El voto, esta vez, es obligatorio
“No se puede comparar, como hizo el director del Servel, esta votación con cualquiera otra anterior en democracia: si no acude a votar se arriesga a ser sancionado”, dice John Müller.
El director del Servel, Andrés Tagle, ha comparecido estos días para aclarar dudas sobre el proceso electoral. Ha estado acertado en las explicaciones que ha dado sobre el uso de la georreferenciación para asignar los locales de votación y la inclusión de personas muertas en el padrón electoral.
Sin embargo, ha cometido la imprudencia de intervenir en especulaciones periodísticas sobre la participación electoral esperada el 4 de septiembre. Tagle le dijo a El Mercurio que “la condición de obligatorio y de trascendente que tiene el Plebiscito es tanto o más que en la elección anterior y en la elección anterior votaron 8 millones 300 mil”.
El director del Servel comete el descuido de comparar dos cosas incomparables: un plebiscito con voto obligatorio con una elección con voto voluntario, donde en la segunda vuelta votó el 55,6% de los ciudadanos inscritos. Por lo tanto, “no es tanto o más que en la elección anterior” pues en esta se espera un 100% de participación.
Pero, además, comparar estas dos convocatorias induce al error de que muchos chilenos crean que pueden no ir a votar porque les da la gana.
El director del Servicio Electoral debió limitarse a desgranar las sanciones y multas para los que no voten ese día. Primero, deberán justificarse en el Juzgado de Policía Local y sólo hay cuatro excusas posibles que hay que justificar: enfermedad incapacitante con certificado médico, estar fuera del país con pasaporte, estar a más de 200 kilómetros del lugar de votación con certificado de Carabineros o padecer un impedimento grave que deberá demostrar y el juez valorará. La multa va de 0,5 a 3 UTM, es decir, de 29.000 a 176.000 pesos.