El Betis de Pellegrini, un proyecto más allá del fútbol
Un equipo con un presidente ingeniero, un entrenador ingeniero, un director ingeniero y un plan para transformarse en una plataforma de la sostenibilidad.
El chileno Manuel Pellegrini ha sido una pieza fundamental para que el Real Betis Balompié, uno de los clubes de fútbol más antiguos de España, se alzara con la Copa del Rey el sábado 23 de abril ante el Valencia. Sin desmerecer la aportación de otro chileno, el portero Claudio Bravo, el papel de Pellegrini, con 68 años a cuestas, ha sido extraordinario: se hizo cargo del equipo en agosto de 2020, en plena pandemia, y hasta la fecha ha disputado 94 partidos, de los que ha ganado 49, empatado 20 y perdido 25.
Pellegrini fichó inicialmente en 2020 por tres años, pero su contrato se amplió en diciembre de 2021 hasta 2025. El entrenador chileno tiene un enorme prestigio en España. Las aficiones del Villarreal y del Málaga lo veneran porque saben que Pellegrini es capaz de hacer mucho con pocos recursos. Su gran disgusto se produjo cuando le tocó dirigir el Real Madrid, la gran oportunidad de su carrera en 2009. Jorge Valdano, entonces asesor técnico del club, le impuso su nombre a un Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, que no estaba muy convencido y quería otro perfil. El resultado fue una ‘guerra’ de críticas e insidias filtradas al diario ‘Marca’ que entonces dirigía Eduardo Inda, un periodista muy cercano a Pérez, contra el chileno.
La mano izquierda de Pellegrini para gobernar los vestuarios es conocida. Borja Iglesias, el centrodelantero del Betis y una de los jugadores revelación de la Liga española, contestaba así a la pregunta del diario El Mundo sobre si el entrenador era responsable del buen ambiente que reina en el equipo: WSí, pero de una manera algo distante. No está ahí continuamente interviniendo. Es muy hábil gestionando momentos críticos. Con cuatro palabras, soluciona las cosas rápido. Y mantiene a todo el mundo estable. Un ejemplo: Hacemos una cena de equipo y hay entrenamiento al día siguiente. Llegamos tarde, cansados, y él afloja. Ahora bien, al día siguiente te va a exigir el doble. Son matices. Haciéndose respetar. Sin levantar la voz. Su labor es fundamental”.
Pero la razón de que Pellegrini haya ampliado su contrato con el Betis no sólo es futbolística, también tiene que ver con el proyecto social y empresarial que hay en torno al equipo. Este club, que se disputa con el Sevilla el cariño de los aficionados de esta ciudad andaluza, está gobernado por ingenieros. Su presidente desde 2016, Ángel Haro (Sevilla, 1974), es un ingeniero industrial con un máster en Ciencia e Ingeniería, que se ha propuesto transformar al Betis en un referente en la lucha contra el cambio climático y en la protección del planeta.
El proyecto se llama ‘Forever Green’ (la vestimenta del Betis es de color verde) y descansa sobre los hombros de dos hombres, el gerente de la Fundación Real Betis, Rafael Muela, un abogado laboralista, experto en relaciones con organizaciones internacionales y no gubernamentales, y el director de Infraestructura del club, Javier Montérdez, ingeniero técnico industrial especializado en estructura e instalaciones eléctricas. La llegada de Pellegrini, también ingeniero, a la dirección técnica ha hecho que el Betis sea llamado popularmente como “el equipo de los ingenieros”.
‘Forever Green’ es una plataforma de sostenibilidad para empresas y organizaciones que quieran utilizar el poder difusor del fútbol para proteger al planeta. En 2019, fueron los primeros de las cinco grandes ligas europeas en unirse a la iniciativa Climate Neutral Now de la ONU. Hasta ese momento sólo un equipo de la cuarta división inglesa había hecho algo parecido.
Con esta plataforma, el Betis da ejemplo a las demás organizaciones para usar el deporte más popular para sensibilizar al mundo sobre el destino del planeta. Hay preocupación por el reciclaje y la neutralidad del carbono, pero también por reforestar, crear huertos urbanos o mantener limpio el cauce del Guadalquivir, el río que cruza Sevilla. El equipo se traslada en un autobús totalmente eléctrico y estos criterios se aplican a la gestión de su estadio (el Benito Villamarín), de los encuentros y de las futuras instalaciones deportivas que planea Montérdez.
El Betis es un equipo curioso, le cae bien a todo el mundo. Según los estudios de opinión, es el club menos odiado por las aficiones rivales. Aquí ha venido Pellegrini a hacerse cargo de los sueños e ilusiones del pueblo futbolístico de Sevilla. Su buen criterio y su capacidad de liderazgo deberían hacer el resto.
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