“Se supone que debería estar muerto”: Trump habló sobre el atentado en contra de su vida
El expresidente de los Estados Unidos rompió el silencio tras el ataque de bala que recibió el sábado en un mitin en Pensilvania.
“Se supone que no debería estar aquí, se supone que debería estar muerto”, compartió Donald Trump con el diario The New York Post después del atentado contra su vida mientras realizaba una actividad de campaña presidencial. El candidato republicano confesó que sobrevivió de milagro al tiroteo.
“El médico del hospital dijo que nunca había visto algo así, lo calificó de milagro”, dijo Trump al recordar el momento en que su atacante le disparó.
Durante la entrevista, que fue a bordo de su avión privado en camino para la Convención Nacional del Partido Republicano que comienza este lunes en Milwaukee, Trump definió lo sucedido como una “experiencia muy surrealista” que casi terminó con su vida.
Antecedentes del intento de homicidio a Donald Trump: su atacante falleció abatido por los guardaespaldas del empresario a sus 20 años
Mientras se desarrollaba una junta de campaña en Pensilvania, en el contexto de la carrera presidencial norteamericana, Donald Trump fue herido en un tiroteo.
El proyectil cayó en la oreja del empresario mientras ofrecía un discurso al aire libre, el impacto vino acompañado de una serie de disparos y gritos de horror al ver al expresidente de los Estados Unidos con el rostro sangrando.
Antes de ser evacuado, Trump realizó un gesto de puño hacia su audiencia en señal de fuerza y resistencia. Aún así terminó tumbado en el piso, protegido por sus guardaespaldas.
El autor del atentado de tan solo 20 años, fue identificado como Thomas Mathhew Crooks. El hombre, quien iba a votar por primera vez en las elecciones de noviembre, estaba armado con un rifle a las afueras del área acordonada del mitin, a unos 200 metros del escenario en donde el candidato presidencial republicano hablaba.
El FBI informó que se está investigando el crimen como un intento de asesinato y descartó que Crooks tuviera antecedentes penales o problemas de salud mental.
El sujeto era residente en Bethel Park, en la zona metropolitana de Pittsburgh, una localidad situada a unos 70 km del lugar del ataque y murió el mismo sábado del atentado al ser abatido por la seguridad del expresidente.