Desde Segpres Jackson empujará reformas en un Congreso dividido
La cercanía con el Presidente electo y su conocimiento práctico de la tarea legislativa son las principales herramientas para buscar votos para reformas que buscan transformar a Chile.
¿Quién llega?
Kenneth Giorgio Jackson Drago (34), más conocido por su segundo nombre, es parte del núcleo originario del Frente Amplio y ha cultivado una relación política y de amistad con el Presidente electo Gabriel Boric: de hecho, cuando ambos fueron elegidos diputados en 2014, compartieron departamento. Más que un amigo, ha sido un verdadero socio en la política, lo que lo llevó a asumir el liderazgo de su campaña presidencial y como jefe político tras su elección.
Su interés por la política y la realidad social surgió tempranamente. Ya durante su tercer año de enseñanza media en Providencia ingresó como voluntario a la organización “Un Techo Para Chile”, en donde se mantuvo activo durante seis años.
Es ingeniero civil industrial con mención en Tecnologías de la Información de la Pontificia Universidad Católica. Durante su paso por la UC se incorporó al movimiento Nueva Acción Universitaria (NAU), agrupación estudiantil de tendencia progresista, que lo llevó a presidir la federación de estudiantes del plantel (FEUC).
Esto lo llevó a asumir la vocería de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) junto a la entonces presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y ahora también parte del comité político del gobierno, Camila Vallejo. Ambos dirigentes fueron protagonistas de las movilizaciones estudiantiles del año 2011, en demanda de mayor igualdad de oportunidades y educación de calidad para todos los estudiantes.
Es cofundador de Revolución Democrática y miembro activo desde 2012. Fue electo diputado por el Distrito Nº 22 de Santiago, donde postuló como candidato independiente, para el periodo 2014-2018 y luego reelecto para el periodo que concluye en marzo de 2022, ahora por el nuevo distrito Nº 10.
Jackson no se presentó para la reelección de un tercer periodo como diputado para concentrarse de lleno en la candidatura de Gabriel Boric y ejercer su papel de coordinador político de su campaña.
Sobre su posibilidad de conformar el gabinete ministerial durante la presidencia de Gabriel Boric, aseguró estar absolutamente disponible, aunque dijo no tener ninguna aspiración personal. Su experiencia política, su paso por la Cámara de Diputados y la cercanía con Boric son los atributos más valiosos con que cuenta.
Principales prioridades
Cada gobierno desde el retorno a la democracia ha comenzado con una certeza: no cuenta con mayoría en el Congreso. Aunque la única excepción fue Michelle Bachelet II, se trató de un respaldo que sin embargo no avanzó a la par de las expectativas de la exmandataria. El dato de que el Parlamento no tendrá todos los representantes que una nueva administración desearía para impulsar sus iniciativas legislativas es la primera condición de realidad que debe enfrentar, en particular, el principal encargado de La Moneda en su relación con diputados y senadores: el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres).
El bloque original que levantó la candidatura de Gabriel Boric, Apruebo Dignidad, cuenta con 37 diputados (el 24% de los 155 miembros de la Cámara Baja) y cinco senadores (10%). Dado que el Mandatario electo integró al conjunto de partidos del Socialismo Democrático (PS, PPD, PR y PL) al Gobierno, debería contar con el apoyo de sus 28 diputados (18%) y 12 senadores (24%). Hasta ahora no existen figuras de la DC en el Gabinete, motivo por el cual sería la única colectividad (ocho diputados y cinco senadores) de Nuevo Pacto Social (ex-Concertación) fuera del gobierno de amplia coalición; lo mismo corre para el diputado electo Héctor Ulloa, quien entró al Parlamento con Ciudadanos (partido en desaparición).
Es decir, el oficialismo con que Giorgio Jackson debe comenzar a sacar cuentas representa el 42% de la Cámara y el 34% del Senado. Puesto así, su gestión parte cuesta arriba. En primer lugar, debe asegurar que los proyectos de ley que envíe el nuevo Ejecutivo lleguen con el respaldo básico de su propia fuerza parlamentaria. En segundo lugar, tendrá que salir a buscar apoyos en la DC, cuya bancada en la Cámara es ahora suficientemente pequeña como para ser el pivote central que representó en la Transición, pero suficientemente grande para resultar indispensable en casi todos las iniciativas legislativas.
Pero tampoco alcanzará: como pocas antecesores suyos en ese puesto, Jackson tendrá que buscar votos en numerosas bancadas, incluida la que conformará el Partido de la Gente, y además de independientes y del grupo de izquierda radical en que se transformó el Partido Humanista de Pamela Jiles. Si el diputado RD fuese capaz de combinar todas fuerzas, podría desasirse de tener que negociar con los partidos de Chile Vamos (54 tras la llegada a sus bancadas de Sara Concha) y del Frente Social Cristiano (14), que representan el 44% de la Cámara.
Para entonces, el problema de Jackson estará en el Senado. Allí la ecuación es mucho más simple: la derecha controla 25 escaños (50%), suficiente para que -si actúa unida- bloquee cualquier proyecto de ley. Ni siquiera sería el primer obstáculo en la Cámara del nuevo ministro de la Segpres: antes deberá ser capaz de captar el apoyo de la DC (con cinco senadores, es tan grande como todo Apruebo Dignidad) y de los independientes Karim Bianchi y Fabiola Campillai.
La gran carrera de obstáculos tendrá sus primeras pruebas muy pronto. Desde ya, la estrategia legislativa parte de la base de que el primer (o uno de los primeros) proyectos de ley que enviará el Presidente Boric es la reforma tributaria, pues es la herramienta que permitiría financiar el programa. Dadas las dificultades que ha tenido el actual Gobierno de Sebastián Piñera para cuadrar las cuentas fiscales detrás de la Pensión Garantizada Universal (PGU) mediante solo algunas modificaciones impositivas, los cambios más radicales de la propuesta de Boric parecen asomarse a días extremadamente complejos. En todo caso, Jackson deberá aceitar no solo los mejores oficios en Valparaíso, sino además tendrá que adaptarse a los ritmos y límites que también imponga el ministro de Hacienda, Mario Marcel.