Nuevo relato, nueva imagen: el Gobierno de Boric trabaja en otro logo institucional
Los nuevos elementos que se sumaron a la identidad gráfica oficial durante el cambio de mando son transitorios, pero la Secom prepara una imagen definitiva.
Quienes siguieron el cambio de mando presidencial en redes sociales notaron que una vez que el equipo del Presidente Gabriel Boric se hizo cargo de las cuentas oficiales, hubo un ajuste en la identidad gráfica del Gobierno de Chile. Al logo que se emplea desde 2010 se le sumaron nuevos elementos naturales y culturales en su base: un volantín, un chucao (ave característica de los bosques sureños), una tradicional guitarrera de cerámica de Quinchamalí y un manojo de ramas atadas con una cinta roja.
La ministra de Segegob, Camila Vallejo, explicó que la innovación fue diseñada para el cambio de mando y para marcar el carácter “ciudadano” de estas actividades, por lo que se mantendría hasta el domingo 13 de marzo. “Obviamente no es el logo final y oficial“, dijo.
Quienes conocen cómo se está manejando la comunicación audiovisual en el nuevo gobierno explican que “lo que se hizo fue ‘vestir’ el logo solo para las redes sociales en el proceso del cambio de mando durante tres días”, pero que no necesariamente esa línea gráfica (que también se vio en el festival de luces en La Moneda) se mantendrá hacia adelante.
El nuevo logo, que se espera sea presentado próximamente, podría será de aplicación general o solo para el mundo digital. Esa es parte de las definiciones que debe adoptar Segegob con la Secretaría de Comunicaciones (Secom), que dirige el publicista Pablo Paredes, director de la franja televisiva de Boric en la campaña electoral.
Exmilitante de las Juventudes Comunistas, fundador de Revolución Democrática y del Frente Amplio, Paredes participó en la campaña audiovisual de Beatriz Sánchez y hoy es el pricipal responsable de trasladar el relato del Gobierno desde los salones de La Moneda a los hogares de las personas.
Marcando el cambio
“El diseño de un nuevo logo hay que entenderlo en el contexto del relato que busca instalar el Gobierno. Esa historia es la narración del cambio que está llevando adelante esta generación, el cambio de ciclo, de sujetos, de temas y también de las condiciones en que se hace la política. Y evidentemente Gabriel Boric dispone de un capital simbólico y ritual muy importante que aportar a ese relato”, opina el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno.
Añade que para esta generación “lo visual es muy importante” y que por ello es clave que un profesional del mundo audiovisual dirija la Secom, ya que desde ahí deben diseñarse “relatos visuales, como lo fue el árbol en un momento en la campaña, que permitan a la ciudadanía sentirse simbólicamente parte de un proyecto”.
Desde que se recuperó la democracia, cada nuevo gobierno se inauguró con su propio logo. La excepción fue que el logo conocido como “volantín” se mantuvo bajo los gobiernos de los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet (años 2000-2009), del mismo signo político. En 2010, bajo el primer gobierno del expresidente Sebastián Piñera, se diseñó una identidad gráfica que no fue modificada por la administración siguiente (segundo mandato de Bachelet), debido a los altos costos en papelería y material informativo.
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Una decisión costosa
“No solo había solo de costos en el cambio de imagen corporativa de cientos de oficinas públicas (que en estimamos en varios millones de dólares), sino también de socialización, que las personas conocieran que se trataba de oficinas o sitios web de gobierno”, explica el director de Secom en 2010, Carlos Correa. “No era algo fácil y en términos de imagen no sentíamos que había una ganancia con un cambio”, agrega.
El también académico UDP y consultor en comunicación recuerda que el logo se adaptó a la comunicación digital. Se creó un manual de marca (que después se siguió mejorando) que permitió uniformar las web de ministerios y servicios públicos.
Sobre el anuncio del actual Gobierno de tener un nuevo logo, estima que es una “decisión costosa en lo económico y también en términos de tiempo”, porque el logo está internalizado en las personas que hacen trámites en el Estado y requerirá tiempo para generar confianza y cercanía, más si es un cambio radical. “Se pueden crear páginas web falsas tremendas mientras las personas no estén sensibilizadas sobre el nuevo logo. Tomará tiempo. Creo que es importante sopesar costos y beneficios”.
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