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Columna de John Müller: “‘Pueblito’ chico, infierno grande”

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POR Equipo Radio Pauta |

La torpe reacción de la dirección de la UDI a la candidatura de Cubillos ha dejado en evidencia las trenzas de la derecha política.

El deseo formulado por Marcela Cubillos de competir por la alcaldía de Las Condes desató una gran convulsión en la directiva de la UDI, que reaccionó escandalizada ante la propuesta. Las invectivas contra la exdiputada y exministra sólo se acallaron cuando ésta se preguntó en voz alta “¿cuál es el miedo de la directiva de la UDI?” en la portada de ‘La Segunda’.

Cubillos planteó la cuestión de manera retórica, porque a la UDI le encantaría que ella fuera candidata por cualquier sitio, menos por Las Condes. Pero la mayoría de los chilenos saben la respuesta: Las Condes, el segundo municipio con mayor presupuesto por habitante del país, ha sido la caja pagadora de un conspicuo sector de la UDI aposentado en ‘el pueblito’. De la misma manera que va aflorando que Vitacura lo habría sido de algún sector de RN.

Así que Cubillos le pegó una patada a un avispero. Y se vio claro por la cantidad de lancetazos que le dedicaron.

Tan necesario es el control de estos recursos para ciertos políticos de la UDI que no puede permitirse que una dirigente como Cubillos, con intachables credenciales de derecha, pero que perciben como una persona libre e independiente, llegara a plantearse la posibilidad de inaugurar su gestión despidiendo a los hermanos, yernos y cuñados que hoy pueblan la nómina municipal.

Hace mucho tiempo que la lucha contra el nepotismo dejó de ser un virtud republicana en Chile. Hoy, la trenza es muy larga y toca a todos los partidos.

La torpe reacción de la UDI terminará por convencer a Cubillos de que ya no hay marcha atrás en su candidatura. Si antes la movía el deseo declarado de representar la unidad de la derecha, evitando un choque entre candidatos de la UDI y republicanos, tras el rifirrafe de la semana pasada empieza a tomar cuerpo el viejo reflejo gremialista que indisponía a estos hacia la política de partidos que consideraban proclive a la corrupción. Y ese mensaje puede ser -como dicen en Chile- “grito y plata” en Las Condes.

Cubillos es el primer ejemplo de que la desaparición física de Sebastián Piñera, una figura que disponía de cuantiosos recursos y que mantenía viva la amenaza de una tercera candidatura presidencial, ordenaba a la derecha, pero que también hipotecaba su capacidad de innovación. Ahora, la derecha se está desordenando, mientras que la izquierda envía un mensaje de integración, fusionando marcas y proyectando candidatos nuevos y frescos.

Hay que esperar para ver si estamos ante un fenómeno puntual o un cambio estructural.