Querellas y renuncias agudizan la crisis de la Clínica Las Condes
En la Fiscalía Oriente hay ingresadas cinco querellas y se suma, entre otros problemas, la pérdida de la acreditación Joint Comission International.
La salida de cientos de médicos, la pérdida de un importante certificado internacional, querellas, sueldos impagos y otros problemas, han marcado la crisis que atraviesa la Clínica Las Condes.
El viernes recién pasado dejó la clínica el doctor Cristián Salas, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Vascular y Endovascular. Él es uno de los más de 320 médicos que han salido del establecimiento desde que los controladores actuales se hicieron cargo de ella, en 2019. Desde julio 2020 empezaron a despedir médicos o muchos decidieron renunciar.
¿Qué pasó? Asumió la dirección Alejandro Gil, pareja de Cecilia Karlezi, la principal controladora de la clínica. Todas las fuentes consultadas por Radio PAUTA confirmaron que todo cambió con la llegada de esta dirección. A eso se sumó la llegada de Rodrigo Mardones como director médico de la clínica. Él había sido despedido por el comité de ética, pero Gil lo trajo de regreso.
“Hoy hay un controlador que piensa que cualquier médico es reemplazable, la ve como un negocio. Es como un nido de nepotismo”, mencionó en off una ex doctora de la CLC, “está lleno de personas emparentadas. Toman medidas que no tienen pies ni cabeza”.
Ellos tomaron la clínica luego que viviera un momento complejo por malos manejos en la administración anterior, con la construcción de edificios nuevos. Uno de ellos quedó sin funcionar y eso significó una pérdida importante de dinero.
El doctor Salas aseguró que “han acontecido una serie de eventos desde que llegó la nueva administración, que han afectado la capacidad de hacer una buena medicina en la clínica y eso ha influido en la salida de cientos de médicos, muchos desvinculados sin razón y otros que libremente se fueron”.
En su área había 6 cirujanos vasculares, “todos formados, acreditados, todos miembros de la sociedad chilena de cirugía vascular. Hoy no hay ningún cirujano vascular en la clínica Las Condes, y que sea miembro de la sociedad chilena de cirugía vascular”.
Además, todas las radiólogas de mamas renunciaron. No hay personal en las eco mamaria, en ginecología infantil, ni tampoco en siquiatría infantil.
Actualmente hay solo un cirujano para hacer trasplantes. El doctor Salas explicó que “son demasiadas cosas, al final a nosotros como grupo vascular decidimos que no valía la pena trabajar en la clínica, en términos éticos, personales, económicos”.
Médicos argentinos aterrizan sin convalidar título
En medio de esta crisis, desde la clínica, han estado llenando en algunas especialidades con médicos argentinos, que no tienen el título convalidado. Esto, gracias a la normativa que hoy opera en Chile que permite a extranjeros trabajar sin tener el título.
En la Superintendencia de Salud está la lista de todos los médicos que trabajan en el país. Y, según el análisis realizado por Radio PAUTA, efectivamente hay médicos argentinos que están trabajando en la Clínica Las Condes con un título validado por el Ministerio de Educación, pero no tienen título revalidado acá.
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Desde 2019 ha habido cinco gerentes generales
Los cambios de altos ejecutivos en la clínica han sido sucesivos. Desde noviembre de 2019, cuando Karlezi tomó el control de la clínica, han pasado cinco gerentes generales, siendo el último Ignacio Tapia, que asumió en julio del año pasado. Solo en 2022 ingresaron nuevos gerentes de finanzas, de operaciones clínicas, de infraestructura interna, de tecnología y el contralor.
Una de las cosas más complejas que implementó la nueva administración es lo que ocurre con la ficha clínica. Está bloqueada y solo el médico puede acceder a ella cuando el paciente está presente y pagó por la consulta. Los pacientes oncológicos, por ejemplo, piden informes, pero si el paciente no está presente y no paga la consulta, no se puede hacer.
A esto se suma el arriendo de bloques de consulta, de pabellón y además la imposibilidad de bloquear agenda: los pacientes son citados igual, aunque el médico no esté y se reasigna.
“Han echado a gente buena porque se cuestionaban las cosas que se hacían”, indicaron doctores que optaron por renunciar. Una de ellas fue despedida y señalaba que incluso recibió amenazas por parte de Alejandro Gil.
“Si alguno se quejaba, te llamaban la atención para que te callaras… Estás haciendo mucho ruido…las quejas mándalas internamente”, eran parte de los comentarios. “Si él sospecha que lo traicionaste, te vas”, me dijo el anestesista cardiovascular Rodrigo Díaz. Él trabajó 22 años en la clínica y presentó una demanda civil. A él le deben más de $100 millones y esto se repite con muchos médicos.
