Columna de Víctor Maldonado: “Kast pierde terreno cuando Republicanos no usa camuflaje”
“Se le está pidiendo al ciudadano común que dé un paso difícil, que ahora sea él quien adopte las posturas identitarias republicanas, como paso previo a mantener una adhesión muy reciente y poco consolidada. Esta fórmula promete ser mucho menos exitosa que la anterior”, dice Víctor Maldonado.
El curso seguido por la derecha es insatisfactorio: se alinea detrás de Republicanos en el Consejo, donde debió distinguir posiciones, y sus candidatos presidenciales se enfrentan por los mismos temas, lo que no es consistente. Aun así, son los únicos en carrera y el favoritismo está cambiando.
En la oposición el debate presidencial va en serio. Matthei y Kast han tomado posiciones polares, con una nítida diferencia sobre lo que podemos esperar del proceso constitucional y del plebiscito de salida.
¿Con esta nueva alineación, quién ha salido perdiendo? Sin duda, el perjudicado es Kast, que hace poco era una figura que brillaba en solitario para suceder a Boric. Si ha retrocedido es por errores propios, suyos y de su partido.
La prueba a la que está siendo sometido el líder republicano en el Consejo es más dura de lo esperado. El asunto consistía en conseguir que se aprobara una nueva Constitución, sin morir políticamente en el intento. No está claro que lo esté logrando. Los titubeos ocuparon demasiado tiempo.
La pregunta de cajón es si el Partido Republicano ha tenido un comportamiento coherente con la decisión finalmente asumida de buscar que se apruebe la Constitución. Importa más el comportamiento efectivo que las intenciones.
Se está mostrando incompatible ver aprobado un nuevo texto constitucional y marcar las diferencias específicas de un sector polarizado.
José A. Kast: no es lo mismo sin camuflaje
El éxito electoral anterior de Republicanos se explica, en parte, porque lograron que sus particularidades más resistidas quedaran cubiertas por su identificación con el sentido común ciudadano en los temas de su mayor interés. Se tuvo un buen desempeño empleando camuflaje.
Ahora, este partido le está pidiendo a todos que se fijen, antes que nada, en sus posiciones más radicalizadas, ofreciendo a cambio beneficios directos que puedan ser bien acogidos, como es el caso del no pago de las contribuciones. Ni una gota de poesía y mucho negocio de conveniencia.
Se le está pidiendo al ciudadano común que dé un paso difícil, que ahora sea él quien adopte las posturas identitarias republicanas, como paso previo a mantener una adhesión muy reciente y poco consolidada. Esta fórmula promete ser mucho menos exitosa que la anterior.
Matthei ha quedado con espacio suficiente para jugar una carta moderada y de ponderación. Hoy es la alcaldesa la que reconoce los méritos de todos, incluyendo los conseguidos por el gobierno en materia de seguridad. Lo que busca es establecer un contrapunto con quienes están cultivando los conflictos y Republicanos da muchos motivos para hacerse objeto de esta crítica.
Esta posición tiene mucho terreno que ganar cuando en la centroizquierda la carrera presidencial está mucho menos definida. Los pocos logros en gestión han sido reemplazados por el uso de recursos retóricos y de puestas en escena que importan a quienes ya tienen una posición oficialista asumida.
El gobierno no se enfoca en atender las demandas de los indecisos, lo que deja disponible mucho espacio a la centroderecha. En estas circunstancias, ¿hay algo más inútil que llamar a una marcha en favor de Boric?