Columna de Gonzalo Cordero: “Una opinión accidental”
“Es que para la izquierda de la que forma parte nuestro Presidente, la democracia es un juego con “cartas marcadas”, una competencia entre los poderosos, que encarna y representa la derecha, y el pueblo, la gente, la mayoría por definición, que representan ellos”, dice Gonzalo Cordero.
El Presidente Boric se refirió a la mayoría del Consejo Constitucional como una “mayoría accidental”, nunca dijo lo mismo de la que conformó la Convención, obviamente. Esa era simplemente la mayoría a secas, sin apellidos, ellos expresaban lo que querían los chilenos. Ellos “iban a poner los grandes acuerdos”, al decir del convencional Stingo.
Es que para la izquierda de la que forma parte nuestro Presidente, la democracia es un juego con “cartas marcadas”, una competencia entre los poderosos, que encarna y representa la derecha, y el pueblo, la gente, la mayoría por definición, que representan ellos. La derecha, que no promueve ideas, sino intereses, solo puede ganar engañando, camuflándose, por eso sus victorias, cuando ocurren, son “accidentales” y nunca plenamente legítimas.
Usar la violencia contra un gobierno de izquierda es, obviamente, un ataque al pueblo, a la mayoría y, por ende, a la democracia. En cambio, cuando se ejerce contra una autoridad de derecha, es el legítimo derecho a manifestarse, se rodea de épica, los encapuchados se convierten en “primera línea” y se les recibe con aplausos en el ex Congreso.
Si se constitucionalizara al Estado como encargado y responsable de la seguridad social, eso sería neutro; pero establecer el derecho de las personas a elegir libremente entre opciones privadas y estatales, en cambio, es partisano, es constitucionalizar un modelo, es proscribir a una parte del país.
No toda la izquierda se aproxima de esta manera, obviamente hay una parte que participa de la competencia democrática sin prejuicios, ni pretensiones de superioridad moral. Esa izquierda fue el núcleo de los gobiernos de la Concertación; sin embargo, lamentablemente en los últimos años esa izquierda moderada y democrática se ha dejado someter por el discurso y el proyecto Frente Amplio-PC, siendo incapaz de sostener un perfil claro en cuestiones fundamentales, al punto que renunció a defender sus propias gestiones de gobierno.
El Presidente ha dado reiteradas muestras de confusiones respecto de las bases sobre las que funciona el sistema democrático. Desde que era candidato ha expresado una consistente intolerancia con la prensa, recordemos que reprendió a un periodista por sus preguntas en uno de los debates; ahora dijo que no leía la prensa escrita y descalificó a los principales diarios achacándoles directamente la intención de tener una agenda con intereses propiamente políticos.
Pero claro, mi visión es solo una opinión accidental.