Cómo serán los equilibrios en el TC con los dos nombramientos de Boric
Mientras en la Convención crece la idea de eliminar el Tribunal Constitucional y crear una Corte Constitucional, el Presidente electo y el Congreso deben designar cuatro cargos.
Género y especialidad. Todo indica que es esas son las dos características que tendrán los nombramientos que el Presidente electo Gabriel Boric hará para los dos cupos de su designación directa en el Tribunal Constitucional (TC) que se abren el próximo 19 de marzo.
Una semana después de que Boric llegue a La Moneda, dejarán sus cargos, por cumplir nueve años en el TC, dos ministros que el Presidente Sebastián Piñera nombró en marzo de 2013: Iván Aróstica y María Luis Brahm.
En paralelo, otros dos jueces constitucionales, Juan José Romero y Gonzalo García, también dejan el TC el 19 de marzo porque terminan su periodo. Sus reemplazos son a propuesta de la Cámara de Diputados y luego requieren la ratificación del Senado, para lo que se necesitan los dos tercios de los votos.
En la Cámara, en tanto, un oficio ingresado el viernes 4 de marzo fijó una sesión especial legislativa -con carácter de discusión inmediata- para tratar la propuesta de reemplazos de Romero y García en la sala este lunes 7 de marzo.
Cuatro mujeres en la historia
Poner el foco en el género en las nominaciones por parte de Boric tiene que ver con que, a diferencia de la Corte Suprema –que paulatinamente ha ido sumando a ministras (son ocho de 21 integrantes)-, en el TC hay solo dos en un organismo de 10 jueces: María Luisa Brahm y María Pía Silva.
De hecho, en el TC solo ha habido cuatro ministras. Antes que Brahm y Silva estuvieron Luz Bulnes (1989-2002) y Marisol Peña (2006 y 2018). De hecho, Peña había sido hasta entonces la única presidenta del Tribunal Constitucional (2013-2014).
Por ello, en sus dos designaciones, el Presidente electo nombraría al menos a una ministra. Pero, además, sería una abogada constitucionalista, es decir, con especialidad técnica.
La especialidad como requisito
Actualmente, para ser integrante del TC no es un requisito la especialidad, aunque sí se necesitan a lo menos 15 años desde otorgado el título de abogado y “haberse destacado en la actividad profesional, universitaria o pública”, dice la Constitución. Por ello, los nombres de Boric también irían en la línea de la técnica constitucional.
Precisamente las iniciativas constituyentes sobre la nueva Corte Constitucional también abordan el punto. “Debe haber idoneidad técnica y personas que tengan conocimiento de la materia respecto de la cual van a resolver”, apunta el convencional Andrés Cruz (Colectivo Socialista), uno de los impulsores de la última propuesta que ingresó a la CC para eliminar el TC y crear una Corte Constitucional.
Otro cuestionamiento al TC es a sus designaciones, por lo que desde la Convención también se impulsa un nuevo sistema de nombramientos.
Hoy el TC se conforma por tres cupos que son nombrados por la Presidencia de la República; dos por el Senado, dos por la Cámara de Diputados (ratificados por el Senado) y tres por la Corte Suprema. Y justamente entre las iniciativas que han sido presentadas en la Convención Constitucional para crear una Corte Constitucional, se propone un cambio al sistema de designaciones y al número de integrantes, para que sea impar, además de modificaciones profundas en sus atribuciones.
Según la propuesta del Colectivo Socialista, el sistema actual está basado en “la lógica del binominalismo, que atravesó toda la práctica política-constitucional del anterior ciclo político, llevó a un pacto entre las fuerzas políticas para un ‘reparto de los cupos’, nombrándose a jueces constitucionales con compromisos y lealtades políticas claras, pero procurando un equilibrio que tienda al empate”. Una práctica, añade el documento, “que no es exclusiva de los nombramientos en el TC, es propia de la cultura de la transición, y encuentra su causa más en la praxis política que en un defecto del diseño institucional”.
¿Votaciones 6-4?
Pero los nombramientos que realice Boric tendrán además una consecuencia en la integración actual del TC. Esto, porque cada Mandatario suele nombrar jueces cercanos a su sensibilidad política.
