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Columna de Víctor Maldonado: “Audacia se llama el juego”

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POR Equipo Radio Pauta |

“Para ganar por todos lados, Republicanos debió actuar como si no fuera Republicanos, pero eso de ninguna manera pensaban hacerlo en el momento de un triunfo apabullante, que tuvo muchos efectos, excepto moderarlos”, dice Víctor Maldonado.

La intención de formar un nuevo movimiento escindido de republicanos resulta muy ilustrativa del momento político. Lo que tenemos al frente es un grupo de derecha dura que se adelanta a tomar posición para interpretar en su sector a quienes votarán En contra.

Equivale a igualar la apuesta que realizara José Antonio Kast cuando prometió revertir la tendencia y obtener el triunfo del A favor. Fue una jugada tan innecesaria como voluntarista y un intento temprano de dar por concluida, con mucha antelación, la disputa por el liderazgo presidencial en la oposición.

Existía un camino más tranquilo que aseguraba buenos resultados, sin tanta estridencia y polarización de por medio. Si republicanos se hubiera contenido, hubiera aceptado el borrador de la Comisión Experta y realizado sutiles enmiendas en su beneficio, no tendría oposición relevante que enfrentar ahora.

Era una alternativa mucho mejor porque se le tendría que haber reconocido a este partido su capacidad de integrar las distintas posiciones existentes en el país, dejando las críticas antes realizadas al nivel de prejuicios sin sustento. Era lo que acercaba a Kast a la Presidencia.

Pero republicanos es auténticamente extremo y las consideraciones de prudencia pueden ser entendidas por la centroderecha, no así por quienes vienen cultivando posiciones duras, siendo eterna minoría, pero sosteniendo convicciones contra viento y marea. Asocian mucho más la negociación con el ceder que con el viabilizar.

O sea, para ganar por todos lados, Republicanos debió actuar como si no fuera Republicanos, pero eso de ninguna manera pensaban hacerlo en el momento de un triunfo apabullante, que tuvo muchos efectos, excepto moderarlos. Así que cuando se vieron al borde del acantilado, dieron un paso al frente sin dudar.

Se sube rápido y se baja rápido también

Kast dio por obvio que su liderazgo se mantendría indiscutido en su sector más cercano. Esta es un área del espectro al que le gusta la figura del caudillo, pero nadie dijo que todos estuvieran pensando en el mismo caudillo. Como se ve, no hay peor colorín que el del propio palo o como sea que rece el dicho.

El senador Rojo Edwards golpea donde más duele, es decir, en la falta de consistencia. En este caso, se aleja de republicanos sosteniendo que esta tienda ha caído en la “ilusión constitucional” porque “el liderazgo del partido abandonó la preocupación por las urgencias sociales”. Eso debe haber dolido.

Esta es la primera vez que un partido se quiebra justo después de llegar a ser el principal del país. Este hecho se explica por disputas de liderazgo, sin duda, pero también se cuestiona la estrategia seguida negando su afirmación medular, es decir, que la nueva Carta Fundamental consiga darle certidumbre al país. Es una ruptura que deja abierto un debate político de fondo y que está argumentado con solidez, algo inusual en estos días.

La decisión de Edwards tiene más importancia de lo que pueden ver los que solo miran números. Si los resultados del 17 le dan la razón, no vamos a estar frente a un disidente en rebeldía, sino frente un liderazgo de reemplazo y ante el suicidio político más rápido que se conozca de un partido en ascenso.