Columna de John Müller: “El peronismo y sus reencarnaciones”
El movimiento ha sido de izquierdas y de derechas, sindicalista y neoliberal, y ahora Milei podría ser el último en dotarlo con ideología: libertario.
En mi última visita a Buenos Aires, en marzo pasado, recorrí algunas librerías para pulsar dónde estaban los intereses de los argentinos. Mucha novela, mucho fútbol (Messi y el Dibu Martínez), mucha autoayuda y eso que llaman ‘wellness’ (bienestar general). Al final, pensando en lo que me haría falta leer este año, me decanté por la edición aniversario (de 2015) de ‘Los cuatro peronismos’, el clásico que Alejandro Horowicz publicó originalmente en 1985 para describir las cuatro etapas históricas que sufrió ese movimiento entre 1945 y 1976.
Como decía Horowicz en una advertencia inicial a la edición de 2005: “Un trabajo capaz de asimilar los honores del plagio y 20 años de peronismo sin derrumbarse es posible que tenga algún valor”. Con 18 años más, el libro acusa el paso del tiempo, pero su título sigue teniendo el mismo poder sugestivo del original.
El otro día, uno de los mejores analistas de Chile, José Rodríguez Elizondo, decía que la verdadera crisis de Argentina es el agotamiento del peronismo. El peronismo, que encarnaba “la tercera posición” entre comunismo y liberalismo, ha sido nacionalsindicalista, ha sido neoliberal, ha sido de izquierdas, ha sido honesto y ha sido corrupto y, por lo visto, ya no le quedan más reencarnaciones.
Pero el destino de los caudillismos es que el poder pueda rellenar el traje del caudillo muerto con la ideología que más le conviene o que más les ilusiona en ese momento.
En ese sentido, y haciendo caso omiso de las coincidencias técnicas e ideológicas con la dolarización de Carlos Menem y Domingo Cavallo, me atrevería a decir que Javier Milei podría perfectamente ser la última reencarnación del peronismo. Esta vez en la ideología libertaria. Ochenta años de educación cívica en el populismo marcan a una sociedad.
Durante mi visita, Milei tenía en librerías su ‘El camino del libertario’, un libro de 2022 de poco valor original porque es una recopilación de discursos y artículos. Pero estaba a punto de lanzar ‘El fin de la inflación’, que presentó justo para la Feria del Libro de Buenos Aires que se realizó a finales de abril y comienzos de mayo de 2023. Es su recetario para acabar con la hiperinflación, pero esa no es la clave de su candidatura: la clave es su populismo. La imagen de Milei que ocupa la portada del libro recuerda los ensayos que hacía un histriónico Adolfo Hitler en el estudio del fotógrafo Hoffmann. Milei no es un nazi, pero sí es un provocador. La copia era tan obvia como calculada.
Argentina está dividida hoy en tres tercios. Milei y sus libertarios lideran en intención de voto con un 33,9% según las encuestas. Pero le sigue Patricia Bullrich, de la derecha tradicional, con el 27,8% y el peronista Sergio Massa con 27,4%. En el primer debate de cara a la primera vuelta presidencial del 22 de octubre celebrado este fin de semana, el diario ‘Clarín’ dijo que no hubo un ganador claro, pero los analistas de ‘La Nación’ dieron casi unánimemente la victoria a Milei. Sin embargo, tengo un columnista de ‘La Nación’ del que me fio por su profundidad y acierto, que es Carlos Pagni y éste le llevó la contraria a todos y dio por ganador al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. “Dios le da pan al que no tiene dientes. El candidato más completo en el debate fue Juan Schiaretti, cuyas posibilidades de llegar a la presidencia son quiméricas”, escribió.
Schiaretti es el otro peronismo, el que no le presta ropa a la corrupción de Néstor y Cristina Kirchner. Para más inri es cordobés y los cordobeses tienen fama de ser los tipos más serios, estirados y aburridos del país.
La verdadera pelea está entre Bullrich y Massa. El que pase tendrá el honor de medirse con Milei que no creo que gane. Y si gana, no creo que consiga aplicar su recetario económico sin que el país intente convertirlo en una nueva versión del expresidente De la Rúa.