA propone que la elección del Presidente sea también la elección de un programa de Gobierno. Por lo tanto, debe ser el Presidente quien esté a cargo de la conducción política del país. El régimen político incluirá además un “Ministro de Gobierno”, que tendrá como función principal dirigir y ejecutar el programa de Gobierno, lo que implica conducir las relaciones con el Congreso.

Al respecto, Atria sostuvo que “estamos buscando un modelo que separa la posición del Presidente de la posición de un Ministro de Gobierno que es quien concentra la facultad de dirigir y ejecutar un programa que ha sido vencedor en las elecciones y conversado con el Congreso con la finalidad de obtener una coalición que se manifiesta en la ratificación de ese Ministro de Gobierno”.

Aquel “Ministro”, que es nombrado por el Presidente y puede ser removido por el mismo, deberá ser ratificado por el Congreso. Según explicó Atria, en caso de no lograr un acuerdo con el Poder Legislativo, el Presidente tendrá que “asumir” un Gobierno de minoría. Asimismo, agregó que ante ese escenario, “el Presidente podrá convocar a nuevas elecciones parlamentarias en ciertas circunstancias”. Ese diseño se acerca a los tipos de semipresidencialismos con mayor poder presidencial (se denominan “presidente-parlamentario”).

En la propuesta de Movimientos Sociales, si bien se comparten algunas atribuciones del Ministro de Gobierno, existen diferencias respecto a su elección. El colectivo representado por Alondra Carrillo y Alejandra Flores prefiere un mecanismo donde los parlamentarios no puedan ser ministros, por lo tanto, la figura de “Ministro de Gobierno” es nombrada por el Presidente, al igual que el Gabinete, y solo es ratificada por el Parlamento.

En el caso del Colectivo del Apruebo, denominan a su propuesta como “Presidencialismo de colaboración”, el cual también incluye la figura de Ministro de Gobierno. En la iniciativa presentada por Fuad Chahin, el presidente es quien ejerce como Jefe de Estado y de Gobierno, que tiene entre sus atribuciones fijar las directrices programáticas en materia de política exterior y defensa; tiene la iniciativa exclusiva en la ley de presupuesto; ejerce la jefatura y la comandancia en jefe conjunta de las Fuerzas Armadas; y disolver por una sola vez durante su Gobierno a la Cámara de Diputados, entre otras.

En esa misma línea, el Presidente nombra a un “Ministro de Gobierno”, el cual debe ser ratificado por el Congreso. Asimismo, el ministro es quien deberá ejecutar el Programa de Gobierno y estar a cargo de la administración pública. Entre sus funciones están proponer a las personas para ministros de Estado; coordinar la relación con el Congreso; y ser el jefe de las fuerzas de orden y seguridad.

{{noticia:124400}}

En cuanto a las revocaciones del mandato del Presidente, los colectivos proponen diferentes mecanismos. En concreto, el PC por ejemplo, propone que la ciudadanía pueda revocar al presidente a través de una iniciativa legislativa popular o una acusación constitucional en el Congreso. Asimismo, contempla un mecanismo de renuncia al cargo.

Por su parte, los socialistas se inclinan por una revocación a través de una Acusación Constitucional que sea presentada en la Cámara de Diputados, donde debe aprobarse por mayoría, para luego pasar a la Cámara Territorial, donde se necesitarán tres quintos para revocar al presidente. Posición distinta a la del FA, que mantiene el mecanismo de Acusación Constitucional, pero en un Poder Legislativo unicameral, donde se necesitarían dos tercios. 

Poder Legislativo: ¿una o dos cámaras?

Según las propuestas que se han presentado, hay dos caminos para el Poder Legislativo: unicameralismo y bicameralismo. En cualquier caso, el diagnóstico que en general comparten los convencionales, es que actualmente hay dos cámaras que actúan como “espejo”, y que es necesario hacerle cambios al Senado o derechamente eliminarlo.

En esta última postura están el FA, PC, Movimientos Sociales y Pueblo Constituyente. Todos coinciden en impulsar el unicameralismo, materia en la cual llegaron a un acuerdo transversal, para que la composición del Congreso sea paritaria y plurinacional. El Congreso estaría integrado por un número no menor a 205 miembros, el cual deberá renovarse cada cuatro años.

En particular, el PC busca que el Congreso incremente sus funciones legislativas de tal manera que pueda resolver y tenga iniciativa en materia tributaria. Asi también, el Congreso podrá tener iniciativa para aprobar el presupuesto, pero además incrementar los recursos del mismo. 

 

Por su parte, el FA propone un Congreso que entre otras cosas, pueda censurar al gabinete, más no a ministros en particular. Asimismo, será el órgano encargado de ratificar al “Ministro de Gobierno”. “Hemos buscado maneras de producir colaboración entre el Congreso y el Presidente para evitar la situación que estamos acostumbrados, de gobiernos que caen en parálisis como consecuencia de la desalineación, entre el poder Ejecutivo y Legislativo”, comentó Atria. 

En la otra vereda, están quienes proponen un Congreso bicameral, que como su nombre lo indica, está compuesto por dos cámaras, aunque con características diferentes según las propuestas de cada colectivo. En el caso del Colectivo Socialista, se habla de una Cámara de Diputados con representación política, y una Cámara Territorial, que tenga la misma cantidad de representantes por cada región.

En la práctica, la iniciativa propone que todas las leyes tengan origen en la Cámara de Diputados, salvo a aquellas referidas a cuestiones regionales, como la distribución territorial o la ratificación de autoridades regionales, las cuales serían revisadas por la Cámara Territorial. Asimismo, el Congreso podría presentar vía ejecutivo, materias de ley que involucren gasto presupuestario.

Las otras dos propuestas en materia legislativa, sí incluyen el órgano senatorial. Es el caso del Colectivo del Apruebo y la UDI, donde ambos proponen una Cámara de Diputados política y un Senado con representación territorial. 

Por una parte, la UDI plantea que los proyectos de ley del Presidente ingresen siempre por la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado queden algunas atribuciones más puntuales como la ratificación de los Estados de Excepción Constitucional o ciertos nombramientos de autoridades.

En tanto, en la propuesta de Chahin, la Cámara de Diputados sería el lugar donde se concentre la tramitación de leyes, pero que además sea este el órgano que tenga la facultad de censurar al Ministro de gobierno. Asimismo, la iniciativa establece que el Senado se limita a revisar aquellos proyectos de ley que se relacionan con los temas generales del Estado como las reformas constitucionales, leyes interpretativas de la constitución, ley anual de presupuesto, ley sobre la división política y administrativa del país, leyes que afecten las competencias de las regiones, entre otras.