Columna de Víctor Maldonado: “Unidos para siempre, hasta que el resultado nos separe”

“Ambos bloques se presentarán unidos, en posiciones antagónicas y que siguen pendientes de la competencia interna. Todos están votando igual, pero no están pensando en lo mismo al hacerlo”, nos dice Víctor Maldonado.

Los distintos partidos de derecha evalúan la situación política de manera diferente, pero todos ellos van a unirse en el voto a favor en el próximo plebiscito.

No hay ninguna posibilidad de que actúen de manera diferente. En el plebiscito anterior la derecha se presentó unida, aunque entregando el protagonismo a los sectores de centroizquierda que se desmarcaron del oficialismo. Las cosas cambiaron.

Ahora, que la redacción del nuevo texto viene de sus filas, ha respaldado con sus votos cada artículo y son sus ideas las que están reflejadas en la propuesta de Constitución, nadie entendería que se pusiera a dudar.

En lo que se van a distinguir es en dejar o no una puerta abierta ante un resultado adverso. En el caso de Kast eso es imposible porque el presidenciable ya se matriculó tempranamente con dar vuelta el resultado, es decir, con ganar. No es la misma aproximación que se realiza fuera de republicanos.

Los demás entienden que, si la apuesta fuerte del líder republicano fracasa, lo que queda abierta en la derecha es la opción presidencial. Por eso van a apoyar la alternativa unitaria de toda la oposición, pero sin confrontarse con las personas que por hastío de los conflictos se decanten por el rechazo.

Pondrán el énfasis en haber tenido que participar en un “plebiscito confrontacional”, acrecentado por una estrategia errada de la que no se sienten responsables, lo que se aprontan a dejar en claro en la campaña.

En otras palabras, no todos en la derecha son iguales cuando se gana, ni tampoco pagarán igualmente las culpas si se pierde. Hay vida después de sancionada la Constitución, pero no la misma según sea el resultado.

Si necesitan alguien que los salve, me avisan

No por nada, Sebastián Piñera nos informa muy seriamente que en el caso de que triunfe el rechazo “nos deja en una situación muy negativa de inestabilidad e incertidumbre, se abriría una verdadera caja de Pandora para aventuras violentistas y populistas”. Es un escenario que no puede descartar.

Está claro que Piñera nos dice que si el cambio constitucional no se concreta, la situación que se abre es de tal gravedad que requeriría de un liderazgo seguro, experimentado y que haya sido probado en situaciones muy difíciles.

Ciertamente, debe tener en su cabeza algún nombre en concreto, pero es difícil saber en quién está pensando dada su reconocida humildad y el hecho que cuando hizo estas declaraciones no había ningún espejo cerca. Siempre dice que es un expresidente contento de su condición y no es cosa de ponerse a dudar de su palabra.

Cada cual se está preocupando de decir lo “políticamente correcto”, aunque la sinceridad no es la nota más característica de estas palabras. Si es como todos dicen, que han puesto su máximo esfuerzo en lograr un acuerdo, pero que han sido los otros los que se han mostrado intransigentes, ¿por qué habría de cambiar este comportamiento consistente en el último momento?

Lo único que podemos considerar por anticipado como un hecho es que ambos bloques se presentarán unidos, en posiciones antagónicas y que, a su vez, siguen pendientes de la competencia interna que viene. Todos están votando igual, pero no están pensando en lo mismo al hacerlo.