¿Caras en los votos? Pros y contras del proyecto que busca incluir fotografías de los candidatos en la papeleta
Analistas electorales ven con escepticismo la propuesta por los efectos que podría conllevar en los electores poco informados. Los expertos debaten si acaso el proyecto incorpora estímulos nocivos a la hora de votar.
En la Cámara de Diputados se discute una modificación a la ley de votaciones que podría cambiar la manera en que los electores ejercen su derecho a voto. La normativa busca, entre otras cosas, habilitar la presencia de fotografías de los candidatos en la papeleta, tal como ocurre en varios países de América Latina.
Se trataría de una modificación de la Ley 18.700 sobre votaciones populares y escrutinios, que tiene por objetivo “facilitar la inclusión y el ejercicio pleno de los derechos políticos de las personas neurodivergentes y con alguna discapacidad que les impida leer”.
La propuesta es encabezada por la diputada Carolina Marzán (PPD) y cuenta con un respaldo transversal, como la diputada Joanna Pérez (Demócratas), Mercedes Bulnes (independiente Frente Amplio), Renzo Trisotti (UDI), Yovana Ahumada (independiente), Carla Morales (RN), Daniel Melo (PS), Catalina del Real (ex-RN), Jorge Guzmán (Evópoli) y Marisela Santibáñez (PC).
La diputada Marzán, adelantó en Radio Pauta que hubo una reunión con la Subsecretaría de la Segegob y que desde el Gobierno “estarían muy llanos a apoyar la iniciativa”
Sin embargo, analistas y expertos electorales ven con escepticismo la propuesta por los efectos que podría conllevar en los electores poco informados al momento de encontrarse en las urnas, privilegiando el aspecto físico por encima de las ideas.
En busca de la inclusión y un entorno amable que vaya de la mano con la Ley TEA
En conversación de Radio Pauta, Marzán, explicó desde dónde nació la idea para impulsar el proyecto.
“Andaba en terreno y un día el alcalde Hijuelas me comentó que su hijo en un par de años más tendrá derecho a sufragar, y él le planteó a la persona del Servel el voto inclusivo con la nueva Ley TEA. Pero esa persona le respondió que lo mejor que podía hacer es ir al Tribunal de Familia y declarar a su hijo interdicto. Y esa respuesta fue insólita“, comentó la diputada del PPD.
En esa línea, la parlamentaria sostuvo que lo que busca la fotografía en la papeleta es entregar mejores herramientas para que, de manera autónoma e independiente, aquellas personas neurodivergentes y con alguna discapacidad que les impida leer, puedan ejercer su derecho a voto.
Sin embargo, desde el Servel consideran que esa necesidad ya está cubierta. El pasado lunes expusieron en el Congreso acerca de este tema, y el Director Nacional del organismo, Raúl García, puntualizó que la prueba de la orientación hacia la inclusividad es el voto asistido, además de las plantillas ranuradas y Braille, y la plataforma web del Servicio Electoral donde los electores pueden acceder a una videollamada en lengua de señas.
Pero para la diputada Carolina Marzán va más allá de eso. “La nueva Ley TEA apunta a la autonomía en la adultez. No necesita asistencia, sino que un entorno amable. El voto asistido más que nada apunta a personas adultas mayores, personas que necesitan que tú las acompañes y las guíes”, explicó.
“El voto inclusivo es distinto, porque las personas con autismo tienen otra forma de relacionarse con su entorno, por ejemplo, a través de imágenes. Estamos hablando de la accesibilidad cognitiva“, enfatizó.
¿Influye la cara de un candidato al momento de votar?
Tras finalizar las campañas electorales, ¿Influye la apariencia de una persona al momento de votar? Ese es el gran cuestionamiento que realizan diversos analistas y expertos electorales.
El mismo Servel hizo un contrapunto en la Comisión señalando que “se ha hecho un esfuerzo significativo en que en las campañas electorales se releven las ideas, propuestas y programas de los candidatos y que sea eso lo que influya en la decisión del elector o electora”.
“Al acompañar fotografías en las cédulas electorales podríamos avanzar desfavorablemente hacia una decisión basada en aspectos físicos o apariencia“, acotaron desde el Servicio Electoral.
Para Cristián Leporati, profesor de comunicación política de la Universidad Diego Portales, “tener la imagen del candidato en el voto en un contexto de incultura política, puede tener mucho más peso”.
“Vivimos en una cultura muy superficial, y eso en un contexto, que es lo más delicado, de electores desinformados, poner una foto es una propuesta bastante discutible“, comentó.
Leporati sostiene la tesis de que el elector que vota desinformado, decide su voto en el último momento.
“Chile es un país clasista, racista, que premia la rubiedad antes que la morenidad, y eso incluso lo vemos en el mundo de la publicidad, pero se ha ido mejorando durante estos últimos 10 años. Yo creo que el tema del sesgo racial y de clase puede ser importante“, aseveró en Radio Pauta.
Un planteamiento que comparte Ángel Carcavilla, publicista y director de agencia de marketing político MULTITUD. “En cualquier campaña siempre la fotografía es clave. Tiene que transmitir liderazgo, fuerza y carisma del personaje. Pero, al momento de votar, hay un montón de personas que no tienen idea por quién votar”.
Carcavilla agregó que “si aparece una foto de apoyo puede ser un elemento que le ayude a tomar una decisión, pero puede ser súper seducida por esa foto“.
No obstante, hace un alcance a la propuesta: deben quedar claras las reglas de cuáles serían las características de las fotografías. “Me parece bien la iniciativa siempre y cuando quede claro cuáles serán las características de esa foto, siempre y cuando uno pueda elegir la foto más representativa de la persona“, agregó el publicista.
¿Cambia la forma de hacer campañas electorales?
Por otra parte, Axel Callís, analista electoral y director de Tú Influyes, dijo tajante que Chile no necesita actualmente esta normativa. “Cuando uno pone fotos, generas una forma de toma de decisión que altera las ideas. Lo que hacen es juntar la campaña con el voto“, planteó.
“Si yo le facilito a través de la cara lo que va a hacer esa persona, se va a ir por el camino más fácil que es la apariencia. No es una buena decisión para la democracia poner ese tipo de estímulos”, criticó.
Sin embargo, el argumento de la influencia que tiene la apariencia física no es congruente con el proyecto, según la diputada Marzán. “Eso es banalizar la discusión. Es pensar en el aspecto físico del candidato en circunstancias que nosotros apuntamos a que este proyecto favorezca y proteja el derecho a voto del ciudadano que lo necesita”, respondió.
“Una imagen de una persona no tiene por qué incidir en sus herramientas y capacidades“, sostuvo la parlamentaria.
Actualmente, la iniciativa se encuentra en primer trámite legislativo en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja. Sus impulsores esperan que comience a regir para las elecciones municipales de 2024.