El ejemplo más cercano es el de María Luisa Brahm, quien antes de ser ministra del TC nombrada por Piñera, fue su jefa de asesores durante su primer gobierno.
De los cuatro jueces que se van en marzo del TC, Gonzalo García venía de la ex-Concertación. El académico universitario y magíster de Derecho Constitucional por la Pontificia Universidad Católica (PUC), antes de ser nombrado ministro, tuvo cargos relevantes en los gobiernos de los presidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Cercano a la Democracia Cristiana, en el Congreso se buscará un perfil ad-hoc a García. Mientras que en el caso de Romero, quien hoy preside el TC y es profesor de la PUC de derecho constitucional y derecho económico, aunque es independiente, fue propuesto en el Congreso por parlamentarios de Renovación Nacional (RN).
Así, los cupos de García y Romero, sumados a los dos nombramientos de Boric, implicarán que al Tribunal Constitucional ingresarán cuatro nuevos integrantes: tres serán de sensibilidad de centro izquierda e izquierda, y uno de derecha.
En este sentido, cuando el TC quede con sus diez integrantes titulares, seis de ellos serían de centro izquierda e izquierda. Esto, porque los dos nombramientos de Boric, además de quien reemplace a García, se sumarían a los jueces a quienes se las asocia con esta tendencia: Rodrigo Pica, Nelson Pozo y, en menor medida, María Pía Silva. Mientras que entre quienes son cercanos a la derecha y centro derecha se encuentran Cristián Letelier, José Ignacio Vásquez, Miguel Ángel Fernández, además del abogado o abogada que se integrará cuando Romero sea reemplazado en el Congreso.
Estos nuevos equilibrios serán clave en el primer año de gobierno de Boric. Porque si, por ejemplo, parlamentarios de la oposición decidieran recurrir al TC para impugnar algunas de las reformas emblemáticas que el Presidente electo pretende realizar, la integración 2022 del Tribunal Constitucional podría llegar a ser determinante.
¿Podrán repostular los jueces?
Pero hay otro factor que ha incidido en la búsqueda de futuros jueces del TC. Uno es que en la Convención tomó fuerza su eliminación. Otro es el ingrediente extra que contiene la propuesta del Colectivo Socialista, que será analizada el 7 de marzo en la Comisión de Sistemas de Justicia para proceder a su votación en general.
Esta propuesta, además de cambios profundos al organismo, incluye un artículo transitorio que deja fuera de competencia a todos los integrantes del Tribunal Constitucional, incluidos los cuatro cupos que deben llenarse a partir de marzo.
El artículo señala que “la Corte Constitucional deberá quedar instalada en el plazo de 90 días desde la entrada en vigencia de la Constitución” y que “los ministros del Tribunal Constitucional cesarán por ministerio de la Constitución una vez entrada en vigencia la actual Constitución y no podrán postularse para jueces o juezas de la Corte Constitucional”.
Este planteamiento, señala a PAUTA Andrés Cruz, tiene una motivación: “Tiene que ver con la realidad política que estamos viviendo. Es muy poco probable, por no decir imposible, que pueda subsistir el Tribunal Constitucional en los términos que hoy lo conocemos. Por lo tanto, para lograr un acuerdo es necesario que las otras fuerzas políticas constaten que nuestra propuesta no es defender a un tribunal al que muchos le disputan tener un gran grado de responsabilidad en la crisis que hoy vivimos por tratar de mantener el statu quo o los privilegios de un determinado sector”.
Y añade: “La idea es evitar que puedan volver a postularse las personas que actualmente se desenvuelven en el Tribunal Constitucional y que se manifieste que estamos defendiendo mantener un modelo. Y así lograr que subsista una justicia constitucional que, a nuestro juicio es indispensable, más aún, en el contexto de un Estado regional”.
-¿Tiene consenso esta idea o es solo del Colectivo Socialista?
“Hasta el momento es de nosotros. Pero tomando en cuenta las propuestas que existen tanto en la derecha como en los grupos que están a la izquierda del Colectivo Socialista, existe más o menos la misma posición en la estructura general. Y también en términos de una verdadera refundación de la Corte Constitucional”.