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Columna de John Müller: “Nuevas y viejas amenazas”

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POR Equipo Radio Pauta |

La censura en Florida de obras clásicas y las tensiones entre el Presidente Boric y los medios nos enseñan que las libertades no están garantizadas para siempre.

No corren buenos tiempos para la libertad de expresión. Cuando no es la mala intención, la que conspira contra ella es la torpeza, o una mezcla de ambas. Una ley promovida por el gobernador republicano Ron de Santis en Florida ha dejado en un limbo a casi 700 libros que algunos padres consideran inapropiados por reflejar contenidos sexuales o temáticas LGTB. Entre los títulos suspendidos están la famosa novela ‘La Casa de los Espíritus’ de Isabel Allende, ‘Crónica de una Muerte Anunciada’ de Gabriel García Márquez o ‘Blade Runner’ del maestro de la ciencia ficción Philip K. Dick.

Un pequeño cambio en un texto legal ha provocado este despropósito. Desde 2022 está en vigor una norma en el estado de Florida que ordena que todos los materiales disponibles en los llamados ‘media center’ de las escuelas deben haber sido calificados como apropiados para cada edad por un especialista. La norma se dictó ante las protestas de padres que indicaban que los activistas de grupos LGTB estaban inundando los ‘media center’ con propaganda. El problema se produjo este verano (boreal) cuando un mínimo cambio en la redacción de la ley incluyó en el ámbito del ‘media center’ a la biblioteca del centro escolar.

Todo esto desató una oleada de supuestos ‘guerreros culturales’ denunciando párrafos descontextualizados de obras como ‘La casa de Bernarda Alba’ de García Lorca, ‘El cuento de la criada’ de Margaret Atwood, ‘Juego de Tronos’ de George R.R. Martin o ‘Madame Bovary’ de Gustave Flaubert, que han quedado en la picota. El problema es que ahora los maestros y las juntas escolares deberán dedicar horas, meses y quizá años a recalificar los textos para sacarlos del limbo.

¿Fue un simple error del redactor de la ley o un intento de ampliar la censura o -más allá aún-, una manera de desacreditar la propia norma?

También forma parte de la libertad de expresión elegir de lo que uno quiere hablar. Por eso, los profesionales de los medios de comunicación se tomaron mal los reproches del Presidente Boric cuando no le prestaron la atención que él creía que merecía la inauguración de la plaza Los Cuncos.

No todos los actos de los Presidentes tienen el mismo valor informativo. De hecho, cuando no se aceptan preguntas de los periodistas, esos actos lindan con la propaganda oficial. Por eso, la afirmación del nuevo director de TVN, Francisco Vidal, de que el canal estatal está para cubrir los actos del Presidente constituye un profundo error y un insulto a la deontología profesional de los periodistas de TVN. Vidal todavía puede rectificar porque lo peor no es equivocarse, sino hacerlo con entusiasmo.

La salida de la directora de comunicación de Presidencia ha levantado la expectativa de que la relación del mandatario con los medios de comunicación podría mejorar. Mi impresión es que Boric tiene una serie de nociones asumidas sobre la Prensa que ya son muy difíciles de corregir. Lo primero que debe entender es que los recursos de un sistema de medios privados son mucho menores que los de un Estado. Por lo tanto, el primer responsable de asegurarse de que cumplan su misión en libertad es él.