Dentro de los conflictos abiertos está el de los doctores Javier del Río Alonso y Joaquín Lara Giménez, quienes se querellaron contra el centro asistencial por el no pago de honorarios, lo que llevó a que la PDI allanara la clínica buscando información.
Patricio Fernández, abogado y ex superintendente de Salud, representa hoy a esos dos doctores y a siete más, (serían 11 en total) y me comentó que “la idea de irnos por la vía penal es para visibilizar estos, a nuestro juicio, Ilícitos, que están ocurriendo en la administración, porque finalmente los médicos entregan un mandato en el contrato para cobro de sus honorarios, no es dinero que se vaya a la clínica y hay deudas impagas desde el 2020”. Y claro, otro problema apunta a esto, a sueldos impagos y descuentos injustificados desde hace meses.
Hoy hay cinco querellas ingresadas y hay más médicos que se van a sumar. Está todo en la Fiscalía Oriente.
Las denuncias son por apropiación indebida, administración desleal y eventualmente delitos personales de los ejecutivos y gerentes.
Modelo de negocio
Desde que llegó Gil se decidió cambiar el modelo de negocios. Toda la planta de médicos pasó a ser contratados donde se subió el arriendo de cada bloque, además de pagar un derecho de acceso a trabajar en la clínica. Esto trajo una serie de conflictos al interior de la institución, lo que derivó en el inicio de la renuncia o despidos de los especialistas.
En octubre de 2022 hubo un cambio del modelo de pago, donde Mardones dijo que esta administración iba a poner término a un beneficio subvencionado que operaba, y “se iba a realizar la actividad de recaudación y pago como ocurre en la inmensa mayoría de las instituciones de ejercicio privado y valga la redundancia contra recaudación”.
Los pagos se realizaban aproximadamente cada 45 días, en vez de 15, y “descontando montos que no se entienden”, me comentó una doctora ex CLC. La clínica manda una liquidación correspondiente a los pacientes atendidos por los médicos, los médicos emiten una boleta y se les paga un monto menor que viene con descuentos poco claros del valor de arriendo y royalty y otros montos adeudados “mal cobrados anteriormente”.
Pérdida de acreditación internacional
Se agrega la pérdida de la acreditación Joint Comission, “una de las cosas más graves”, sostuvo el doctor Díaz. Se hizo un trabajo enorme desde el 2007, pero hace un par de semanas, la Clínica perdió una de las más importantes acreditaciones para establecimientos de salud en el mundo, entre otras cosas, a raíz de un polémico caso que involucró al doctor Álvarez, oncólogo, denunciado por abuso sexual contra expacientes, pero fue reintegrado por orden de la Suprema. Varias doctoras escribieron a la Joint Comission, también la hija de una de las pacientes que habría sido abusada.
Pero también se perdió debido a otros hechos. El doctor Díaz detalló que además no se está cumpliendo con la cadena de calidad. La Seremi de Salud prohibió el funcionamiento de 13 salas de Clínica Las Condes Chicureo: se estaban usando sin autorización sanitaria expresa.
Otros problemas: término de contrato docente y disminución de cirugías
La Universidad de Chile decidió cortar el contrato docente que tenía con la clínica y ahora el establecimiento se vinculó con la Universidad Finis Terrae, y esto significará que, entre otras cosas, la clínica ya no podrá ejercer el aborto en tres causales, tampoco hacer fertilización in vitro.
La clínica ha sido cuestionada en tribunales por despedir a sus gerentes generales, por vacunar con una tercera dosis Covid a Gil, y otras decenas de juicios laborales en el Poder Judicial, y se enfrenta directamente con el Fisco desde junio de 2021.
Ha habido una disminución importante de cirugías. En la UCI hay 24 camas, y casi todas vacías. Solo nueve pacientes algunos días. En la UCI cardiovascular lo mismo, 24 camas y alrededor de 15 utilizadas. Todas las fuentes consultadas coincidieron en los malos tratos, las malas condiciones de trabajo y equipos con tecnología de punta que no se utiliza.
¿Qué es lo que quiere la administración de la clínica? “Realmente no sabemos, es impredecible”, dijo el doctor Salas, hoy jefe de la unidad de cirugía del Salvador.
¿Qué va a pasar con la clínica? “Todos nos preguntamos lo mismo”, indicó el doctor Díaz.
Vea la crónica diaria de Gabriela Valenzuela en Micrófono Abierto