Columna de Víctor Maldonado: “El andar del pato con zancos”
“Se cometerá otro error si el gobierno sigue dedicando esfuerzos inútiles a encontrar nombres de fantasía a la derrota”, nos dice Víctor Maldonado.
En el largo paro del magisterio en Atacama fue bastante común entre los observadores el protestar acusando que se estaban empleando a los niños de rehenes. Con ello se quería decir que el gremio de los profesores se estaba excediendo en su demanda, sin atender a las consecuencias de sus acciones.
Sin embargo, la forma como finalmente se dio la negociación (que demoró una eternidad en encontrar el cauce adecuado), muestra que el conflicto se prolongó por mal manejo y poca previsión, no por falta de flexibilidad de los involucrados.
Cuando se tiene un proceso mal ejecutado, en el lugar donde se expresan con mayor intensidad los problemas, los envueltos en el conflicto no están exagerando en su reacción si previamente habían reiterado las voces de alerta y no fueron escuchados por largo tiempo. Aquí hay más víctimas que victimarios.
Como las acciones preventivas estuvieron ausentes, el gobierno no puede esperar que las deficiencias de gestión no le den alcance ni le pasen la cuenta, aunque ellas sean un producto acumulado desde antes que asumiera.
Para lograr la aprobación del Presupuesto, el Ejecutivo tuvo que ceder mucho más de lo que pensaba en un principio, dejar al ministro de Educación a cierta distancia y desechar toda la línea argumental que había construido hasta la víspera. Eso no tiene buen aspecto por donde se le mire.
Los parapetos de palabras que gusta construir el oficialismo no sirven para ocultar lo evidente. El ministro Nicolás Cataldo señala que hablar de una derrota sería un error, puesto que lo acontecido no supone “un cambio en la hoja de ruta, un cambio en la línea estratégica”.
Eso está muy bien, pero si fuera por eso este sería un gobierno imbatible casi en cualquier área, precisamente porque su agenda estratégica es tan difusa que siempre se puede afirmar que se está cumpliendo con ella.
Un modo de caminar muy peculiar
Hace ocho años y en otro gobierno, Guillermo Teillier decía que el PC tenía “un pie en la calle y otro en La Moneda”, al tiempo que afirmaba que “es un hecho de la causa que estamos en todas las movilizaciones sociales”. Esta vez ni la mayor elongación permitió estar en los dos lados de la vereda.
Toda estrategia tiene un límite y, en este caso, el del PC se encuentra en el grado de involucramiento que se tenga con el gobierno, la gravedad de la crisis que se enfrenta y la destreza que se muestre al procesar las demandas.
En esta oportunidad, se estaba a la cabeza del ministerio, el conflicto se había dejado crecer durante dos años y a última hora otros tuvieron que dirigir la negociación. ¿Qué nos dice esto de los próximos conflictos que se presenten?
Lo que se seguirá repitiendo es la incapacidad de dar respuestas rápidas y la costumbre de llegar a acuerdos alcanzables mucho antes, pero al que se prefiere llegar después de pagar todos los costos imaginables.
Se cometerá otro error si el gobierno sigue dedicando esfuerzos inútiles a encontrar nombres de fantasía a la derrota y a engañarse pensando de nuevo que el próximo Atacama también será una situación demasiado particular e irrepetible. Mas productivo resulta instalar el monitoreo de conflictos, para hacer antes por propia voluntad lo que te fuerzan a hacer después por imposición.