Columna de John Müller: “Bullrich y el secuestro de Ojeda”
La ministra de Seguridad argentina dice no tener información oficial de Chile, pero se apunta a las especulaciones.
La ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo en Washington que el secuestro del teniente Ronald Ojeda en Santiago de Chile es un asunto “de extrema gravedad” y dio por hecho que el régimen de Nicolás Maduro está detrás del mismo. A su juicio, esto “debe llevar a cambios en la forma en que todo el continente se enfrenta a la dictadura de Venezuela”. Bullrich añadió que “son conversaciones duras”.
Las palabras de Bullrich no han tenido un gran eco en Chile, pero son de mucha trascendencia para nuestra relación bilateral y dicen mucho del estado de las mismas.
La ministra ofreció declaraciones al corresponsal del diario ABC en Washington (EE.UU.) en la que describió la situación como “muy grave”. “No tenemos información oficial de Chile, pero podría significar que servicios secretos venezolanos están actuando afuera y eso es muy peligroso, así que estamos atentos, en contacto con las autoridades chilenas para saber cuál ha sido la consecuencia y la razón de este secuestro”, añadió.
Lo primero que llama la atención de sus palabras es que Bullrich, la equivalente en Argentina al ministro del Interior, no ha hablado personalmente con sus homólogos chilenos para que le informen de lo que saben sobre un caso que tiene un evidente alcance regional. La expresión “estamos atentos, en contacto con las autoridades chilenas” que utiliza Bullrich es una alocución vacía, que en el mejor de los casos quiere decir que se ha encargado el asunto a funcionarios de menor nivel.
La coalición de gobierno en Chile se queja de que proliferan versiones conspiranoicas sobre el secuestro de Ojeda, pero los esfuerzos del Ejecutivo no parecen estar destinados a buscar la implicación personal de nuestros vecinos (tan necesarios para controlar las fronteras) y aumentar la transparencia.
Lo segundo que es llamativo es la soltura con que Bullrich se refiere al asunto y aventura sus hipótesis, sin tener información “oficial”. Los únicos que no pueden especular en público sin pruebas en estos casos son los responsables de la seguridad de los Estados.
Las horas pasan y sigue existiendo poca información para determinar cuál es el verdadero objetivo del secuestro de Ojeda, pero el tiempo va descartando los móviles económicos o sentimentales y asentando la idea de que es un crimen de carácter político.