Jóvenes y drogas en el verano: nuevos riesgos en la época en que aumenta el consumo

En la crónica de Gabriela Valenzuela, hacemos un zoom a una época del año compleja en materia de consumo de drogas.

La próxima semana el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, Senda, lanzará la campaña de verano “Cuidarse está de moda”, la cual buscará promover conductas de autocuidado en niños, niñas y adolescentes, respecto el consumo de drogas y alcohol.

Natalia Riffo, directora del organismo, explicó a Radio Pauta que “una de las novedades es que estamos incorporando elementos de gestión de riesgo para los jóvenes. La iniciativa busca educarlos para que tomen decisiones informadas y seguras, promoviendo un entorno más saludable durante este período”.

Aunque no hay datos que permitan confirmar que aumenta el consumo de sustancias en esta época, sostiene que “el verano se caracteriza por más tiempo libre y esto puede ser un factor de riesgo”.

Coincide el profesor de toxicología de la UNAB, Fernando Torres, quien explica a Radio Pauta que “el consumo de drogas tiende a aumentar en verano porque los jóvenes están más relajados, salen más y tienen más acceso y recursos, y, por otro lado, quienes venden estas drogas hacen una fuerte campaña. Ese es el riesgo”.

Agrega que “desde el punto de vista de la criminología, hemos tenido que estudiar un lenguaje nuevo para entender cómo los jóvenes adquieren la drogas, porque se usan símbolos o ilustraciones, por ejemplo, y así reconocen al dealer”.

Consumo de drogas en verano: ¿Qué consumen los jóvenes?

Hace unos días, Senda publicó un resumen del Observatorio Nacional de Drogas que hace cada dos años, donde se reveló que el consumo de marihuana en el último año se mantuvo estable en un 10,9%. El uso de cocaína volvió a los niveles prepandemia, (0,9%), mientras que el de pasta base se mantuvo en un 0,3%, una cifra que no ha variado significativamente desde 2010.

A juicio del también director de la Escuela de Química y Farmacia de la UNAB, “lo más dramático es que en la adolescencia ha reaparecido el consumo de drogas más duras como la ketamina o la droga zombie, la que se mezcla con benzodiazepina, por ejemplo, para consumo recreacional”.

Para el exdirector de Senda, Mariano Montenegro, “hoy hay más acceso y menos supervisión, y eso es riesgoso, ya que los encargados de vender quieren hacerse la América en el verano”. Agrega que “marihuana, cocaína o pasta base, siguen siendo las drogas principales de consumo, pero las emergentes son pocas, como la ketamina, el tusi o el fentanilo”.

Para el también consultor internacional, “la gran mayoría de los chilenos no consume drogas, pero de los que consumen (10%), es una cifra preocupante comparativamente con otros países”.

La campaña de verano del Senda

Respecto la campaña de Senda, “Cuidarse está de moda”, el profesor Torres cree que “el nombre se puede tergiversar en los jóvenes, porque está bien hacer alusión a “cuidarse”, pero las drogas también se ponen de “moda”: el alcohol con marihuana, por ejemplo, y esto puede ser un arma de doble filo”.

A su juicio, “una campaña de verano se debió haber lanzado, por ejemplo, en el segundo semestre del año escolar”. Coincide Montenegro en que “es bueno anticiparse, ya que en diciembre los jóvenes ya no están en la escuela, hay más tiempo libre y la supervisión baja”.

En esta línea, Carlos Charme, exdirector de Senda, valora la campaña, “pero debe ser concordante con el resto de las políticas preventivas, donde además vemos que Senda ha estado muy lento”. Explica a Radio Pauta que “estamos en la comunidad técnica y de expertos esperando muchos meses el estudio sobre iniciado en marzo del año pasado sobre drogas químicas”. El informe, explica el organismo, se dará a conocer en el primer trimestre de 2024.

Pero más allá de las campañas, para Montenegro “una de las cosas más importantes es darle habilidades a los padres para cuidar a los hijos, en cuanto a diálogo, cercanía, pero a la vez poner reglas claras. Las campañas en general son de sensibilización, permite plantear el tema y ponerlo en la palestra”.

Agrega que “el gran llamado es a la supervisión parental, de los guías o tutores, a no bajar la guardia. El mayor impacto es la presencia de los padres”.

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