Columna de Víctor Maldonado: “Fueron de visita y se quedaron de allegados”
“El acuerdo establecido entre la derecha y sus nuevos socios no es ni un caso puntual, ni un hecho aislado. Establece una cadena que se concretó primero en el Senado, se espera continuar en la Cámara, sigue en las municipales y elección de gobernadores y aterriza en una primaria presidencial”.
El oficialismo con el paso de Michael Jackson
El oficialismo no ha hecho otra cosa que retroceder posiciones en el Parlamento. En el Senado la mayoría cambió a favor de la derecha y es la auténtica ganadora porque, lejos de tener que modificar su estrategia y cambiar posiciones, ha sumado nuevos elementos que quemaron sus naves y ya no pueden volver a la centroizquierda, lugar que han abandonado definitivamente.
Como este cambio aconteció con mucha distancia de las elecciones municipales, la competencia se dará bastante cuando quede en evidencia las implicancias que tendrán los apoyos para la elección parlamentaria y presidencial, ahora con algunos actores en nuevas posiciones.
Lo que se ha roto en el Senado no se va a quedar circunscrito allí. La derecha ha tomado la iniciativa a un costo alto que considera pagado. Como ya no tiene nada más que perder, se mantendrá en el mismo rumbo puesto que, como tuvo un éxito, espera coronarlo con un predominio completo en el Congreso.
El acuerdo establecido entre la derecha y sus nuevos socios no es ni un caso puntual, ni un hecho aislado. Establece una cadena que se concretó primero en el Senado, se espera continuar en la Cámara, sigue en las municipales y elección de gobernadores y aterriza en una primaria presidencial que se espera proyectar al gobierno que viene. No se trata de un punto, se escoge una ruta. No es un encuentro fortuito, se escogió compañía permanente.
El efecto contagio se va a expresar también en la Cámara, de la mano de estos migrantes del centro político arribados a la derecha. Están seguros de que, antes o después, se harán acreedores al ofrecimiento generoso que recibirán por parte de quienes se creen predestinados a ganar la próxima elección presidencial.
Si se cometen errores como en el Senado, se pierde la Cámara
En una lamentable etapa en la que la palabra empeñada tiene escaso valor, esperar que el acuerdo administrativo vaya a ser respetado se parece más a un intento de negar la realidad que a una adecuada capacidad de reacción.
El transcurso del tiempo mostrará lo acertado de la actuación del presidente de la Cámara, Ricardo Cifuentes, cuando decidió renunciar al concluir el periodo para el que fue electo. El respeto de la palabra se predica dando el ejemplo.
Esto obligará a la centroizquierda a tomar la iniciativa innovando en un pacto que se afianza, ya sea ampliándolo a ambos bloques o, si no se puede, provocando un reconocimiento de filas en un lado u otro, con las implicancias del caso.
Puede que los firmantes del acuerdo se mantengan en su exigencia de que se respete la postulación a la presidencia de la Cámara para Karol Cariola, pero este no es el fin de la canción, sino su inicio. El resultado adverso es casi seguro.
Como toda la campaña de la derecha se ha concentrado en impedir que el PC asuma la testera de la Cámara, existe una posibilidad real de que lo logre. Es una excusa, pero se sostienen en ella. No hay opciones intermedias: o se gana mucho o se pierde mucho. En la evaluación inicial se decide el final del juego.
Las decisiones deben ser tomadas a tiempo, es decir, permitiendo que se consolide el bloque oficialista. Suceda lo que suceda, al otro día de conocido el resultado de la votación por la presidencia, el debate tiene que continuar con la derecha y no darles nuevos bríos a las querellas internas del oficialismo.