“Son beneficios que la naturaleza nos da gratis”: las algas y sus múltiples usos para combatir el cambio climático
Desde las algas microscópicas hasta las macroalgas, cumplen un papel importantísimo en el planeta: son grandes aportadoras de oxígeno, participan con cerca del 50% de la fotosíntesis y mitigan el calentamiento global.
Las algas se han posicionado en la industria como una solución múltiple al cambio climático: pueden absorber carbono, frenar los efectos de las emisiones de metano del ganado y alimentar biocombustibles. Chile es una potencia alguera, en los volúmenes que exporta, la diversidad de algas y las más de 100 mil zonas costeras que posee, sin embargo, lo hace de una manera irregular e insostenible ¿Cómo mantenemos estos bosques azules?
En Clima de Cambio, de Radio Pauta, conversamos con la directora de Fundación Kelp Forest, Samantha Deane, sobre las algas, su rol crucial en el secuestro del CO2, su cultivo de forma sostenible y sus múltiples “beneficios eco-sistemáticos son un montón: no solo el cultivo de carbono hasta el hábitat que crea para cientos de especies”, señaló Deane.
Las algas y su rol crucial para combatir los efectos del cambio climático
La experta argentina, Samantha Deane explicó que los bosques de algas absorben CO2 y almacenan parte de él en los sedimentos oceánicos, evitando que el carbono vuelva a la atmósfera. A esto se suman los beneficios que generan en términos de biodiversidad: “Diasifica el agua circundante, oxigena esas aguas y las filtra, son algunos de los beneficios que la naturaleza nos da gratis“, señaló Deane.
El cultivo de las algas puede ayudar al medio ambiente en diferentes industrias, Deane explicó que en la Fundación Kelp Forest trabajan las algas “cuando se pone en el alimento de las vacas reduce la cantidad de metano que eructan entre un 50 y un 80%“.
En artículos de la vida cotidiana, como champú, cremas, en el jugo de naranja o productos que derechamente combaten el cambio climático como bio-estimulantes para las plantas, el bio-plástico, bio-espuma para muebles, fibras para hacer vestidos y ropa, la industria de las algas parece ser la mejor opción para el mundo de hoy. “Estamos en la parte de arriba del iceberg porque las algas se pueden seguir utilizando para un montón de otras industrias“, agregó la experta.
Las grandes industrias suelen ser descuidadas en cuanto a medio ambiente y el cuidado del planeta, por lo mismo, Deane enfatizó en que “lo importante es cultivarlas sustentablemente, no estemos poniendo cosas en el agua que pueden ser más negativas como los pesticidas”.
La asesora de Fundación Patagonia Azul y geógrafa, Alejandra Moras indicó que se debe “cultivar en el mar en vez extraer del mar” y agregó que hay que “convertir a las comunidades en cultivadores del mar, tampoco es algo imposible de realizar, porque generalmente las comunidades locales siempre han estado vinculadas con el mar”.
Consultada sobre las posibilidades de replicar lo que hace Kelp Forest en Namibia, con el cultivo de los bosques de algas, Daene comentó que Chile tiene un enorme potencial para desarrollar proyectos de carbono azul, porque cuenta con entre 500 y 900 especies de algas, también a esto se suma la corriente de Humboldt, que es clave para los huiros porque requieren de aguas frías y nutritivas. Por último, nuestro país posee más de 100 mil zonas costeras y científicos capacitados: “Chile obviamente tiene mucho potencial“, aseguró la científica.
Si bien, Chile tiene condiciones muy similares a las de Namibia para el cultivo de algas, la experta aseguró que “la primera barrera es el gobierno”.