Columna de Víctor Maldonado: “No es lo que puede hacer, es lo que puede impedir”
“Boric puede mencionar nueve nombres ya que hacerlo no produce ningún efecto. No lanza ninguna carrera, no pone nervioso a nadie, no enlaza con ninguna acción. Es su falta de poder lo que le permite repartir menciones honoríficas”.
Hay ocasiones en que un gobierno se retrata de cuerpo entero sin siquiera enterarse; que no nos demos por informados, ya es otro cuento. Hace unos días, Gabriel Boric dio a conocer una lista de nueve nombres de “liderazgos tremendamente potentes” que pudieran sucederlo en la Presidencia.
Esto ya, de por sí, es extraño porque todos los mandatarios anteriores habían hecho lo posible por no hacer menciones que pudieran iniciar una carrera presidencial. Se decía que faltaba mucho para pensar en ese tipo de cosas y correspondía concentrarse en la implementación del programa.
Eso no parece ser un impedimento ahora y es posible que se deba a un reconocimiento explícito de lo que puede esperarse del período que resta de gobierno. Es lo que quedó en evidencia en Enade, donde se identificaron dos acuerdos y una diferencia que definen el marco de lo posible.
La primera coincidencia consiste en cambiar el tono el debate público, frenar las expresiones mutuas de agresividad y dar paso a un escenario de entendimiento básico por razones prácticas. Tal parece que nuestra economía ha empezado a crecer y que el inicio de buenas noticias hay que aprovecharlas.
El segundo acuerdo es que se requiere un cambio en el sistema político para que el diálogo en el Parlamento permita alcanzar avances verificables, sin agregar obstáculos por la dispersión expresada en un gran número de partidos.
El tercero es un desacuerdo, el gobierno quiere ver aprobadas sus reformas y al empresariado le encantaría que el Ejecutivo se dedicara a modernizar el Estado. O sea, aquí la conexión se corta y el punto de encuentro no existe.
Conduciendo desde la retaguardia
En esto encontramos una pista importante. Sucede que durante meses se ha trabajado el acercamiento entre oficialismo y oposición para la reforma política y todos han ratificado una predisposición favorable ya identificada en el proceso constitucional. La Moneda ha sido un promotor discreto del asunto.
Cuando los resultados estaban saliendo a flote, Boric lo trabó al condicionar la reforma política a la previsional. En Enade se desdijo, de modo que su aporte consistió en resolver un problema que él mismo había creado.
Esto nos permite volver al tema de la lista de candidatos. Resulta que Boric puede mencionar nueve nombres ya que hacerlo no produce ningún efecto. No lanza ninguna carrera, no pone nervioso a nadie, no enlaza con ninguna acción.
Es su falta de poder lo que le permite repartir menciones honoríficas. Es un Presidente que, al hablar en positivo, no está conectado a una fuente de poder.
Si la continuidad de la actual administración fuera cosa de coser y cantar, se entiende que los postulantes se agolpen para figurar en medio del furor popular.
El objetivo real es ponerle a cada santo una vela. Se busca el aglutinamiento interno. A mayor cantidad de problemas, mayores muestras de cariño.
Boric fue el último en alinearse en un incipiente consenso que posibilita avances parciales. Se allanó a facilitarnos, no los lideró. También el empresariado está en posibilidad de impedir acciones, no de imponerlas. Al reconocer ambos que las coincidencias posibilitan logros concretos, se retoma el camino de la sensatez, algo indispensable para cambiar la frustración por esperanza.