Columna de Víctor Maldonado: “Una candidata y un francotirador”
“La centroderecha ha vuelto a su estrategia original, confiando en interpretar a los electores que terminarán por valorar “más la trayectoria que los experimentos”, como dice Matthei. Kast también ha decidido ser fiel a su estilo original en la confianza de que de la polarización saldrá el triunfo”.
Cuando el fondo se agota en la forma
Podrán pasar muchas cosas, pero ya está claro que la candidata de la centroderecha y, al final, de toda la derecha, es Evelyn Matthei. Lo sabemos por el tipo de campaña que está implementando, que es lo que define el resultado.
Matthei se está dedicando a antagonizar con el gobierno, enfocándose en cuestionar sus resultados; Kast se está dedicando a atacar a las personas con las que compite, sin evitar las descalificaciones.
Mientras la actual alcaldesa de Providencia se dedica a la crítica, consigue que se contrapongan los logros del oficialismo con las políticas que ella promueve y que parecen ser avaladas por su gestión municipal. La crítica es la forma, pero el fondo es la propuesta, de allí que sea un tipo de aparición pública que no se agota en el tiempo.
En cambio, la estrategia escogida por Kast no tiene muy buen aspecto porque el fondo se agota en la forma escogida, que es lo que más llama la atención.
El candidato republicano está basando sus pasos en agredir, con lo cual confiesa que está en la posición de un retador que tiene que acortar distancia. Esto último solo ocurrirá si los agredidos cometen el error de dedicarse a responder a sus provocaciones, lo que es una trampa demasiado obvia.
Lo que ocurra dependerá de si los electores, como en otros lugares del mundo, se encuentran tan enojados y decepcionados con el conjunto de los actores políticos, que se quieren manifestar apoyando a quien critica a todos.
Algo así es difícil que ocurra entre nosotros porque tras haber ganado el protagonismo en la anterior campaña por la presidencia, y luego en el Consejo Constitucional, bien puede ser que republicanos sea visto como un actor político más y no como un recién llegado que interpreta el descontento.
El que se va del sitial no regresa
Kast requiere del tropiezo ajeno para ir escalando posiciones porque ya fue desplazado del primer lugar en las preferencias. Ese es un sitial del que se está alejando, sin posibilidades reales de ascender.
Republicanos no ha logrado resolver el problema de recuperar protagonismo después de un ascenso fulgurante, seguido de un pronunciado declive. Milei en Argentina sólo supo de un continuo ascenso hasta llegar a la presidencia.
La caída de este partido se debió a sus errores. Ascendieron por extremistas y descendieron por lo mismo. Ahora, más se les evalúa por cómo se comportan que por sus críticas. Los caminos de moderados y duros se bifurcan.
La centroderecha ha vuelto a su estrategia original, confiando en interpretar a los electores que terminarán por valorar “más la trayectoria que los experimentos”, como dice Matthei. Kast también ha decidido ser fiel a su estilo original en la confianza de que de la polarización saldrá el triunfo.
La política del francotirador puede enfrentar un obstáculo irremontable si los otros competidores toman el acuerdo de que la campaña se desarrollará en base a un debate de propuestas. Eso no hará la disputa presidencial menos intensa, pero la convertirá en más democrática y más limpia. Cuidar nuestra convivencia no es incompatible con el competir. La diferencia entre estos candidatos es que solo para una ganar es tener más votos y asegurar mayor gobernabilidad.